El papa eligió al obispo Ronald Hicks, de 58 años, que tiene experiencia de primera mano en países desde donde millones de personas han emigrado a los Estados Unidos, para dirigir la iglesia en Nueva York.
En la mañanera del pueblo, explicó que la llamada “súpergripa” circula en Europa y Estados Unidos, y que se previene con la vacuna contra la influenza, disponible en el país.