¿Qué clase de coronahumanos somos? cuando entre nosotros hay personas capaces ¡por dinero! de asesinar a alguien a quien ni siquiera conocen. Ancianos pervertidos que están tan enfermos que son capaces de violar a pequeños que les dejan a su cuidado…
O como el jugador de fútbol que confesó a la policía que había matado a su hijo de 5 años, porque nunca lo quiso; que no es que estuviera mal de la cabeza, lo que sucede es que desde que nació nunca lo quiso…
Enumerar aquí las bajezas de las que somos capaces los coronahumanos haría una lista interminable. Por una acción positiva que se llega a hacer, hay millones que no lo son. Está claro que La Madre Naturaleza es perfecta y no necesita nada; pero nunca el hombre ha creado algo en su beneficio. Nada en el Planeta es mejor a parir de la llegada del Hombre…
¿Es muy difícil aceptar que los seres humanos somos una porquería? ¿Que valemos menos que una cucaracha? Y ya no se diga de las abejas, consideradas como el animal más importante del Planeta…
Si pudiéramos preguntarle a La Madre Tierra lo que piensa de nosotros, su respuesta no nos agradaría. Somos parásitos que, a la par del coronavirus, dañamos todo lo que tocamos…
Nosotros parasitamos al Planeta y los coronavirus nos parasitan a nosotros. No somos ni remotamente mejores que cualesquiera de los seres que existen. Pero…
¿Así nos crearon? Porque es irrebatible que alguien nos creó; no salimos de la nada. Nada aparece de manera espontánea. ¿Y así nos hizo? ¡Tan necios! ¿O cómo es que se pueda calificar a quien destruye su hábitat? Lo que equivale a destruirse a sí mismo...
Ahora bien. Si su Poder es infinito ¿por qué no nos hizo de otra manera? ¿Y luego para qué? ¿Para qué nos hizo? ¿Cuál fue el objeto de haber creado al Hombre? ¿Qué tenía en mente cuando se le ocurrió? ¿Andaba haciendo ensayos y le salieron mal?...
Porque eso de que estamos hechos a su imagen y semejanza; y de que somos los Reyes de la Creación, como que más suena a demagógico discurso político que a mandato divino…
Y luego los mismos que se dicen perfectos, salen que el amor es lo que mueve al mundo; cuando al mundo lo mueve el amor, pero al dinero…
Los 15 millones de dólares que ofreció Washington por la cabeza del Presidente de la hermana República Bolivariana de Venezuela, fueron los que motivaron la intentona de los mercenarios para asesinar a Maduro…
Aunque según aclaró el Jefe de ellos, el canadiense ex boina verde del Ejército norteamericano Jordan Goudreau, quien reconoció ser el responsable de la fallida incursión; el magnicidio -pues se duda que hubieran podido sacarlo vivo y llevarlo a EE.UU. para que lo juzgaran- se pactó en 221 millones de dólares…
¿Este es el mundo que con su infinita sabiduría planeó el Creador? No lo creo. Porque de que somos parásitos de La Madre Tierra, ni quien lo dude. No encajamos como eslabón de ninguna cadena ecológica…
Y toda vez que es forzoso y necesario que los parásitos lleguen de fuera. No hay parásitos propios, se confirman las palabras de Pitágoras (569 – 475) “El hombre que actualmente puebla el Planeta, vino de las estrellas. Por eso siempre querrá regresar a ellas”…
Dicho de otra manera, no solo salimos sobrando; somos indeseables. Todo lo destruimos en aras de nuestra comodidad. Y lo peor es que sabemos que lo que hacemos no está bien; pero no estamos conscientes de ello y lo continuamos haciendo…
Ejemplo: la gente que fuma sabe que hacerlo es dañino, que le provocará enfermedades tal vez letales; pero no está consciente de ello. Si estuviera consciente dejaría de fumar…
Afortunadamente el mismo Pitágoras nos dio la explicación de nuestro aberrante comportamiento al sentenciar que “El bien y el mal no existen; solo existe la salud y la enfermedad”…
O sea, que no nos hicieron mal, que no somos una porquería; sino que nos hemos convertido en eso, en basura…
Pero como también dijo que “Todos somos el resultado de lo que hemos comido”, pues nos dio la solución a todos nuestros problemas. Lo único que tenemos que hacer para dejar de actuar de manera tan absurda, es comer de otra manera.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida
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