Muere en la Ciudad de México el artista y activista oaxaqueño Francisco Toledo, víctima de cáncer. | ||||
Toledo recibió diversos reconocimientos, entre ellos el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Bellas Artes en 1998, el Premio Príncipe Claus en 2000, el Premio Right Livelihood en 2005 por su dedicación a la protección y mejora de la herencia, ambiente y vida de la comunidad de Oaxaca. | ||||
Jueves 05 de Septiembre de 2019 | ||||
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Toledo recibió diversos reconocimientos, entre ellos el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Bellas Artes en 1998, el Premio Príncipe Claus en 2000, el Premio Right Livelihood en 2005 por su dedicación a la protección y mejora de la herencia, ambiente y vida de la comunidad de Oaxaca. En 2007, el consejo universitario de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO) lo distinguió con un Doctorado Honoris Causa. En 2011, diseñó la urna donde descansan las cenizas del escritor Carlos Monsiváis en la Sala de Lectura del Museo del Estanquillo. Entre sus obras famosas se destacan: Toro y Dos caballos, dentro del género de Pintura y grabado. Nació el 17 de julio de 1940, en Juchitán, Oaxaca. Hijo de Francisco López Orozco y de Florencia Toledo Nolasco. En Oaxaca, cursó la secundaria y estudió grabado con Arturo García Bustos y Rina Lazo. A los 17 años viajó a la Ciudad de México e ingresó a la Escuela de Diseños y Artesanías, donde los pintores Castelar, Dosamantes y Silva Santamaría serían sus maestros. En 1959, el galerista Antonio de Souza lo renombró como Francisco Toledo. En ese año exhibió sus obras en la Galería Antonio Souza y en el Fort Worth Center, en Texas. Viajó a París en 1960, donde conoció a Octavio Paz y al también oaxaqueño y pintor Rufino Tamayo, quien lo ayudó a conseguir una beca en la Casa de México de la Cité Internationale Universitaire de Paris, donde estudió con el pintor británico Stanley Hayter y también técnicas de grabado. Permaneció allí cinco años y regresó a México con una técnica pictórica depurada y la influencia de ideas plásticas de artistas de distintas escuelas europeas, como Durero, Paul Klee o Chagall. Como artista independiente no se involucró con la temática nacionalista que representaba la Escuela Mexicana, y, aunque se le asoció a la Generación de la Ruptura surgida en los años 50, siempre mantuvo su autonomía. Participó en la Coalición Obrera Campesina Estudiantil del Istmo (COCEI) en 1974. Creó Ediciones Toledo donde en 1983 publicó su primer libro, y en 1988, el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO). En octubre de 1997 fundó el Taller Arte Papel Oaxaca, en la antigua planta hidroeléctrica "La Soledad", en San Agustín Etla. En 2006 se creó el Centro de las Artes San Agustín (CaSa) en San Agustín Etla, gracias a su iniciativa, convirtiéndose en el Primer Centro de Arte Ecológico de Latinoamérica. Acogiéndose al programa de pago en especie de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en pago de sus impuestos entregó “Los cuadernos de la mierda”: 27 tomos con 1.500 imágenes de seres defecando. Los críticos de arte consideran que su obra es abigarrada, llena de humor, que abrió las puertas del viejo universo de los mitos y de la imaginería popular, y supo trasladarlos al presente y devolverlo arropado por un espíritu contemporáneo. Cultivó con persistencia todos los medios de las disciplinas gráficas, impresor, dibujante, pintor, escultor y ceramista con una destacada labor como ambientalista, promotor cultural y filántropo. Fue padre del artista Jerónimo López Ramírez, conocido como el Dr. Lakra, de la escritora Natalia Toledo, y de la artista visual y fotógrafa, Laureana Toledo. Descanse en Paz. |
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