He caído tres veces, de no más de cinco ocasiones en que he realizado compras vía el correo electrónico, trampa de comprar productos cuya propaganda me llega a mi correo electrónico, procuraré no caer más, pero valga el transmitir esta denuncia para que los lectores tengan cuidado al realizar compras por correo electrónico, los tracaleros abundan y venden de todo, la publicidad es en algunas ocasiones de alto nivel profesional, son convincentes los argumentos dados para embarcarnos en la trácala bien orquestada, ni modo, para mi será difícil volver a caer en el chanchullo.
La ultima trácala en que caí no tiene perdón mi estupidez, se anunciaba un producto medicinal, por supuesto, tenía el letrero advirtiendo que el producto no era una medicina y la responsabilidad de consumirlo era o caía en quien lo adquiría o el que le recomendaba adquirirlo, afirmaban en esa declaración, que el producto era o es un complemento alimenticio, pero las propiedades curativas eran inmensas; dado que en esa publicidad se afirmaba que no tenía el producto efectos secundarios caí en la trampa y mandé comprar el milagroso polvo, un aminoácido que no lo es, pero tiene propiedades como tal y funciona como si lo fuera.
Después de hecho el pedido, me puse a investigar en Google las características químicas del mentado aminoácido y sus efectos como medicamento o complemento alimenticio, todo parecía normal, el producto tenia propiedades para reforzar el sistema inmunológico y después de consumirlo por varios meses dos o tres, tenía propiedades curativas hasta del cáncer. Como dije, caí en la trampa, pues al consumirlo los dos primeros días, me causaron un efecto diurético, la tercera noche, me levanté a orinar más de seis veces, sin mayores complicaciones.
Preocupado por estar consumiendo un diurético revisé la etiqueta del frasco, para mi sorpresa, tenía varios errores, el primero no era simplemente el producto que había visto en la propaganda, era una combinación de dos aminoácidos, en otra parte del envase decía otra composición del producto y el colmo, decía por un lado que la porción era de 5 mg y que el envase contenía 26 porciones, ergo, en total menos de un gramo, pero no contentos con verme la cara de pensonso, tenía otra leyenda destacando el contenido de 26 porciones y cada una de ellas de 5 gramos, en total 130 g. ¡Milagro! El polvo convierte los mg. en g.
Ni modo, caí en la trácala de los tramposos brujos, pensé en ir a poner denuncia en la PROFECO; pero ya en otras ocasiones he realizado reclamos y van a dar al archivo general, a la basura, por ello, mejor me aguanto para que se me quite la costumbre de andar comprando milagros, sin antes consultar a los brujos profesionales. ¡AGUAS! Marzo 31 del 2019 lmwolf@prodigy.net.mx Luis Martinez Wolf |
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