Metro, el primer conductor y su convoy. | ||||||
En la mente de Juan Cano Cortés, conductor del primer viaje en el Metro, aún resuenan aquellas ovaciones | ||||||
Miércoles 04 de Septiembre de 2019 | ||||||
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Al rebobinar la película de ese traslado, Juan irradia por momentos la energía de aquel joven de 21 años, aunque su mirada cavilante es la del adulto de 70 que se sabe parte viva de la historia urbana de la CDMX. Posado en un asiento de plástico rígido, en un vagón del primer tren que circuló en la red, llamado Tren Presidencial, rememora: “Los periodistas me tomaron fotos cuando abordé la cabina para iniciar mi recorrido. Llevaban un cronómetro para medir el tiempo del recorrido”. El servicio era gratuito los primeros días y se invitaba a la gente a conocerlo. Dos edecanes en cada extremo del vagón daban indicaciones y anunciaban la llegada a la próxima parada. Explicaban el porqué del ícono de la estación y las calles cercanas a cada una. El viaje inaugural del Metro, el protocolar, se llevó a cabo el 4 de septiembre de 1969 en el tren MP–68 construido en Francia, donde viajó una comitiva encabezada por el presidente Gustavo Díaz Ordaz. Un día después, Juan Cano inició sus labores a las 5:42 horas de la terminal Chapultepec para realizar el primer viaje con usuarios en dirección a Zaragoza. Conducir un tren, llegar a tiempo a la estación e incluso frenarlo con suavidad era una cuestión de orgullo. Una sana competencia entre conductores. “Teníamos una llave de tren en forma de paloma que poníamos en el tablero de control, al entrar a la estación a 90 km por hora, al frenar, si esa llave se caía, se burlaban de ti”, recuerda. Originario de Actopan, Hidalgo, y estudiante del IPN, Juan fue testigo de la matanza de estudiantes en 1968, lo que lo orilló a regresar a su terruño. Un amigo le pidió regresar a la ciudad para que lo acompañara a ver a su novia, lo que más tarde le significó una oportunidad de trabajo en el Metro. El 25 de abril de 1969, un conocido le ofreció ser conductor. A partir de ahí llevó un arduo proceso de capacitación. El aprendizaje de sus preparadores fue adquirido en Francia. No obstante, su estancia como conductor duró tres meses, pues se hizo inspector y después, como capacitador, fue la etapa que más satisfacciones le dio al compartir sus conocimientos. La investigación era parte fundamental del aprendizaje, reitera Cano Cortés: “Cuando llegaba un nuevo modelo de tren lo desarmábamos y conocíamos sus entrañas para descubrir su correcto funcionamiento”. Sus experiencias fueron en gran parte satisfactorias, sin embargo, los suicidios en las vías eran algo que siempre le preocupaba. Tras 39 años de trabajo Cano Cortés se retiró del Metro. Actualmente se desempeña como supervisor en el sistema operativo del transporte teleférico Mexicable, en el municipio de Ecatepec. Aunque acepta que la demanda se disparó, reconoce que el Metro será siempre la médula espinal de la movilidad en la Ciudad de México. |
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