Empresarios rechazan nuevas casetas en la Córdoba–Orizaba, el proyecto solo busca recaudar más dinero
MEMORANDUM 3.-
El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) de la zona Córdoba-Orizaba rechazó el proyecto federal que contempla la construcción de un puente elevado entre Ciudad Mendoza y Córdoba, la habilitación de carriles confinados y la instalación de dos nuevas casetas de peaje, luego de que el Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin) –antes Fodein– ya elaboró los primeros estudios y levantamientos topográficos para la obra...Será un golpe al bolsillo de automovilistas y trasportistas. Además, los empresarios advirtieron que esta medida podría colapsar la economía regional y afectar gravemente el intercambio comercial e industrial del sur-sureste del país. Luis Cruz Montesinos, presidente del organismo empresarial, explica que el gobierno de la República pretende reubicar la caseta de peaje retirada hace algunos años en Fortín de las Flores para colocarla en dos puntos nuevos, una en Nogales y otra en Amatlán de los Reyes. Además, se planea construir un puente elevado con carriles laterales para residentes, lo que calificó como un proyecto “mal planeado, recaudatorio y sin justificación técnica”. “Nos oponemos firmemente porque esto no representa desarrollo, sino retroceso. Las nuevas casetas, junto con el puente y los carriles confinados, van a provocar un serio problema de circulación en las carreteras y afectarán la competitividad de toda la región”, indica Cruz Montesinos. El empresario recordó que la autopista Ciudad Mendoza-Córdoba es una de las principales vías de comunicación entre el altiplano y el Golfo de México, por donde circulan diariamente miles de unidades de transporte de carga que abastecen al puerto de Veracruz y al sur del país. Cualquier obstáculo en esa ruta, insistió, se traduce en pérdidas económicas para los sectores productivos. “Son medidas que sólo buscan recaudar, no mejorar la vialidad. No puede haber casetas tan seguidas; a unos cuantos kilómetros están las de Esperanza, Puebla, y Cuitláhuac, Veracruz. Colocar dos más es absurdo. Esto afectará el transporte de mercancías, el comercio y la industria de toda la región”, expresa. El dirigente empresarial señala que, aunque Fonadin ya efectuó los estudios preliminares, el proyecto carece de un diagnóstico integral que considere el impacto económico y social. Señaló que la falta de comunicación con los sectores productivos es una señal preocupante. “Sabemos que ya se hicieron los primeros levantamientos topográficos, pero pedimos que se detenga este proyecto antes de que inicien las obras. No nos oponemos a la inversión, pero sí a una obra que no resuelve los problemas reales de movilidad y que traerá más caos que beneficios”, puntualiza. El plan contempla un puente elevado similar al construido en la entrada a Puebla, con carriles laterales para los residentes y dos carriles confinados para el tránsito de paso. Sin embargo, Cruz Montesinos aseguró que ese modelo no se ajusta a la dinámica vial de la región, donde circula una alta cantidad de transporte pesado y de largo recorrido. “Un carril confinado no va a resolver nada. Es un diseño que no da fluidez ni seguridad. Lo que se necesita es una ampliación real o una vía alterna moderna, no una obra improvisada que complicaría más el tránsito pesado”, dice. El presidente del CCE advirtió que durante la construcción del puente la región enfrentaría un colapso vehicular que impactará directamente a los sectores productivos y turísticos, además de causar pérdidas económicas por el retraso en el transporte de bienes y servicios. “Esa obra, tal como está planteada, va a colapsar la economía regional. El tránsito se volverá un caos, los costos logísticos subirán y muchas empresas verán afectada su operación. No se puede hablar de desarrollo cuando las decisiones se toman sin escuchar a quienes todos los días usan esa carretera”. Por ello, hizo un llamado a la Secretaría de Desarrollo Económico y Portuario (Sedecop) y a la gobernadora Rocío Nahle García para intervenir ante las autoridades federales y revisar la viabilidad del proyecto. “Pedimos el apoyo de la gobernadora Rocío Nahle. Esto no sólo afecta a los empresarios o transportistas, sino a toda la población que transita por la autopista. Es momento de frenar una obra que no tiene justificación técnica ni económica”, afirmó. Cruz Montesinos reiteró que los empresarios de la región no están en contra del progreso ni de las inversiones, sino de las decisiones mal planeadas que ponen en riesgo la competitividad del corredor industrial Córdoba-Orizaba, “queremos obras bien hechas, que impulsen la movilidad y el desarrollo. No estamos en contra del crecimiento, pero sí de los proyectos improvisados que terminan costando más a la gente y frenando el avance del estado”, concluyó.