Si bien es cierto que el respeto se debe de ganar; la mayor de las veces a pulso. Y que para medir el esfuerzo que se ha hecho para merecer la deferencia, basta observar el trato que tienen hacia quienes se dirigen a ellos…
En otras palabras, podría decirse que mientras más alto llega una persona en el camino que ha escogido, más gentil y respetuosa se muestra hacia los demás. Son muy contados, pero los ha habido, existen…
Don Pepe Múgica es uno de ellos. Otro lo sería Vladimir Putin, todo un caballero de la diplomacia. Lo fue el Mahatma Gandhi (1869 - 1948) y lo fue también el inmenso Saladino (1138 - 1193) el caballero de la guerra…
Pero cuando por el camino que se siguió para escalar el peldaño, no fue honesto -el fin nunca justifica los medios- sucede todo lo contrario. Donald Trump es un claro ejemplo. Jeanine Áñez y Mariano Rajoy no se quedan atrás, son insultantemente majaderos…
Solo que en este caso la lista sería interminable, todos conocemos a alguno, si no es que a varios que encajan perfectamente en el perfil…
Porque además se ha observado que mientras más alto llega la persona, más déspota e irrespetuoso se vuelve hacia los demás. Incluyendo a quienes lo apoyaron y sirvieron de estribo para que llegara a su meta…
Pero en ese caso, no es respeto el que se les tiene; es conveniente hipocresía -o fanatismo, como sucede en las religiones, en las que algunos son aclamados a pesar de ser despreciables; como Marcial Maciel o Norberto Rivera-…
Pero en todo caso el respeto debe de ser siempre recíproco. Por más alto que se haya llegado, no puede merecer respeto quien agrede, quien insulta, quien menosprecia, quien se burla de los demás; y peor, sabiendo que no pueden regresarle sus improperios, sus bajezas, su escarnio…
Como viene siendo el caso del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador que anda poniéndoles calificativos y apodos a medio mundo, fifís, chairos, conservadores, mafia, etc. a sabiendas de que su investidura no permite que se las regresen en su cara…
Que de entre la muchedumbre le han recordado a su señora madre, es cierto; pero aunque sea como desahogo y quisieran decírselo de frente, lo hacen amparados en el anonimato que da la multitud…
Mentir de forma tan cínica, es verdaderamente alarmante. Y se dice que miente de manera descarada, porque él solo se contradice. Primero dice una cosa y después dice exactamente lo contrario. Y no puede ser que las dos posiciones sean auténticas…
Lo mismo que enarboló como piedra de toque durante su campaña el enjuiciamiento a los ex presidentes, para que después abiertamente diga que de llevar a consulta la propuesta, el votará para que no se les toque, es un ejemplo de que las dos cosas no pueden ser verdad, de que miente en alguna de las dos posiciones…
Y como eso, muchas más. La Huexca, la hidroeléctrica de Morelos, a la que en un principio se oponía y que ahora apoya, es otro ejemplo de lo que se cita…
Y aunque en el fondo hay que entender que el hombre está enfermo y que los enfermos piensan y actúan como enfermos, eso no lo exime para comportarse como un patán, que miente de manera tan irresponsable a quienes lo apoyaron…
Sin embargo, aunque en política a la mentira se le llama elegantemente demagogia, es oportuno recordar las palabras del insigne historiador romano de origen griego, Dionisio de Halicarnaso (60 – 7? antes de esta Era) “El camino más corto para arruinar un país, es dárselo a los demagogos”…
Y de paso también remembrar que no han sido pocos los gobernantes que han llegado aclamados por sus ciudadanos; y que han terminado huyendo para refugiarse en el exilio. Y algunos, ni siquiera tuvieron oportunidad de eso.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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