SE ACABÓ. Ni Andrés Manuel López Obrador -ya como Presidente de México- pudo salvar la pérdida de registro del Partido Encuentro Social (PES) que le aportó 1 millón 530 mil 101 sufragios en la elección pasada, insuficientes para mantenerse en el concierto electoral del país, y en ese tenor, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación decretó que no tiene razón de ser; en pocas palabras, fue flor de un día –como infinidad de partiditos que surgen solo para medrar y seguir viviendo del presupuesto, algo que el Jefe del Ejecutivo debería remediar, porque subsisten con dinero de los contribuyentes en una pantomima que llaman “democracia”, cuando en realidad no pasan de ser parásitos dispuestos a cualquier cosa con tal de seguir lucrando-. Pero para el PES se acabó la buena racha, y acaso por ello el dirigente estatal de ese instituto, Gonzalo Guízar Valladares, se deslindó en tiempo y forma de los MoReNos, y sin mayor recato decidió crear –al interior de la legislatura local- una fracción a la que llamó “del lado correcto de la historia” para sostener, seguramente no de gratis, al Fiscal General del Estado a quien el Gobierno Estatal desea sacudirse, aunque erróneamente, por conducto de su “mayoría en el Congreso del Estado que demostró ser inoperante, ya que sus dos principales “líderes”, José Manuel Pozos Castro, Presidente de la Mesa Directiva, y Juan Javier Gómez Cazarín, titular de la Junta de Coordinación Política no pudieron mantener la unidad, ya que entre ellos no existe: ambos se disputan la bolsa de la legislatura, el primero para impulsar a su hijo a la futura alcaldía de Tuxpan y, el otro, para postularse como abanderado a la diputación federal por Los Tuxtlas llegado el momento.
EL PES con Gonzalo Guízar a la cabeza no rindió frutos en el estado, aferrado como estaba en que se nominara a su familia para cargos de elección popular, lo que dio como resultado la renuncia de varios integrantes del Comité Directivo Estatal. Peor aún, el sureño jugó en contra de Cuitláhuac García Jiménez ya que en medio de la tormenta ordenó a correligionarios sufragar por Miguel Ángel Yunes Márquez, en reciprocidad al entonces gobernador Miguel Ángel Yunes Linares que fue quien lo llevó de la mano por algunos cargos, ya que en el PRI no pasaba de ser un burócrata sin futuro. Por ello, no dudó, cuando los juicios políticos amenazaban cortar la cabeza de Jorge Winckler Ortiz, votar en contra de estos y, no solo eso: convenció a algunos legisladores del Movimiento Regeneración Nacional a hacer lo propio, lo mismo que a priistas que ya deberían ser expulsados de ese instituto y que, sin embargo, aún tienen la desfachatez de autoproclamarse aspirantes a la dirección estatal de ese instituto. Es tal el desprestigio de Encuentro Social que solo aportó a Cuitláhuac poco más de un centenar de sufragios que, a decir verdad, no le hacían falta al ingeniero que ganó con un solo voto: el de Andrés Manuel López Obrador que lo arrastró a la victoria, y aunque no hubiese hecho campaña habría triunfado porque el empuje del tabasqueño era tal que, como dijo alguna vez Uriel Flores Aguayo: hasta con una vaca hubiese ganado la gubernatura.
POR LO pronto Encuentro Social ya no es partido, no al menos con registro, y pasará mucho tiempo para que recupere el registro, sino es que nunca, ya que por unanimidad los magistrados del TEPJF concluyeron que tener diputados y senadores no es elemento suficiente para que ese instituto se mantenga como tal, pues no alcanzó el 3 por ciento de la votación en ninguna de las elecciones; así de simple, en ninguna, y el artículo 41 constitucional fija ese porcentaje como necesario para conservar el registro ya que el voto es el valor supremo de la representación, También Janine Otálora le dejó en claro a los dirigentes que no existe un argumento jurídico para sustentar que basta con tener bancadas en el Senado y la Cámara de Diputados para ser partido, mientras que Felipe Fuentes le dio la puntilla final al rubricar que el Tribunal –con la decisión- reafirma su autonomía sin que presiones ni especulaciones de medios de comunicación influyan en sus determinaciones”.
HA SIDO, sin duda, un duro golpe para el fundador Hugo Eric Flores Cervantes, actual delegado federal de los programas de bienestar en el estado de Morelos que, por lo pronto, logró amarrar “chamba” de último momento en la que podría permanecer seis años o tres si decide contener por una diputación federal en la intermedia, y ya no se diga para Gonzalo Guízar Valladares, ya que ahora que se queda sin partido, deberá crear una fundación u organización que le siga dando respaldo y prerrogativas, inventarse un nuevo instituto o afiliarse a alguno de los que sí tienen registro, tal vez al PAN en donde, seguramente, será bienvenido como parte del proyecto que tiene Acción Nacional rumbo al 2024, cuando Miguel Ángel Yunes Márquez buscará, nuevamente, la gubernatura, pues no hay que olvidar que el hijo del exgobernador obtuvo 1 millón 453 mil 938 sufragios, una votación inusitada que jamás se había experimentado, y aunque Cuitláhuac García Jiménez logró 1 millón 667 mil 239 boletas a su favor, lo cierto es que el 60 o 70 por ciento de esos votos fueron por AMLO y no, precisamente, por el arrastre del actual gobernador.
YA SIN López Obrador en el 2024 –salvo que opte por la reelección como muchos suponen-, Yunes Márquez no tendría enemigo en puerta, y menos tras los yerros que viene cometiendo el actual Gobierno que de mantenerse en esa frecuencia estaría pasando a la historia como el más desarticulado, y eso se paga en las urnas, y ahí están los ejemplos de Javier Duarte de Ochoa cuya administración ha sido la más nefasta, y acaso por ello la sociedad votó en favor de quien prometió hacerle justicia, aunque se excedió en el discurso y, en 2018, otra vez los electores tomaron cartas en el asunto, aunque no puede dejar de reconocerse el avance de Yunes Márquez que soberbio y todo lo que usted mande, es un –todavía- joven preparado en muchas disciplinas académicas, aunque le faltó tacto político, humildad y congruencia, además de que se peleó con casi todos los medios, como sigue ocurriendo en este Gobierno que identifica a los periodistas como enemigos y, peor aún, asumen el argumento de que la crítica es producto de la negativa a hacer contratos, una salida tan común que mueve a risas, aunque, seguramente habrá sus excepciones. Como fuera, el PES ya no tiene registro, y Gonzalo Guízar y algunos dirigentes buscarán acomodo en otras opciones, porque esa es la naturaleza de algunos políticos. Así de simple. OPINA carjesus30@hotmail.com
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