Al nacido en Otatitlan le están floreciendo los traumas, las frustraciones.
Su pasado lo persigue y lo acongoja.
Quizá por eso sus constantes arranques de resentimiento y amargura.
Con todos y por todo se pelea.
Nada le acomoda.
Por lo que se aprecia el número dos en la estructura gubernamental se enfermó desde pequeño.
Allí empezaron sus problemas, sus martirios.
Y ahora estos son los resultados.
Patrocinio, como los loros, repite lo que oye y hace lo que observa.
No tiene iniciativa propia.
Actúa igual que el señor López Obrador, al arranque del trastorno.
El cuenqueño es un comediante metido a político.
Así de sencillo.
Eso de enfrentar a la prensa demuestra su desequilibrio emocional.
Igual que el tabasqueño, o estás conmigo o estás contra mí.
Por favor.
Que niñerías.
El bajacaliforniano por adopción de nuevo empina al hijo de Atanasio.
No cabe duda que el gobierno del ingeniero le vale madres.
No lo ayuda en nada, al contrario lo termina de hundir.
Él, que es el encargado de la política interna, mire lo que hace, puras torpezas.
Le avienta más gasolina al fuego.
Su inexperiencia lo lleva a actuar así, con esos arrebatos.
Al igual que otros de sus compañeros de gabinete, como buen neurótico, le gusta tomar decisiones al calor de la emoción.
Pobre Veracruz y pensábamos que con Miguel Alemán, Fidel Herrera, Javier Duarte y Miguel Ángel Yunes Linares, habíamos pasado lo peor, pero no, millones de veracruzanos ya se dieron cuenta del mal gobierno que tenemos.
Millones de electores veracruzanos están más que arrepentidos de haberle otorgado su voto de confianza al hijo de Atanasio.
El salsero mayor no tiene carácter,
Eric Patrocinio lo hace como quiere.
En una lo empina y en la otra lo exhibe.
Mañana lo ridiculiza y pasado lo traiciona.
Eric Patrocinio es intolerante, atravesado y gandul.
De todo tiene.
Provecho.
COATEPEC.
Una porquería la Feria.
Hasta hace unos años este evento era toda una tradición, era esperado con ganas, con avideces por visitarla.
De nueva cuenta al protagonista de “La Jaula de Las Locas”, le gana la ambición.
El alcalde quiso medir a sus paisanos y le salió peor.
Lo batearon.
Tuvieron que bajar el costo de entrada o de plano la cerraban.
Nadie asistiría.
El alcaldito, un tal Enrique Fernández Peredo, resulto ser un fiasco, una calamidad.
No sale de una cuando ya se metió, o lo metieron, en otra.
Sus íntimos aseguran que su inclinación hormonal no le permite gobernar como debe ser.
Sus “sobrinos” lo enloquecen, lo pierden. Y si a lo anterior le agregamos el acelere de otros dos o tres regidores de la misma línea, pobre Coatepec a donde va ir a dar.
Este Pueblo Mágico, no tiene futuro.
Padece serios problemas por todos lados.
El rezago es su destino final.
El alcalde es desenfrenado, iracundo e imprudente.
No muestra seriedad en sus acuerdos, su temperamento hormonal lo traiciona.
Las organizaciones sociales, los sectores coatepecanos, la gente de opinión, no lo ven con buenos ojos, lo sobrellevan, saben, y han padecido, de su inestabilidad emocional.
La tradicional feria dejo de ser lo que era, en escasos dos años este extraviado hundió todo.
APOYEMOS ESTE FESTIVAL.
Bien vale la pena apuntalar.
El Festival Guelaguetza de las Flores tiene como finalidad recaudar fondos para el pequeño Iker, un niño que desde hace varios años viene librando una lucha contra un terrible mal.
Este infante está diagnosticado con leucemia linfoblástica por lo que necesita un trasplante de médula ósea.
Durante dos días, 26 y 27 de mayo, se habrá de llevar a cabo dicho evento en el teatro J. J. Herrera.
Son tres las presentaciones, el día sábado a las 8 de la noche y el domingo dos funciones, a las tres de la tarde y 8 de la noche.
El costo del boleto de entrada es de 200 pesos.
Asista, bien vale la pena.
Es un evento con una gran causa.
ATANASIO GARCIA D. REAPARECE.
Por muchos años el catedrático permaneció escondido.
Ni por asomo, enseñaba la cresta.
Se conducía en lo bajito, con un perfil discreto.
Ahora que su hijo es el Jefe del Ejecutivo estatal se campanea, se pasea con aires de perdonan vidas.
Desconoce a sus anteriores amigos.
Quienes lo conocieron en aquellos años de gloria y aventuras Don Juanescas, allá en Humanidades, se asombran, lo desconocen y los desconoce, que es lo peor.
En aquellos ayeres “El Profe” era sencillo, bailador, “a toda madre” y tenía fama de mujeriego.
Había tela de donde cortar en todos los aspectos.
Hoy, ya montado en su macho sexenal, aunque los malquerientes de su hijo aseguran que solo serán dos años porque su vástago no da una, se codea con la crema y nata.
Se revuelve con el jet set xalapeño.
Ni modo así es esto de los complejos, de la doble personalidad.
¿Verdad Cuitláhuac?
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