Como muchos mexicanos y veracruzanos, vivo mi cuarentena tratando de aislarme y guardarme en casita. Mi sillón reposet ya me habla y me dice párate a caminar. Entre el Netflix y el Roku y las noticias, vivo mi vida sedentaria a medias. Suelo ir a la oficina a teclear un par de horas lo que tengo en el coco y escribir estas líneas que comparto con los lectores. Camino lo que puedo, salgo por la noche, a eso de las 8 para ejercitar mis 4 kilómetros que suelo caminar a diario, y que mi Iphone marca los pasos, la ruta y hasta los pisos que subo, también mi ritmo cardiaco, pero a eso no le hago caso, me voy por la libre en espera que mi corazón lata como cantaba la Lupita Dalessio, cuando su corazón era un gitano: “Y mi corazón, gitano por ti se volvió”. Leo ahora muy seguido los diarios españoles vía Internet, El País y El Mundo, porque allí viene toda la información de España y de Italia, donde el flagelo los tiene tan espantados, que solo hace unos días murieron 50 viejitos en una casa de asistencia. Terrible, los hoteles en esta temporada, cuando los vacacionistas iban a llegar y las habitaciones eran difíciles y caros de encontrar, pues van a cerrar. Pedro Martínez, mi cuate, jefe de Conserjería del hotel Liabeny, llamada la embajada de México en Madrid, me comenta que cerrarán el día martes por orden del gobierno, y me envió una foto el legendario hotel Westin Palace, uno de los más perrones de Madrid, que permanecerá cerrado, algo que ni la Guerra Civil logró, los hoteles abrían. Y el gobierno de España intenta, si la curva no baja, utilizar las camas de hoteles como hospitales y han llamado a filas a 50 mil estudiantes de medicina, de los que están terminando sus carreras, para que se sumen a esta pandemia mundial. El mundo se paraliza. Uno ve que todos cierran, las fotos de Venecia, desolada, impactan, aunque para contraste las aguas de ese canal veneciano, donde los gondoleros hoy están en sus casas, lucen muy claras, sin contaminación. Las Vegas, por igual, han cerrado, los viciosos ludópatas no oirán por meses la máquina de juego donde pierden dinero, porque en Las Vegas, como en todos los Bingos de México, sólo la casa gana. Ahora mismo veo una foto de la Cibeles, donde colgada la Bandera de España en ese bello edificio, agradecen con el lema: #YoMeQuedoEnCasa. Algo obligatorio, porque la Guardia Civil los corretea. Hay toque de queda en muchos sitios, y hace rato el Gabinete de Guerra Sanitaria del presidente Trump, anuncia la suspensión de entrada a sus fronteras, incluido Canadá y México lindo y qué herido.
MEXICO Y ESPAÑA
Juan Villoro en Reforma: “Ninguno de nosotros había hecho planes para el encierro, entre otras cosas porque el gobierno tardó en reaccionar. El 14 y 15 de marzo, mientras otras ciudades estaban en "refugio domiciliario", se celebró el multitudinario Vive Latino, donde acaso se esparció algo más que alto volumen. Al día siguiente, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud dijo que el Presidente no puede contagiar ni contagiarse al abrazar a miles de personas porque su fuerza es "moral". Esta visión religiosa del poder ignoraba la fuerza de la pandemia: ese 16 de marzo 349 personas murieron en Italia.
Raúl del Pozo, en El Mundo de España: “El ministro de Sanidad ha reconocido que van a llegar los días más duros. «Nos acercamos al pico», dijo Salvador Illa. No se doblega la curva y el sistema sanitario está al borde del colapso con enfermeras con bolsas en lugar de batas. Se han movilizado 30.000 sanitarios y se han logrado miles de camas de hoteles y otras empresas, pero la desgracia y el infortunio llegan en batallones como anunció el bardo. Y ya sólo nos consuelan con que todo mejorará mañana o cuando llegue el calor, mientras se van amontonando los ataúdes.
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