LLEVEMOS EL ejemplo a casa: si un padre de familia en aras de ahorrar –aunque tenga los recursos- evita que su descendencia acuda al médico si enferman y, peor aún, les niega las medicinas ya no digamos recetadas sino auto medicadas para paliar el dolor o sufrimiento que les acomete ¿es ahorro o tacañería?. Si el mismo padre por austeridad no compra a sus hijos (teniendo el dinero) la lista de útiles escolares ineludible para el aprendizaje, rechaza adquirir uniformes, zapatos y mochila para que sus niños trasladen los libros al colegio, y les obliga a ir con huaraches, ropa harapienta, con los textos gratuitos en la mano y sin el material didáctico necesario ¿es ahorro o tacañería?. Si por consiguiente, el mismo tutor teniendo los recursos no invierte en la alimentación de su familia ni los provee de lo urgente para una vida sana, y en cambio les da unos centavos para que coman chatarra o productos baratos ¿es ahorro o tacañería?. No sé cuál sea su respuesta, pero en los primeros siete meses del año, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador mantuvo cerrada la llave del gasto, por lo que el subejercicio -gasto realizado en menor cantidad en relación con el presupuesto original- sumó 197 mil 800 millones 900 mil pesos –según cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público-, en un País que necesita medicamentos para niños con cáncer, antirretrovirales para personas VIH/Sida, para diabéticos, jubilados que dejaron lo mejor de sí en las oficinas públicas e, incluso, para la burocracia que ahora tiene que acudir a los centros de salud públicos ante la cancelación de seguros de gastos médicos mayores, lo que reduce el volumen de medicamentos que antaño ya eran insuficientes para atender a la población derechohabientes. Cancelar todo ello es, sin duda, criminal.
NO ES secreto que en un malentendido ahorro, Presidencia de la Republica ordenó la cancelación de programas sociales a pesar de la positiva evaluación de Coneval, de la Auditoría Superior de la Federación y de la Organización de la Sociedad Civil, Gestión Social, y un ejemplo son: Prospera e Estancias Infantiles –estas últimas tan necesarias para las madres solteras que trabajan-. En el caso del primero se argumentó que perdió los componentes que garantizaban impactos positivos en la salud y alimentación de sus beneficiarios, y en el segundo, ahora se da un subsidio menor que es directo a padres de niños de 0-4 años, el cual podría poner en riesgo la estabilidad financiera de los hogares y la seguridad de sus hijos, ya que los menores se dejan en manos de los abuelos o parientes, aun cuando las agresiones sexuales muchas veces comienzan allí. Los resultados de las evaluaciones para esos cancelados programas fueron positivos, y las anomalías con el ejercicio de los recursos representaron menos del 10 por ciento del monto total revisado. Pero también se ha afectado a programas de la mujer, personas con discapacidad o con VIH/SIDA, y que decir de niños con cáncer que padecieron la falta de medicamentos en tanto sus vidas pendían de un hilo, mientras que la salida más ocurrente del titular del Ejecutivo Federal fue pedirle a médicos y enfermeras que cuando no hubiera en existencia un medicamento en los hospitales, cooperaran para comprarlo, lo que ha indignado a la sociedad y a los propios galenos que ganan una miseria.
PERO EL Presidente Andrés Manuel López Obrador se ufana en el informe que en los primeros nueve meses de su gobierno se han generado ahorros por 145 mil 614 millones de pesos respecto del gasto que se reportó en el mismo periodo del 2018, cantidad que representa 73 por ciento de la meta de ahorro que se tiene para este año por 200 mil millones de pesos, y uno se pregunta: ¿se le puede llamar ahorro a la tacañería criminal, al acto deshumanizado de no comprar medicamentos suficientes para los niños con cáncer; para las personas con VIH/Sida y para los adultos mayores? ¿Es ahorro, avaricia, o solo la enfermiza idea que no es como los demás que gastaban a manos llenas, cuando él logra esos caudales…pero a costa de sacrificar a los mexicanos que exigen su derecho a la salud, al empleo y a la educación, pues se cancelaron 42 millones de libros de texto gratuitos para este ciclo escolar, y ya se está promoviendo que algunos textos sean consultados por internet. Y AMLO lo reconoce tácitamente, pues de acuerdo con información del Primer Informe de Gobierno, 85.7 por ciento de los 145 mil 614 millones de pesos “ahorrados” provienen de reducciones o cancelaciones de compras y contratos tanto de las empresas productivas del Estado (Pemex y CFE) como de las entidades de control directo (IMSS e ISSSTE a quienes les debería dar más) y otras dependencias con un total de 124 mil 799 millones de pesos, mientras que de la cancelación del seguro de gastos médicos y seguro de separación de servidores públicos logró ahorrar un total de 13 mil 986 millones de pesos, aunque esos burócratas que ya no acuden a médicos privados van a engrosar las filas de las instituciones públicas de salud reduciendo medicamentos que antaño se daban a quienes más lo necesitaban.
QUIZA TIENE una parte de razón el Presidente cuando asegura que consiguió ahorros por 145 mil millones de pesos al cancelar los lujos, dispendios y opulencia que caracterizaban el ejercicio del poder presidencial, y gracias a que el gobierno actual ha eliminado los privilegios y prebendas que disfrutaban los funcionarios de alto nivel, aunque no todo es verdad: se lograron ahorros por la cancelación o eliminación de programas que estaban comprobados, mediante evaluaciones de política pública, que eran relevantes por su contribución en la disminución de la pobreza, entre otros: el de Apoyo a la Vivienda, operado por Sedatu; el de Atención a Jornaleros Agrícolas –que ya de por si ganan una miseria- de Bienestar; el de Empleo Temporal, de Bienestar, SCT y Semarnat; el de Comedores Comunitarios, de Bienestar, el de Apoyo a la Comercialización, de SaDeR; el de Formación de Recursos Humanos basada en Competencias, de la SEP; el de Apoyos para la Protección de las Personas en Estado de Necesidad, de Salud y el de Consolidación de reservas Urbanas, de Sedatu e, incluso hay algunos considerados como relevantes por su contribución en el acceso efectivo a derechos, que también fueron borrados.
POR LO tanto, no hay que confundir ahorro con tacañería, o con un disimulado “ego” que busca de la sociedad la calificación de honrado, cuando no se puede ser del todo honesto si se atenta contra la salud, sobre todo de los niños, o de los beneficios que recibían algunos adultos mayores que ahora fueron recortados para dárselos a jóvenes que ni estudian ni trabajan, o los llamados Jóvenes Construyendo el Futuro cuyo objetivo está enfocado a alejarlos de las tentaciones de las drogas y la delincuencia, y cuando curiosamente, a pesar de esos respaldos con tintes clientelares o electorales, México vive una inseguridad fuera de contexto, ya que cifras oficiales que serán dadas a conocer, revelan que el pasado mes de Agosto se registraron 2 mil 469 víctimas de homicidio doloso en el País, un promedio de 79 al día, lo que le convierte en el segundo mes más peligroso en lo que va de AMLO. Y entonces ¿ahorro o tacañería rapaz? Así las cosas…OPINA carjesus30@hotmail.com
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