Denuncia dirigente de la CROC demolición de viviendas históricas en el centro de Río Blanco; pide investigar a fondo
MEMORANDUM 2.- De acuerdo con el dirigente de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC), César Silva Reyes, la demolición de viviendas ubicadas en el centro histórico de Río Blanco, cercanas a la emblemática fábrica textil donde nació el movimiento obrero, debe someterse a una investigación a fondo. De igual forma, exigió que se esclarezca el origen de los permisos con los que se autorizó el derribo de estas casas que forman parte del patrimonio histórico de Río Blanco. Las casas fueron construidas por la entonces empresa Cidosa a finales del siglo XVIII, con materiales de Europa, aseguró el dirigente obrero. “Casualmente lo platicaba ayer, esas casas sobrevivieron al terremoto del 73 y en un rato de inconsciencia las están demoliendo, seguramente con permisos del propio ayuntamiento. Es una ofensa a la historia de nuestra ciudad”, reiteró. Silva Reyes pidió la intervención del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para verificar si emitió alguna autorización y, en caso contrario, proceder legalmente contra quienes hayan dado luz verde a la demolición. “Si el INAH no autorizó nada, entonces que se aplique la ley y se suspenda de inmediato el derrumbe”, exigió. El dirigente aseguró que detrás de estas acciones podría haber intereses económicos que buscan aprovechar los terrenos para nuevas construcciones que no respetarían el valor histórico de la zona. “Seguramente planean un negocio con construcciones que nada tienen que ver con la plazoleta cívica e histórica. Eso sería un atropello más a la memoria del movimiento obrero”, advirtió. Los inmuebles demolidos se encuentran en las inmediaciones de la antigua fábrica textil, espacio emblemático de la huelga de 1907 que marcó un precedente en la lucha obrera en México. Para los habitantes de Río Blanco, la pérdida de estas construcciones no solo es material, sino simbólica, pues representan parte de la identidad del municipio. Silva Reyes también señaló la presunta complicidad del gobierno local en este proceso. El propietario de los inmuebles, se conoció, es el extesorero municipal y excandidato a la alcaldía José Gómez Deyta lo que hace presumir un respaldo directo del presidente municipal. “Indudablemente fue el visto bueno del alcalde, pues el dueño, al parecer, es su tesorero y quien perdió la campaña. No hay otra explicación para que hayan permitido un daño de esta magnitud”. Vecinos de la zona también manifestaron su inconformidad y lamentaron que las autoridades municipales no hayan informado con claridad sobre los permisos otorgados. Señalaron que la demolición comenzó de manera repentina, sin avisos previos ni explicación pública, lo que ha generado suspicacias sobre el verdadero fin de los trabajos. En ese tenor, la CROC llamó a detener de inmediato las obras y advirtió que, de ser necesario, recurrirán a movilizaciones para exigir respeto al patrimonio. “No podemos permitir que intereses privados pasen por encima de la historia y la cultura de Río Blanco. Si es necesario salir a las calles, lo vamos a hacer”, aseguró Silva Reyes. Hasta el momento, ni el Ayuntamiento ni el INAH han emitido un posicionamiento oficial sobre la demolición, lo que mantiene la incertidumbre entre los pobladores. Lo cierto es que la desaparición de estas viviendas vuelve a poner sobre la mesa la falta de políticas claras para proteger los espacios históricos del municipio y la región. La exigencia de la CROC es clara, dice, “suspender de inmediato la demolición, investigar el origen de los permisos y sancionar a quienes resulten responsables. Mientras tanto, Río Blanco presencia cómo parte de su historia corre el riesgo de ser borrada por intereses particulares”, así las cosas.