En esta ocasión no se hará referencia al banderazo que en cuanto las circunstancias se lo permitan tiene programado dar el Presidente López Obrador a “su” repudiado Tren Maya…
Caprichíto que para él vendrá siendo lo que El Valle de los Caídos fue para “El Caudillo de España, por la Gracia de Dios; el Generalísimo Francisco Franco (1892 – 1975) y olé; de donde, por cierto, ya exhumaron sus restos…
O lo que hubiera sido el aeropuerto de Texcoco para Enrique Peña Nieto, de no habérselo echado a perder el actual gobierno de su sucesor. Y no vaya siendo, por aquello de que todo se regresa, que quien lo siga en la Presidencia le vaya a hacer lo mismo con “su” Tren…
Y se cita como “su” Tren; porque nadie lo quiere; solo él. Su consulta a mano alzada fue una vil y burda patraña; igual a la rifa del avión. Pero “su” Tren -si es que acaso llega a terminarlo-…
Porque como prueba irrefutable de que nadie lo quiere por la destrucción que hará a su paso, hay amenazas de dinamitar los tramos que vayan construyendo; toda vez que quienes viven por la ruta trazada opinan que va a hacer mucho daño a la ecología y a los habitantes de esas regiones. Pero no vamos a comentar de ello…
Se va a comentar del banderazo de salida a la guerra que ya se dio; por lo que sería más propio llamarlo cañonazo de inicio a un conflicto que hasta el momento se había limitado a unas cuantas escaramuzas…
Pero que ya subieron de tono desde el momento en que Mike Pompeo, el Secretario de Estado norteamericano, informó al Congreso de la Unión que Hong Kong ha dejado de ser un gobierno autónomo de China…
Y amenazó al gobierno de Pekín con serias consecuencias económicas que se darán a conocer este fin de semana; y que seguramente harán más daño que una guerra con armas…
Pero si Washington prefirió no meterse en el conflicto de Crimea, cuando llegó a independizarse de Ucrania y anexarse a la Federación Rusa; y solo se limitó a vociferar e imponer sanciones al Kremlin; pues una guerra con Rusia, aún teniendo bases en Ucrania, la hubiera perdido…
Por lo que especular si tendría posibilidades de adentrarse en un conflicto armado con Pekín para defender la autonomía de la Isla, es absolutamente impensable. Pero las sanciones y las consecuencias que estas traerán para ambas Naciones y de hecho para el mundo entero, serán enormes, porque China no se va a quedar con los brazos cruzados…
Y se puede anticipar que los asiáticos saldrán triunfadores; pues más depende EE.UU. de China para llevar a cabo su comercio internacional, que viceversa. Sin que se pase por alto la reciente jugada maestra que hicieron los chinos al comprar a precios de remate todas las acciones de las empresas norteamericanas que operaban en su territorio…
Pero por lo pronto, el Primer Ministro chino Xi Jinping, después de que la Asamblea Popular Nacional impuso la Legislación de Seguridad Nacional a Hong Kong, declaró que no permitiría ninguna ingerencia extranjera en los asuntos de la Isla, por lo que puso al Ejército Rojo en alerta máxima…
Toda vez que EE.UU. está metido a fondo apoyando en Hong Kong a los que a sí mismos se llaman democratizadores; pero que en China continental los ven como independentistas; y que arrogantemente a ellos los ven por sobre el hombro, es decir, como los fifís ven a los chairos.
Ya de salida…
No deja de ser penoso el observar el grado de pánico que alcanzan las personas, que llegan a creer en virus voladores que se propagan por el aire. Pero como tienen poca resistencia física y no pueden volar largos trechos, con Susana Distancia es suficiente para evitar el contagio. No te puedes acercar a nadie, pero si puedes dormir con tu esposa. Ajá…
Y luego, hasta cierran el centro de las Ciudades perjudicando seriamente al comercio, cuando ya de por sí está bastante golpeado por el miedo de las personas a salir a las calles…
Está bien que la campaña para convencer a la gente de la peligrosidad del bicho ha estado intensa como ninguna, llevan meses con lo mismo y han llegado a impactar fuertemente en el ánimo de las personas, a tal grado que han caído presas del pánico…
Pero a todos, desde recién nacidos nos hicieron creer que una víbora parlanchina fue la que le entregó el fruto prohibido al inocente de Adán para que se lo comiera y a toda la humanidad se la cargara el rancho de López Obrador…
Y también las campañas navideñas convencen a los niños de que Santa Claus les trae juguetes -o del Niño Dios, como se prefiera- pero no se puede ir por la vida creyendo en esas cosas…
Por ello, en pleno Siglo XXI seguir creyendo en plagas apocalípticas, cuando desde hace miles de años se sabe que en las epidemias a unos les da y a otros no les da. Y que en lugar de andar buscando vacuna$...
Lo que deberían de haber hecho, es estudiar a los que no se han contagiado para encontrar el común denominador que los identifique y abocarse a ello…
Pero eso a los “epidemiólogos” ni se les ocurre; porque hasta los más inocentes se dieron cuenta de que lo declaraban los “sobrevivientes” al Bicho, estaba más que arreglado.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida. |
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