Quien le va a creer al delegado nacional, Hugo Contreras Zepeda, cuando precisa que la dirigencia nacional de su partido no le habrá de meter la mano al proceso interno estatal.
Le atino, nadie.
Y así quieren levantar este negocio.
No entienden, no dejan los viejos moldes.
Las apariencias siempre han sido el fuerte de este partido, por eso la militancia, las bases, le mostraron su abierto rechazo en las pasadas elecciones.
Lo que menos quieren saber los priistas, es precisamente de su partido.
Ahora que solo escombros existen, en estos momentos que únicamente el cascajo político abunda, las bases no le apuestan.
Rechazan al tricolor.
Si a lo anterior le agregamos que solo políticos arcaicos, rancios, como lo es Carlos Brito Gómez, son los que se placean entonces este instituto político está en la lona.
Ya nadie se traga ese cuento de “la promesa del nuevo PRI”, eso y la carabina de Ambrosio es lo mismo.
Uno de los factores de la debacle partidista fue, sin lugar a dudas, los escándalos de los gobernadores priistas que llegaron al poder, antes o en el periodo de Enrique Peña Nieto.
A los Duarte y a Borges en su momentos los presumieron como “los nuevos cuadros”, y mire resultaron ser unos bandidos.
Ellos terminaron de enterrar al PRI.
Este trio destacó como ejemplos de corrupción y abusos de poder.
De malversación y de saqueo.
La infame desgracia del tricolor fue en el 2016. En ese año se contendieron 12 gubernaturas, lográndose levantar con la victoria en solo cinco entidades.
En las demás le dieron palo y feo.
Los estados que perdieron fuero Durango, Quintana Roo, Veracruz y Tamaulipas. Entidades donde nunca había conocido el fracaso.
Los bastiones priistas han desaparecido.
En estos momentos en San Lázaro el PRI ocupa el quinto lugar, sí, así como lo leyó el quinto lugar, después de ser por muchos años la primera fuerza camaral.
Lo anterior sin mencionar que también perdió cientos de ayuntamientos y diputaciones locales.
Qué vergüenza.
Por lo mientras en tierras veracruzanas no se vislumbra el resurgimiento del partido, al contrario todos le dan la espalda, principalmente aquellos a los que alejo de la pobreza, esos que ahora son millonarios, los mismos que hoy echan pestes en contra del instituto político que, en su momento, les mato el hambre.
Todos son unos mal agradecidos, hipócritas, sinvergüenzas y tranzas.
Ya basta de simulaciones, no más tramoyas.
ALCALDESAS VERACRUZANAS.
La Asociación de Alcaldesas del Estado de Veracruz, de manera enérgica, condenó el asesinato de quién fuera presidenta municipal de Mixtla de Altamirano, Maricela Vallejo Orea.
En voz de la alcaldesa de Tamiahua, Citlali Medellín Careaga, demandaron el esclarecimiento de tan cobarde acto.
Piden que no sea un número más de muertes sin aclarar en la entidad.
De igual forma reclaman garantías de seguridad a todos los alcaldes, sin distinción de colores o siglas partidistas.
Por todos es conocido que en estos momentos nuestro estado vive una crisis de violencia, lo que ha generado ocupar el primer lugar en índices delictivos y secuestros, todo derivado de la falta de acción de las autoridades estatales.
Recordemos que Vallejo Orea siempre pugno por los derechos de las mujeres.
Infinidad de veces se pronunció por la imperiosa necesidad de cambiar costumbres, de dejar esas prácticas que privilegian a los hombres, de cambiar la forma de educar a hombres y mujeres.
Durante su intervención durante la presentación del programa gubernamental “Cero Tolerancia a la violencia contra las mujeres”, con un visible nerviosismo dio lectura a su mensaje.
Allí destaco, frente a representantes de la ONU y el gobierno federal, que la sociedad y las autoridades tenían un pendiente con las niñas y las mujeres indígenas.
Recalco que las mujeres indígenas son discriminadas por su origen étnico, además de que sufren todas las modalidades de violencia.
Maricela fue alcaldesa de uno de los 10 municipios más pobres de Veracruz.
Era ingeniero en Sistemas Computacionales, y su muerte deja en la orfandad a un menor de dos años.
EN TRES AÑOS YA HABRA TRANQUILIDAD.
Por favor.
Ya lo dijo el, secretario de Seguridad Pública y Participación Ciudadana, Alfonso Durazo, “el gobierno intentará alcanzar niveles razonables de tranquilidad en tres años”
Como este señor no sufre de nada, le vale madre lo demás y los demás.
En los próximos 36 meses, la estrategia consistirá en mejorar los niveles de paz y entregar, un país en orden.
Vaya chistecito.
El funcionario federal no tuvo empacho en precisar que se pretende que en los primeros seis meses se logre un punto de modulación en la tendencia creciente de la criminalidad.
“Lograr niveles razonables de tranquilidad en tres años y en los otros tres entregar un país estable y en paz”.
De risa verdad.
Lo anterior fue expresado durante su comparecencia en la Cámara de Diputados.
Allí Alfonso Durazo indicó que de momento el mayor problema es en el corto plazo, porque no se va a componer de la noche a la mañana lo que lleva décadas.
Otra vez, echando culpas.
El mismo sonsonete de su patrón, del señor de la cabecita blanca, “El dueño de La Chingada”.
Sí, el mismo que el pasado lunes 22 de abril, consideró que en seis meses disminuirá la violencia que se vive en nuestro país.
HUEYAPAN DE OCAMPO.
En la tierra que vio nacer al Presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), Juan Javier Gómez Cazarín, la mañana de ayer jueves, se dio un hecho violento precisamente en los momentos en que el hijo de Atanasio presidia un mitin.
Un enfrentamiento entre presuntos delincuentes y elementos del Ejército Nacional dejó como saldo dos muertos y dos personas heridas.
Curiosamente el lugar donde fueron los hechos se ubica a escasos dos kilómetros donde el hijo de Atanasio, acompañado de los secretarios de Salud, Finanzas y Educación; el Presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), Juan Javier Gómez Cazarín y el alcalde Jorge Alberto Quinto Zamorano, presentaba el programa “Proveer. Desarrollo y Bienestar”.
Concretamente fue en la comunidad de Juan Covarrubias, donde se dio esta fatídica circunstancia.
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