La decisión tomada por algunos jefes de familia de armar a sus hijos menores de edad para que defiendan su hogar de las agresiones perpetradas por la delincuencia organizada, crea una situación peor que la generada por la delincuencia, la anarquía y toma de decisiones con torpeza de los jefes de familia, llevará al país a un desorden absoluto, el “sálvese quien pueda” será semejante al far west americano, muestrado en sus películas, falso o autentico, pero la ley del más fuerte y con mayor habilidad para el uso de las armas impone condiciones para subsistir y vivir tranquilos.
A todos los niños les encanta el sonido y deslumbre de los cuetes cuando truenan, dar a un niño de 10 años un arma de fuego, revolver o rifle, con seguridad estará inquieto por operarla y escuchar la detonación, contra que o quien dispara, es la incógnita a resolver, pero tengan por seguro los padres, que la delincuencia está en condiciones de actuar en su defensa, si ve un niño armado, tengan por seguro que lo eliminarán antes de que el chamaco vea por donde viene el disparo, los padres mayores de edad deben armarse y prepararse para defensa de su patrimonio y la familia, es imposible recurrir a las formales fuerzas policiacas, estas, o están en contubernio con la delincuencia o temen la acción belicosa de los maleantes, dejan las cosas en paz y paz, significa en nuestros días estar al filo de la navaja, preparados o resignados a perder la vida, no hay autoridad que nos proteja.
Hace algunos años, no muchos, tuve relación ocasional con un grupo de industriales de Coatzacoalcos, estaban preocupados por las amenazas y demandas de extorsión de la delincuencia organizada, reunidos en los portales de Veracruz tratando de ahogar sus penas en el alcohol, uno de ellos pidió opinión de un mesero que les atendía y este, sin muchos circunloquios, le dijo al preguntón, contraten a un malo, más malo que los policías y encomiéndenle su protección, pongan precio por cada maleante que desparezcan y verán que todo queda tranquilo. El solícito mesero les presentó un maleante cliente de la cantina y le pusieron números al asunto, me enteré después que por cada delincuente extorsionador de Coatza. que desapareciera, sin rastro ni reclamo, los industriales pagarían $1500.00, Mil quinientos pesos costaba la vida de cada maleante, desaparecido por otro de la misma calaña.
Como dijo el Tío Remus, como me lo contaron se los cuento yo, los industriales de Coatza. vivieron tranquilos por varios años, pero la situación ha cambiado, seguramente los organizados del mal, eliminaron al ejecutor y al tomar el poder los maleantes organizados, las cosas están peor que antes de amafiarse con los malos, es urgente, que nuestro gobierno entienda que trata con gente sin escrúpulos, la ley se la pasan por el arco del triunfo y se debe implantar un sistema apartado de los procedimientos de ley, todos estamos espantados y esperamos el redentor, unos rezan a San Sebas, pero muchos invocamos a San AMLO pidiéndole que intervenga, sin abrazos ni besos, la respuesta del apapachado es dura, a balazos. “AGUAS”
Enero 30 del 2020 lmwolf1932@gmail.com Luis Martínez Wolf |
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