Francisco Cabral Bravo
Con solidaridad y respeto a Rocío Nahle García y Ricardo Ahued Bardahuil
“Las organizaciones no fracasan por falta de estrategia, sino por falta de ejecución”. Jeffrey Pfeffer.
“La ejecución es el eslabón perdido entre las aspiraciones y los resultados”. Ram Charam.
Reconocemos: planear es importante, pero ejecutar es esencial. La ejecución requiere juicio, disciplina y sabor prudencial; la capacidad de tomar decisiones acertadas en contextos reales, prácticos y cambiantes. “Los planes son solo buenas intenciones a menos que se ejecuten lo más pronto posible”. Peter Drucker.
Como dice el refrán, lo que vale, cuesta.
No puedo sino iniciar esta columna y aprovechar este espacio para reconocer que quien ahora gobierna Veracruz Norma Rocío Nahle tiene el firme compromiso de transformar el estado bajo los principios de transparencia, igualdad y eficacia. Garantizando que las oportunidades lleguen a todos priorizando el diálogo y justicia social como pilares de gobierno. Ojalá sus colaboradores que le acompañan en este ejercicio constitucional del poder se desempeñan con responsabilidad, transparencia y un firme compromiso con los valores democráticos, subrayando que el servicio público implica una dedicación plena al bienestar de la ciudadanía, trabajar en unidad para promover el desarrollo integral de Veracruz. Sumando esfuerzos y superar divisiones. Que se conducen, sin errores ni equivocaciones que algún día la obliguen a tomar decisiones de cambiarlos.
Los días transcurren con un aire de desasosiego y se experimenta una cierta sensación de que se vive bajo una suerte de locura cada vez mejor, que rompe los límites de todo juicio y sensatez.
Siempre es bueno recordar a Shakespeare, fino y meticuloso observador del poder que, en voz de lago terrible personaje de Otelo, el moro de Venecia, dice: Porque, señor, tan verdad como sois Rodrigo, que, a ser yo el moro, no quisiera ser lago. Al servirlo soy yo quien me sirvo.
El cielo me es testigo, no tengo al moro, ni respeto ni obediencia, pero se lo aparento así para llegar a mis fines particulares. Habría que analizar, en las líneas de silencio, quién juega el papel más servil en el escenario de unos personajes que creen que apagan el fuego silenciando una canción.
O maquillando estadísticas. O envolviéndose en el patrioterismo más elemental que deja tras los telones aquello que puede hacer cenizas al teatro mismo. Y eso no es cuestión de la mala fortuna, ni una pésima coincidencia en el tiempo.
En otro orden de ideas, el papa León XIV está poniendo interés en recuperar la verticalidad de la liturgia tradicional, pero enfrenta una Iglesia que estaba empezando a conocer celebraciones más horizontales y participativas.
León XIV tiene enormes retos como líder de la iglesia católica: continuar con la reforma de la curia vaticana sin disparar la ruptura que provocó Francisco; integrar la diversidad cultural de expresión de fe sin imponer desde Roma una teología occidental; transparentar las finanzas vaticanas y resolver un déficit económico de casi 2 mil millones de euros por pasivos en seguridad social de la curia romana.
El nuevo líder de los católicos apuesta por la paz, el diálogo y la unidad, proponer una iglesia que construya puentes en la sociedad y entre los países. El Papa busca tener liderazgo moral universal, sin embargo la tarea parece una quimera porque enfrenta un mundo polarizado por los conflictos políticos, que no cree en los salvadores globales e incluso un mundo con interpretaciones distintas y hasta enfrentadas sobre Dios una cultura universal donde la Iglesia ha perdido influencia.
Muchos al interior de la Iglesia creen que León XIV viene a complementar la obra de Francisco, lo cierto es que hay un sector importante de la jerarquía de la Iglesia católica que no ve cómo va a ocurrir una continuidad entre el fraile argentino y la obra del sacerdote jesuita.
Hay muchas dudas de cómo es que el nuevo Papa va a mantener el liderazgo religioso y político del que gozan los pontífices para contribuir a la paz mundial.
Dentro de la Iglesia hay voces críticas que están percibiendo, por modificaciones litúrgicas y de signos del nuevo Papa, un cambio de rumbo en el gobierno de la Iglesia y no precisamente en la línea de continuidad del pontificado.
