En medio de deslices da inicio el proceso interno para renovar la dirigencia nacional de dicho partido político.
El Comité Ejecutivo Nacional, aun conducido por la polémica Yeidckol Polevnsky, el día de ayer dio a conocer la convocatoria para tal asunto.
En los últimos meses las confrontaciones internas han sido el común denominador de los morenos, los caprichos y las ambiciones políticas han imperado, nadie quiere perder su espacio de poder, al contrario conforme se acerca la fecha de renovación exigen más posiciones.
La discrepancia es tal que ya hasta Ricardo Monreal y Martí Batres se han agarrado del chongo.
Las incongruencias han salido a relucir, su más férreo critico Alejandro Rojas gana terreno, tal parece que el entenado político del ex gobernador zacatecano, de llegarse a inscribir, podría levantarse con la victoria y tratar de poner orden en las filas morenistas.
La actuación de Polevnsk, ha sido muy cuestionada, la inmensa mayoría de morenos coinciden en otorgarle una calificación reprobatoria a su periodo, la acusan de ya tener el tamal hecho.
Los que han caminado por los drenajes de este partido político señalan que, de entrada, en estos momentos no existe un padrón confiable que conceda sustentabilidad a un proceso interno auténticamente democrático.
Para la gente pensante de MORENA, ante tal situación, no saben ni quiénes ni cuántos son, lo que indudablemente le resta credibilidad al proceso y al partido.
Tan grave está la situación que aun antes de emitir la respectiva convocatoria ya se hablaba de impugnaciones, por favor.
Para muchos este edicto está plagado de irregularidades, entre la que destaca la falta de firmas de los integrantes del comité ejecutivo nacional.
Otra de las situaciones estriba en que se instruye a realizar un proceso de reafiliación para poder participar, concepto que ocasionó una muy seria confrontación dentro de este partido.
Algo sumamente delicado es lo que señala la presidenta del Consejo Nacional, Bertha Luján, al notificar que hoy martes habrá de darse una reunión entre distintas instancias internas para emitir un nuevo documento.
Como la ve.
Grave verdad.
Las incongruencias están predominando en el negocio que regentea el señor López Obrador.
Al tabasqueño le están creciendo los enanos y de no poner orden habrá de pagar muy caro su dejadez.
No puede, ni debe, permitir tanto libertinaje, mucho menos dormirse en sus laureles, ya que estaría dando origen a un serio debilitamiento del partido.
LE DAN MEDIO PALO A PORTILLA.
El entenado político de Ricardo García Guzmán, ya puede ir sacando sus cositas personales del cubículo principal de la sede del ORFIS.
Una vez que la comisión de Vigilancia, de la legislatura local, aprobó la emisión de la convocatoria para la elección del titular del Órgano de Fiscalización Superior, la reelección de Lencho Portilla se ve más lejos.
Su capricho no será coronado, sus ambiciones las tendrá que reprimir para otra ocasión.
Su inventor, el tal Ricardo García Guzmán, nada podrá hacer por volverlo a sentar en la silla principal del Órgano de Fiscalización Superior.
Lo cierto es que al Lencho le gano la ambición.
Pensó que el hijo de Atanasio se lo podía comer de un bocado, como lo hizo con Yunes Linares, pero la salió el tiro por la culta.
Ni las recomendaciones de destacados personajes del altiplano pudieron cumplirle el caprichito.
Por lo mientras mucho cuidado debe tener la Comisión de Vigilancia por que por allí ya se anda moviendo un delincuente disfrazado de oveja, un tal Sergio Vázquez, un sujeto al cual lo distingue la porquería.
Ni a cual irle de los dos.
MANUEL HUERTA.
Tiene razón el súper delegado federal cuando califica de “fantasiosos” los rumores que señalan que el hijo de Atanasio no habrá de gobernar la entidad por el periodo que fue elegido.
Por supuesto que en estos momentos no es una decisión centrada correr al hijo de Atanasio, pero esperen que cumpla los dos años y un día y vera sino lo echan de palacio de gobierno.
Por supuesto que al instante lo caminan.
Sobra decir que su administración es de las peores calificadas por la sociedad veracruzana, para nadie es un secreto su novatez, su ineptitud, su mediocridad y esos bandazos hormonales que lo caracterizan.
Sin lugar a dudas que de estas torpezas está bastante bien informado el señor López Obrador, el tabasqueño está cierto de los errores del hijo de Atanasio, no desconoce nada, solo que tampoco puede expresarlo en abierto, debe, y sabe, aguantar vara.
Lo cierto es que el dueño de “La Chingada” ya llego al hartazgo, ya no lo soporta.
En la entrega anterior dábamos cuenta de ello.
Y efectivamente, como dice el gordo Huerta, en estos momentos “son tonterías”, más adelante tendrá que tragarse sus palabras.
LA PRENSA VERACRUZANA.
De nueva cuenta queda demostrado que para la actual administración estatal existen reporteros de primera y de segunda.
Lo anterior quedo corroborado la mañana de ayer y el protagonista fue el titular de Seguridad Pública, un tal Hugo Gutiérrez Maldonado.
Resulta que a la conferencia de prensa que había convocado la Coordinación de Comunicación Social le fue negado el acceso a dos reporteras.
Como las compañeras no estaban en la lista de “medios importantes”, no pudieron ingresar.
Así de sencillo.
Al ser cuestionado el responsable de vigilar por la seguridad de los más de siete millones de veracruzanos por supuesto que negó tales aseveraciones, fiel a su estilo y a su costumbre tira la piedra y esconde la mano.
Pobre Veracruz, que estará pagando ya basta de incapacidades, de extrema soberbia, de intolerancias.
Con ese tipo de colaboradores, ni como ayudar al hijo de Atanasio.
Pobre tipo. |
|