Obligado por mi esposa, ayer acepté salir de la casa para ser atendido en una visita de rutina programada en el IMSS, por mi parte había cancelado la visita, atendiendo las recomendaciones de tratar de no salir a la calle ante la amenaza de contagio y propagación del virus que nos tiene alarmados, consideró mi esposa mantener la relación con los médicos que nos atienden, ellos tienen que estar en su trabajo y aunque pudieran disculparse, la ética profesional les obliga a mantener sus consultas, sobre todo las programadas.
Siendo yo uno de los componentes estadísticos, para caer en las garras del CONAVID, mi argumento para no asistir era y continua siendo, el amontonamiento de personas en las salas de espera de clínicas médicas, en fin, me animé y fui a la clínica No. 14 de alta especialidad del IMSS, no estaba atiborrada de personas enfermas, tenía un lleno razonable, la gente se cuida y responde a las citas, necesité esperar poco más de media hora, tiempo que pasé caminando y viendo a los pacientes que esperaban con paciencia sentados; las casillas donde están recibiendo a los pacientes, para programar su turno, eran atendidas por empleadas de administración, por su actividad tienen que estar a menos de 20 ó 30 cm. de los entrevistados enfermos, no sé cuántos vean en su turno, pero van enfermos y con tendencia al contagio de virus o bacterias. Mi respeto y admiración para esas y esos empleados, se juegan la vida o salud en su increíble tarea de salvar vidas.
Bien por las recepcionistas, pero donde la cosa se pone de fantasía, increíble, es al entrar al consultorio del médico, acompañado el galeno con uno o una asistente, recibe al paciente dañado, como en mi caso, se puso unos guantes y me reviso el paladar, aunque podía colocarse el tapaboca, su acercamiento casi intimo, en contacto con el enfermo, hace que el trabajo de los médicos sea una actividad merecedora de admiración y respeto, sin mayores análisis lo que hacen sea eficiente curativo o no, se juegan la vida ante el contagio, supongo se la pasan tomando toda clase de medicamentos para defenderse, pero como en el caso del Virus que hoy amenaza a la humanidad, no hay remedio, paciente que sea portador del virus o que esté enfermo, seguro transmite el mal al médico y enfermera que lo asiste, mi admiración por tan noble y humanitaria tarea.
Seguro superaremos la crisis, parece que ya un científico Chino, encontró la vacuna, la humanidad entera retornara a la vida tranquila, normal, pero los médicos, trabajadoras de las clínicas de salud, seguirán en su humanitaria tarea, algunos dirán, es su trabajo y cobran, cierto, pero merecen mucho más que un salario, yo recomendaría que saliendo de esta crisis virulenta, la sociedad se agrupe y como una sola persona, muestren agradecimiento y se rinda homenaje a los médicos, enfermeras y trabajadores(as) administrativos que se juegan la vida día a día, salvaguardando nuestra salud. ¡AGUAS!
Marzo 19 del 2020 lmwolf1932@gmail.com Luis Martínez Wolf |
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