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| En un año turbulento por COVID, el peso pierde 5.80% ante el dólar y cierra en 19.95; la BMV baja 0.8%. | ||||||
| El año del Gran Confinamiento los mayores movimientos del tipo de cambio se debieron a factores externos. Principalmente, debido al desarrollo de la pandemia de la COVID-19, además de la aprobación de políticas fiscales y monetarias flexibles en Estados Unidos. | ||||||
| Jueves 31 de Diciembre de 2020 | ||||||
| Por: sinembargo | ||||||
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El peso observó la volatilidad más elevada desde 1995, de acuerdo con la analista de Banco Base, Gabriela Siller. “Fue incluso superior a la volatilidad de 2008 cuando se ubicó en 19.42 por ciento, por la reacción inicial de los mercados financieros al comienzo de la Gran Recesión“, planteó. En el año, la moneda mexicana se depreció 5.80 por ciento, equivalente a un retroceso frente al dólar de 1.1 pesos. En los 12 meses transcurridos el peso vivió una montaña rusa frente al dólar tocando un máximo de 25.1350 pesos por dólar, el 23 de marzo, una semana antes de la declaratoria de contingencia sanitaria. El mínimo alcanzado fue de 18.5520 pesos por dólar, el 14 de febrero. El peso se depreció 39.2 por ciento, equivalente a 7.26 pesos, a lo largo de 35 sesiones, de acuerdo con las cotizaciones observadas por Banco Base. La última sesión del año la terminó con una depreciación de 4 centavos o 0.21 por ciento. El dólar spot se vende en 19.9500 pesos, en tanto que en ventanillas de BBVA se coloca en los 20.14 pesos por cada billete verde. A lo largo de la sesión el Banco de México observó un tipo de cambio entre 19.8470 y 19.9500 pesos por dólar. “La depreciación del peso en el año fue la mayor desde 2016, cuando perdió 20.45 por ciento frente al dólar tras las elecciones presidenciales de Estados Unidos, en las que Donald Trump resultó ganador. Cabe mencionar que el peso mexicano había ganado terreno durante tres años consecutivos del 2017 al 2019”, apuntó Siller. El tipo de cambio comenzó a reaccionar al alza a partir del 20 de febrero y a lo largo del año se movió en función de las noticias sobre la pandemia: positivas, por el proceso de desarrollo y distribución de vacunas y negativas, por la segunda ola del virus y las medias de confinamiento. La mayor parte de los movimientos de los mercados se debieron a factores externos. Principalmente, debido al desarrollo de la pandemia de la COVID-19, además de la aprobación de políticas fiscales y monetarias flexibles en Estados Unidos. Además, afectaron directamente la publicación de indicadores económicos relevantes; los movimientos de los petroprecios; el desarrollo de una vacuna eficiente. El IPC (S&P/BMV IPC) de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) terminó el año con una depreciación de 0.83 por ciento, 370.35 unidades menos que la cotización del inicio de año, cuando terminó en 44 mil 437.23 unidades. El IPC se coloca en las 44 mil 066.88 unidades, una caída de 1.40 por ciento, equivalentes a -627.08 puntos. En cuanto a los petroprecios, el barril de la mezcla mexicana de exportación terminó la cotización del 30 de diciembre en 46.88 dólares por barril, lo que significó una caída anual de 17.3 por ciento, equivalente a 9.79 dólares menos de los 56.67 dólares en que arrancó 2020. Desde enero la guerra de los costos internacionales, encabezada por Rusia y Emiratos Árabes comenzó a golpear las cotizaciones, pero fue en abril, con la conjunción de esta y la pandemia que frenó las actividades económicas, que llevó al barril a venderse en un mínimo histporico de -2.37 dólares. Desde entonces la cuesta arriba del precio del crudo mexicano ha sido compleja. “El impacto de la pandemia implicó el cierre de negocios de forma temporal y permanente, lo que se tradujo en caídas de la actividad económica. Para el caso de México, se estima una contracción del PIB de 8.7 por ciento en 2020, por lo que sería la mayor contracción económica desde la Gran Depresión”, destacó Siller. Desde la caída del segundo trimestre la economía mexicana se empezó a recuperar, principalmente por la mejora en la demanda de las exportaciones, sin embargo, el consumo y la inversión muestran caídas anuales y una recuperación mensual lenta. Además el gasto público tuvo un subejercicio de 6.8 por ciento en el gasto programable al mes de octubre. A nivel interno, los inversores observan una mayor percepción de riesgo. A lo largo de 2020 se suscitaron eventos que afectaron la confianza de los inversionistas, como la cancelación de proyectos de inversión, en el que se incluyó la planta de Constellation Brands y las operaciones de las plantas de generación de energía renovable. “También preocupa que se vulneren instituciones que dan certidumbre a los agentes económicos”, alertó la analista. El intento de reforma sobre la Ley del Banco de México generó nerviosismo interno pues se podrían desencadenar sanciones internacionales porque se vulneraría su autonomía. Hacia 2021 se mantiene la atención sobre la eliminación de organismos como la Cofece, el IFT y la Consar por parte de la administración federal. Sin embargo, se espera una menor volatilidad. Sobre la pandemia, es probable que continúe la distribución de las vacunas principalmente en economías avanzadas y aunque no haya disponibilidad global, se reducirá la aversión al riesgo de los inversionistas. Hasta ahora Banco Base contempla tres escenarios para el tipo de cambio, que dependen de la percepción de riesgo y la posición monetaria de México respecto a Estados Unidos. “El escenario optimista es el que parece tener mayor probabilidad de ocurrencia actualmente”, dijo Siller, que es el de un tipo de cambio alrededor de 18.50 a 19.50 pesos. Los otros dos escenarios plantean: pesimista, de 22.00 a 23.00 pesos; y medio, alrededor de 20.50 a 21.50 pesos. |
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