Hacia el interior de dicho negocio, aquí en la tierra de María Enriqueta, los demonios andan sueltos.
La candidatura a la alcaldía, ha despertado la ambición hasta del más mostrenco.
Los advenedizos no se amedrentan, al contrario, lo mezquino los alienta y los impulsa.
De todos ellos no se hace uno, no tienen trabajo partidista, son oportunistas, se cuelgan de la valenciana del tabasqueño y otros, como en el caso del vástago de la actual legisladora federal, solo es un capricho materno.
Los nombres aquí los tiene: Ernesto Pérez Astorga, un tal Raymundo Andrade Rivera. José Rigoberto Amezcua Mora y el cacique constructor Roberto Bonilla.
Sí, estos son los cuatro fantásticos.
Le cuento.
El tal Ernesto Pérez Astorga no es bien visto en el vecino municipio, es soberbio, su inclinación primero fue la silla principal del palacio municipal de Xalapa, pero como ni cuando menos fue tomado en cuenta, ahora intenta colarse en este cafetalero municipio, sus amanuenses se han dado a la tarea repetir su nombre por todos lados intentando, a como dé lugar, posicionarlo entre los de a pie.
Pérez Astorga no tiene luz propia, no posee brillo político, se cuelga de los que, sí se afanan, de aquellos que realmente tiene trabajo y capital político, los mismos que ya cualquier partido político los quiere en sus filas para levantarse con la vitoria.
El tal Ernesto, es un tipo que nada bueno puede ofrecerle a los coatepecanos.
El legislador local, un tal Raymundo Andrade, resultó ser todo un fiasco, una porquería como representante popular.
Su desmedida inclinación al alcohol le ha traído fuertes problemas, entre los electores es más conocido por las singulares escenas que borracho ha protagonizado, que por su trabajo en favor del distrito que representa. Los vecinos están ciertos que solo ha trabajado para su familia, para su persona, nunca en favor de quienes dice personificar. Al igual que su homóloga, Rosalinda Galindo Silva, se ha ocupado, y preocupado, por buscarle acomodo laboral a toda su parentela, el borrachín no quiere que su familia viva en el error, como dijera el “Tlacuache” Garizurieta.
En lo que refiere a José Rigoberto no le interesa la política, entre los coatepecanos es un secreto a voces que no tiene el mayor deseo de buscar un cargo de elección popular, la que ha mostrado terquedad es su progenitora, la actual diputada federal, sí, la grisácea parlamentaria es la que ambiciona que su vástago se suba al ring electoral aun cuando éste no represente nada, ni a nadie.
Carmen Mora aún vive en su burbuja, permanece anclada en las pasadas glorias del negocio ese llamado Morena. La pupila de San Lázaro, quien por cierto ha mostrado una excelente capacidad para levantar el dedo y cobrar la dieta, olvida que esta vez en la boleta electoral del próximo año, ya no vendrá ni la foto ni el nombre del dueño de “La Chingada”, lo que deja en considerable desventaja a muchos entenados políticos del tabasqueño.
Y al cacique constructor, Roberto Bonilla Gómez, todos lo conocen por su alta responsabilidad y trabajo, por su apatía hacia la política, lo suyo es la pala y la cuchara, la cal y el cemento.
Aun cuando es insistentemente mencionado, al empresario constructor no lo inquieta, pero ni tantito, un cargo de elección popular, lo cierto es que se deja querer, pero con la única ambición de negociar la candidatura a la diputación local para su hija, sí, para la actual sindica de Coatepec Arely Bonilla.
Ella sí se desvive por irse a deambular por los pasillos del congreso local, su anhelo ha sido convertirse en toda una figura decorativa en la sede parlamentaria veracruzana. El turismo legislativo le caería de maravilla.
Los que le conocen aseguran que Bonilla Gómez, no habrá de quitar el dedo del renglón, habrá de hacer hasta lo imposible por cumplirle el capricho a su hija, por eso, reiteramos, se deja querer.
Espere programas.
Esto apenas comienza.
PVEM – EL HIGO.
En días pasados asumió la presidencia del Comité Directivo Municipal de dicho instituto político en esta ciudad, el Ingeniero Alberto de la Garza Martínez.
Acompañado de los nuevos coordinadores del comité municipal como Ceila Zavala, de Organización; Jorge Eulalio Riego, de Procesos Electorales; Ariadna Morales Lizcano, de Ecología y Medio Ambiente; José de Jesús Chavar, de Finanzas; Olga Meza, de las mujeres; Montserrat Torres, de Comunicación Social y Rigoberto Rodríguez, de asuntos de la juventud, de la Garza Martínez anticipó que su partido buscará consolidar una gran alianza con otros institutos políticos.
De la Garza Martínez es un convencido que el partido verde se encuentra organizado y listo para los próximos comicios federales y locales que tendrán lugar el año próximo.
Como bien señala “la idea es aglutinar una corriente que fortalezca la transformación de la vida pública que se vive en estos momentos en todo el país, y en ese propósito nosotros coincidimos con la bandera social de Morena y la lucha en favor de los trabajadores que desde hace muchos años ha encabezado el PT; hay mucho por hacer en el norte del estado, y esta es una gran oportunidad de sumar esfuerzos en un solo propósito: garantizar el bienestar de nuestro pueblo”.
Lo cierto es que con esta atinada designación hoy da comienzo una nueva etapa del PVEM en El Higo. No se duda que se habrá de trabajar desde la célula básica de la sociedad que es la familia; en los hogares, con quienes quieren consolidar el cambio y la transformación social.
No olvidemos que quienes integran el comité municipal son jóvenes con una trayectoria de honestidad y trabajo en equipo, y esa es su mejor carta de presentación.
Por cierto, su padre, Evencio de la Garza Rivera, fue alcalde de esta ciudad precisamente por el PVEM, lo que lo obliga a redoblar esfuerzos en favor de sus paisanos y de paso consolidar un proyecto de unidad, tomando como base el liderazgo, la congruencia y la sensibilidad social que caracterizó en vida a su señor padre.
Bien. |
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