La esencia de la calidad humana, de lo poco común, lo extraordinario, lo comprometido socialmente, lo diferente y el cambio es hacer algo por los demás. Es esa actitud lo que hace distintas a las personas. Hay una inmensa mayoría que no está dispuesta a mover ni un dedo por los otros. Pero siempre ha habido quienes están en posición de hacer algo por los demás. En ese terreno está el MOPI. Eso que se hace ocurre en los más diversos ámbitos: con los vecinos, en el trabajo, en la escuela, en las iglesias, en la amistad, con mascotas, en seguridad,etc.. Puede ser con acciones pequeñas o grandes. Es solidaridad, cooperación, compromiso y altruismo. Se hace en forma incondicional. No es cuestión ideológica o política. Es calidad humana. No vale y se deforma cuando lo hacen políticos o funcionarios con recursos públicos. Y peor si viene de partidos políticos. Ahí no existe lo genuino. Incurren en abusos y desfiguros cuando se presentan como benefactores en base a presupuestos oficiales. Eso es caricatura. Las personas religiosas destacan por su condición solidaria. Igualmente lo hacen los ciudadanos que tienen conciencia social. Es la historia del MOPI: gestión social, organización popular, lucha por libertades democráticas y solidaridad efectiva. Atrás de los discursos, de las grandiosas intenciones y de la propaganda queda una esencia de convicción y compromiso: hacer algo por los demás. Por gusto, con normalidad y sin teatro. Hacer el bien para sentirse bien. Hacer algo por los demás es un nivel superior en las personas. Son mejores si lo hacen sin esperar nada a cambio. Quien lo hace desde la política, incluso con recursos propios, degrada sus acciones porque espera adhesiones y votos. Busca algún tipo de reciprocidad. Eso no es correcto.
Una labor comunitaria continuada por un lapso extenso es reflejo de compromiso social total. Habrá quien haga algo por un tiempo breve, y eso no desmerece sus acciones. La sociedad no estimula ni reconoce claramente los actos de generosidad salvo en caso de desastres; es omisa de destacar los hechos individuales o colectivos que tratan de apoyo a la gente. Incluso ve como extraños a quienes lo practican.
En el océano de demagogia y charlataneria, en los campos donde ya no hay ideología y donde las afinidades son por mitos y colores, lo más sano y útil es hacer algo por los demás, desde algo pequeño hasta en cosas más grandes, por un breve lapso o por mucho tiempo. Eso es concreto. Es la historia del Movimiento Popular Independiente que se formó en Xalapa hace 36 años. A través de luchas y organización se volvió un referente de solidaridad y de conciencia social donde se hace efectivamente algo por los demás.
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