“Sabedlo, soberanos y vasallos, próceres y mendigos: nadie tendrá derecho a lo superfluo mientras alguien carezca de lo estricto”: Salvador Díaz Mirón. Derrochando miles de millones de pesos e irregularidades en los gastos de campaña, llega al término- ¡por fin!- la lápida que cargamos desde hace 6 meses. Diario, cada segundo, minutos, horas, días. Espacios todos, embarrándonos a seres anodinos, que se desgarran las vestiduras para tratar de convencer. Ciegos a su realidad: nadie les cree, hay desconfianza, rechazo. No puede un país con la mitad de su población en pobreza, alimentar las ambiciones de estos dizque representantes del pueblo, que trabajan para sus propias ambiciones. Ya no pueden cambiar ni en un milímetro, la percepción general nacional e internacional. Un país gobernado por una clase política altamente corrupta, que nos coloca en los primeros lugares al respecto internacionalmente. Donde hasta las series televisivas- Netflix- muestran la podredumbre que encierra esa élite, dada a los excesos. Las que exponen las concesiones de los gobernantes y secretarios de estado con el narcotráfico. Aquellos que se reparten las ganancias, vendiendo el territorio y su producción de droga, las rutas a los grandes capos. Una clase política corrupta e indigna. ***Así terminan estas cansadas, aburridas, nefastas campañas electorales, con el beneplácito del respetable. Un dinero gastado a lo absurdo, con mensajes insulsos. Con candidatos de tercera, que lo único que dan es pena. Ausencia de verdaderos patriotas, comprometidos con la nación no con sus grupos y alianzas. Una verdadera monserga, que mostró que todos tienen estigmas de corrupción. Se lo echaron públicamente en cara, protegiéndose con las desprestigiadas autoridades electorales y de justicia. Obnubilados y con la ambición de poder a flor de piel, mostraron su verdadero rostro. La auténtica problemática de corrupción, impunidad y violencia extrema, sin ninguna propuesta seria de solución inmediata. Este pobre México, no solo víctima de la delincuencia súper organizada sino de su clase política envilecida. *** Causa sospechosísimo, en Veracruz, que el presidente de la junta de coordinación política del Congreso local, Sergio Hernández Hernández, tenga más publicidad en todo el estado, que el mismo candidato a gobernador panista. Tendría que explicar, de dónde ha salido tanto dinero para ello. Debe
dar cuentas con su administrador, Chico Fuentes, cómo ha sido utilizado el presupuesto. Denunciados por sus propios congéneres - la oposición bien embarrada de billetes- de utilizar el dinero en alcohol, mujeres, drogas y campañas electorales. Por qué destinaron el 40 por ciento del presupuesto destinado a los medios de comunicación de la Legislatura, para publicaciones de los mismos diputados. Por qué hay empresas fantasmas, en las lista de beneficiados. El millonario gasto reservado para columnistas, empresarios periodísticos afines. Consideramos que han sobrepasado los gastos de campaña. *** Nos volvieron a engañar. No hubo ningún cambio, pues los políticos no se transforman. Lo traen en sus genes. Una burla que ubica al otrora grande estado de Veracruz, en un lugar cerca del infierno…por todos tan temidos menos por ellos. *** Y para las agruras del mole… usted sabrá que tomar. Hasta la próxima. |
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