En mi artículo de ayer intenté analizar la bronca que vivimos, asunto organizado por las mujeres en defensa de sus derechos, válida su actitud, pero en mi escrito, tal vez con algunos excesos, propios de mi particular forma de ver o participar en el asunto, reclamaba a mi esposa el que no hiciera de mi conocimiento lo que estaba haciendo, al enterarme y saber que iría con mi hija a la marcha, me sentí angustiado, tenia el temor como lo había hecho saber en mi artículo, que ante la actitud de las mujeres armando una marcha de protesta, los locos que abundan, muchos identificados como misóginos, enemigos de la mujer, fueran a intervenir en la marcha y agredieran a las mujeres participantes, entre ella varias de mi familia, mi hija. Quedaba desamparado mi núcleo familiar sin yo estar enterado.
Afortunadamente la marcha se logró sin mayores broncas, salvo los asesinatos en Guanajuato, me sentí aliviado y al regreso de mi esposa a casa, no mencioné una sola palabra al respecto, ella tampoco me dijo como había estado el evento de protesta, hoy fui con ella de compras y le obsequie un ramo de rosas rojas, como sé que a ella le gustan, sin mostrar sentimiento alguno, al ofrecerle el ramo solo dijo, déjala en el carrito, ni modo, casi tiró las rosas sin mostrar alegría por el piropo material del ramo de flores, terminadas las compras la invité a comer en un restaurante, aceptó y comió de buen gusto, al salir y escuchar un comentario en la radio respecto a la marcha de ayer, solo me dijo, la prensa tiene la culpa por publicar estupideces como la que ayer escribiste, una manifestación de machismo. Ni modo no esperaba ese cabronazo, inesperado pero según ella, apropiado.
Llegando hoy a casa rellei lo publicado, tal vez en algunas partes me excedi , pero ayer cuando estaba escribiéndolo mi esposa andaba en su marcha y yo estana angustiado, preocupado ante la posibilidad de que se diera un alboroto violento, me inquieté y en parte lo manifeste en mi redacción, pido disculpas pero si ajguien tiene el cuidado de releerlo, le pido trate de entender mi postura, respetro los derechos de la mujer, pero a mis 88 años mi vida se dearrollo bajo patrones de conducta en que el hombre era considerado el jefe de la casa. El proveeia y la hujer disponía la administración de la casa, ahora todo ha cambiado, al salir de la casa la mujer por su derecho al trabajo en forma semejante al actuar del varon, algo sale mal en las relaciones de administar lacasa, nos enredamos y en alguna forma estoy seguro se llegara a una forma de llevar el matrinmonio con la ayuda, intervención del estado en muchos asuntos que eran privativos de la mujer.
Yo a mi edad y condición de salud no creo pueda vivir o presenciar la forma de llevar los asuntos de familia, el reclamo de la mujer no me convence, pues solo el estado con su autoridad y aplicando los dispositivos de ley podrá poner orden en lo que hoy hay desorden y la mujer reclama, no me convencen las marchas, me causan temor, pero al fin es un reclamo para que se respete un derecho. ¡AGUAS!
Marzo 11 del 2020 lmwolf1932@gmail.com Luis Martínez Wolf |
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