Se derrumba el panorama para el ex diputado federal.
Los tucanes le tiran a Silva Ramos.
Derivado de un consenso y en común acuerdo de los integrantes del Consejo Político Nacional de dicho instituto político, mismo que se llevó a cabo el pasado 12 de agosto, el Partido Verde Ecologista de México dio a conocer que para el próximo proceso electoral 2020-2021, contenderá solo, sin coaliciones, sin frentes o alianzas en cualquier modalidad, en lo que respecta a las elecciones de ayuntamientos y alcaldías.
Palo.
Lo curioso es que dicho negocio, perdón, partido se dice convencido de que “un buen trabajo, nuestra determinación y la confianza de la gente, es lo que nos permitirá alcanzar el triunfo en los ayuntamientos y las alcaldías de todo el país, donde nuestra única alianza o acuerdo será con los ciudadanos”.
Por favor, al menos en Veracruz el discurso pronunciado no se parece, pero ni tantito, a lo que expresa el dirigente nacional.
En tierras veracruzanas el Verde Ecologista no es otra cosa que una franquicia, un negocio regenteado por un tibio sujeto, por una marioneta de Jorge Carvallo, de nombre Carlos Marcelo Ruiz Sánchez.
De lo que menos se le ha acusado a Carlos Marcelo es de malversar recursos, fie al estilo de su padre, Armando Ruiz Ochoa, este sujeto salió fino para el billete.
Ya en repetidas ocasiones lo han señalado de usar los recursos con fines personales y enriquecerse de la noche a la mañana.
Es un secreto a voces lo que se maneja hacia el interior de las filas verdes, ya que precisan que desde que asumió el control de dicha franquicia en la entidad, septiembre de 2017, lo único que ha hecho es desviar recursos públicos para beneficio personal, la prueba de ello está en los bienes que ha adquirido en el tiempo que lleva como dirigente estatal.
Desde su llegada al Verde Ecologista veracruzano, Ruiz Sánchez jamás ha asumido su responsabilidad de conducir los trabajos y las estrategias del partido, mucho menos ha mostrado seriedad en la renovación y el fortalecimiento los comités municipales y distritales en un nuevo acercamiento con la militancia y de toda la estructura electoral de dicho partido en la entidad veracruzana.
En pocas palabras todo eso le ha valido madre.
Ha sido cínico.
Lo curioso es que su partido lo presume como lo mejorcito que tiene en cuanto al activismo político y a la promoción del voto. Por favor.
De la mano con Alberto Silva Ramos, el hijo del ex alcalde de Orizaba y también mozo de estoques de Dante Delgado, se dice que ya había hecho negocio con la candidatura a la presidencia municipal de Tuxpan, ya que “el Cisne”, terco como es, ambiciona de nueva cuenta aposentar sus escurridos glúteos en la silla que hoy ocupa el primo de Pepe Mancha.
Por ello quizá el ex coordinador de comunicación social prácticamente ya andaba, en abierto, en campaña.
Con la determinación tomada por la dirigencia nacional del Verde, se le viene abajo el negocio al hijo de Armando, ya que sus allegados señalan que la venta de candidaturas ya estaba al orden del día, era un tema agendado.
Con lo anterior quien se encuentra bastante feliz es el diputado local del PT, un tal José Manuel Pozos Castro, ya que también tiene puesto su corazoncito en la alcaldía del puerto de los bellos atardeceres.
Aun cuando el ex priista, y ahora petista, no nació en aquel paradisiaco puerto, ya que es nativo de Plan de Las Hayas municipio de Juchique de Ferrer, presume ser un distinguido tuxpeño, versión que para nada les agrada a los realmente nacidos en Tuxpan de Rodríguez Cano.
Provecho.
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