El nuevo Papa, desde el primer momento en que salió al balcón, apareció con la muceta (capa corta que cubre hombros y pecho), usó el latín en el ritual, ornamentos clásicos y las celebraciones litúrgicas han sido más solemnes.
Francisco dejó una curia vaticana enfrentada con el Papa y resistente a los cambios en materia administrativa que no terminaron de cuajar. Y en lo doctrinal, el papa León XIV va a fortalecer el Dicasterio para la Doctrina de la Fe y hacer de Roma el eje sobre el que gire la vida de la institución.
Un detalle que es toda una revelación de lo que será el nuevo líder de los católicos: el actual Papa volvió a los apartamentos pontificios, abandonados desde el 2013. Asume a plenitud lo que representa el Palacio Vaticano. Su mayor tesoro no está en las obras de Rafael y Miguel Ángel, sino en su balcón, donde el Papa bendice a los asistentes a la plaza.
Tras la renuncia de Benedicto XVI, Francisco optó por vivir en la residencia de Santa Marta. Dijo que el aislamiento y el lujo lo deprimían y prefirió estar cerca de la gente.
Los observadores de la vida vaticana ya encuentran diferencias importantes entre los dos papas: “León XIV busca recuperar el peso simbólico sacral del papado que Francisco relativizó en favor de la imagen pastoral”. “El Papa actual celebra con rito más sobrio, pero apegado a la liturgia tradicional, donde la verticalidad hacia Dios es más importante sobre lo horizontal.
León XIV ve la liturgia como instrumento de verdad y trascendencia, mientras que Francisco como vehículo de cercanía con el pueblo.
Hurgando en las declaraciones de Robert Prevost como obispo en Perú, descubrimos que se mostró crítico respecto a la incorporación de la ideología de género en los programas educativos.
En declaraciones públicas dijo: “La promoción de la ideología de género es confusa, porque pretende crear géneros que no existen. En el marco del Sínodo de la Sinodalidad en el 2023, el obispo Prevost se pronunció en contra de la ordenación de mujeres al sacerdocio: Clericalizar a las mujeres no necesariamente soluciona un problema, podría generar un nuevo problema. Y confirma la vocación laical dentro de la Iglesia, pero no en la jerarquía.
En el 2012 ya había manifestado su preocupación por el avance de modelos familiares alternativos refiriéndose al estilo de vida homosexual y las familias formadas por parejas del mismo sexo y sus hijos adoptivos, como expresiones contrarias al Evangelio.
Y a propósito del documento Fiducis Suplicans, emitido por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, Prevost dijo: “Nuestra situación cultural es tal que la aplicación de este documento simplemente no va a funcionar”
Con la elección del nuevo Papa, el arzobispo Georg Ganswein, ex secretario personal de Benedicto XVI (Corriere de la Sera el 23 de mayo) manifestó “su gran esperanza” en el nuevo pontificado, asegurando que la elección de León XIV marca un claro rompimiento con la línea de su predecesor, Francisco.
En otro contexto hoy más que nunca es fundamental que los estudiantes comprendan el nuevo modelo de transparencia que existe en México.
Los estudiantes son actores clave: constantemente solicitan información para investigaciones, encuentran ofertas laborales, buscan becas para continuar sus estudios o desarrollan proyectos de tesis.
Hoy tenemos el gran reto de que, junto con las juventudes, pongamos a prueba este modelo que aún tiene áreas grises y lagunas normativas que debemos superar.
El papel de los jóvenes es clave en la construcción de la sociedad, su participación activa en los asuntos políticos debe ser promovida. Hoy vive en una transformación global marcada por un entorno digital que no les es ajeno.
De acuerdo con un informe de la ONU la mitad de la población mundial tiene menos de 30 años y se calcula que para el 2030 representarán 57% del total de habitantes del planeta.
Desde distintos frentes se han impulsado proyectos para dialogar con todos los sectores de la población. Los jóvenes serán sin duda el relevo generacional que enfrentará una sociedad cada vez más plural y exigente. Hoy más que nunca el acceso a la información y la protección de los datos personales valen oro.
La academia tiene un papel fundamental y sus semillas, los jóvenes, son quienes pueden ayudarnos a comprender este nuevo modelo. Hay que motivarles a ser motor y futuro del análisis de los nuevos modelos e iniciativas, muchas veces confusas, que buscan limitar derechos mediante la desinformación. No solo son el futuro, son la voz que puede transformar realidades hoy. Que nunca les falte la convicción de preguntar.
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