AUNQUE digan lo que digan, el Movimiento de Regeneración Nacional, constituido como partido político, ha quedado profundamente dividido a raíz del proceso interno mediante el cual renovó a su dirigencia. Los desacuerdos entre su militancia ya son evidentes y por lo tanto ponen en riesgo su unidad y sobre todo, la posibilidad de seguir siendo un partido con mayoría en el congreso, lo que, finalmente sería contraproducente para los fines políticos y reeleccionistas del Presidente Andrés Manuel López Obrador. Hay que recordar que desde hace tiempo, López Obrador, ha venido construyendo su alargamiento en el mandato presidencial, lo que terminará, sin duda alguna, con las reformas constitucionales a modo con la finalidad de que pueda acceder a otro mandato, por lo menos, según los cálculos que viene haciendo. Para eso, necesita, indudablemente, que en las próximas elecciones gane la mayoría de las posiciones legislativas, ya que de otra manera se verían truncados sus deseos políticos de poder continuar en el poder.
Los resultados de la reciente consulta para formalizar una dirigencia nacional en su partido, por ahora, le favorecen, pero no serán suficientes si en las elecciones venideras pierde la mayoría en el Congreso. La estrategia ya está en marcha, pues sino llegan a darse las condiciones para sus concretar sus proyectos políticos, entonces estaría la posibilidad de que su Secretario de Relaciones exteriores, entrara al quite, es decir, que fuera el futuro candidato a la Presidencia. En este momento, dicho Secretario, Marcelo Ebrard Casaubón, sabe que tiene que estar a la espera de estos acontecimientos, porque no llegaría, en la próxima sucesión, a ser el candidato de Morena, porque está primero su Jefe inmediato. Hablar de la reelección, no es nada raro, puesto que muchos indicios hay de que López Obrador, quiere mantenerse en el poder por más tiempo. Para eso ya está pensando en varias reformas constitucionales, lo que hará a partir de la consulta del dos mil veintidós, mediante la cual se decidirá si continua en el poder o no, cosa que de antemano ya se sabe que será a su favor, primero porque tiene todavía el número de votos que le hacen falta y segundo, porque, finalmente, no hará caso a dichos resultados, pues inventará cualquier pretexto para salvar un posible fracaso.
Ya se ha visto que el Presidente, no respeta su palabra, por lo que cualquier resultado que se tenga en la consulta, le dará lo mismo para él, de tal manera que nadie debe pensar que de verdad, el Presidente se iría de Palacio Nacional, si una consulta le dijera que tiene que hacerlo. Su problema, por ahora, aunque no lo parezca, es la situación que vive su partido, porque todavía lo necesita para ganar la mayoría de posiciones políticas en el congreso. Hace tiempo, habíamos dicho que Morena, ya no era del interés de López Obrador, puesto que el objetivo de llevarlo a la Presidencia de la República, se había cumplido, tanto que dejó que libremente decidiera su dirigencia nacional, pero no, al final de cuentas, tuvo que tomar en consideración sus fines políticos y resolvió que fuera Mario Delgado, el dirigente nacional, quien servirá para los dos fines ya expuestos, es decir, que le procure los triunfos necesarios para su reelección y en caso necesario, poner en práctica el plan siguiente que sería darle la candidatura de Marcelo Ebrard, lo que todavía estaría muy difícil de conseguir, por la oposición interna que encontrará
dentro de Morena, luego de que, como ya hemos señalado, este partido se encuentra en estos momentos seriamente fracturado. Por ahora este es el riesgo de Morena, para conseguir los triunfos necesarios que requiere el Presidente. Sin la mayoría en el congreso, prácticamente, el Presidente, se encontraría con las manos atadas. La consulta de Morena, para renovar su dirigencia, parece que no era el camino a seguir. Se quedaron muchas inconformidades, muchos quebrantos internos, muchos obstáculos que salvar, comenzando por la Secretaría General, que definitivamente no jalará para el mismo lado.
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VERACRUZ, LAS COSAS DE MAL EN PEOR
EN VERACRUZ, las cosas andan peor de lo que estaban. Resulta que la clara intervención de los poderes Ejecutivo y Legislativo, para correr a Sofía Martínez Huerta, de la Presidencia del Tribunal Superior de Justicia, aparte de haber sido un procedimiento ilegal, es una absoluta falta de respeto a la división de poderes, que con estos actos se revela de que, efectivamente, solo funciona en teoría, pero no en la práctica, ya que cualquiera puede decidir, de la noche a la mañana, a quien quita y a quien pone.
Independientemente del incumplimiento de un deber legal, que al parecer se le atribuye a la depuesta titular del Poder Judicial del Estado, lo que media en este asunto, es el procedimiento que se utilizó para estos fines, es decir, deshacerse de una funcionaria que había sido elegida por el pleno de magistrados como Presidente del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura. No se sabe cómo es que los magistrados, actuaron de esta forma, acatando lineamientos fuera de la vida interna del Poder Judicial.
Qué garantía hay para los veracruzanos, de que la justicia es bien administrada, dándole a cada quien lo que le corresponde, si en el mismo seno del Poder Judicial, existen toda esta clase de ilegalidades que ponen en entredicho la seriedad y el prestigio jurídico de Veracruz.
No cabe duda, de que como dice constantemente el Presidente de la República, ya no es lo mismo de antes.
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EL PRI, GANARÁ XALAPA.
AÚN NO SE SABE quien será el candidato para buscar la alcaldía de la capital del Estado, ni tampoco se sabe si finalmente el Partido Revolucionario Institucional, aceptará una alianza política con el PAN y el PRD, principalmente, pero lo que si se sabe es que hay por lo menos dos candidatos plenamente identificados, es decir, Américo Zúñiga Martínez, y a Renato Alarcón Guevara, aparte, muy aparte, de otros personajes que pudieran entrar en la jugada y que serían, de igual manera, opciones importantes para una ciudadanía capitalina que ya está mirando con gran
atención el futuro de este municipio, después de la debacle que se ha tenido en estos tres años de gobierno, considerado un verdadero fracaso.
El PRI, como lo vaticinamos hace tiempo, se levantaría de su terrible caída en las elecciones pasadas, lo que concreta una vez más aquella sentencia popular de que no hay mal que por bien no venga, o bien aquella otra de que no hay mal que dure cien años.
Si se llegara a concretar la alianza política, habría que considerar la decisión que se tome para encabezar la candidatura y eso, seguramente, que se verá en poco tiempo, cuando todo este proyecto comience a madurar.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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