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| Con lectura hacen homenaje póstumo a Minerva Margarita Villarreal. | ||||
| Miércoles 04 de Diciembre de 2019 | ||||
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La coordinadora nacional de literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, Leticia Luna, recordó que el festival es organizado por el gobierno de Zacatecas, la Universidad Autónoma de Zacatecas y el ayuntamiento local. En la 37 edición el Premio Nacional de Poesía Ramón López Velarde será entregado a Alberto Blanco. “Reconocida como una de las voces más significativas de la poesía mexicana contemporánea, la obra de Villarreal enuncia una poesía intimista rodeada de lo cotidiano”, expresó la funcionaria. Antes de la sesión de lectura José Javier Villarreal, viudo de la homenajeada, leyó el texto Tras la huella de la luz relativo a la vida de la poeta, a quien conoció a principios de 1978 en la universidad donde estudiaba sociología y “quería incidir en el proyecto de una sociedad más justa”. De hecho, al triunfar la Revolución Sandinista Minerva se fue a Nicaragua como voluntaria y en 1980 a Israel, donde en Haifa “escuchó una voz que le reveló su ser poeta”. Ya casados, la maternidad lejos de lentificar su proceso creativo lo aceleró, continuó José Javier. En 1991 publicó su primer libro Dama infiel al sueño en Guadalajara gracias a Felipe Garrido y Jorge Esquinca. En 1992 Pérdida mereció el Premio Nacional Alfonso Reyes. En 2005 sería nombrada directora de la Capilla Alfonsina biblioteca universitaria, y en 2009 comenzaría esa impecable y urgente colección de poesía internacional El oro de los tigres que, bajo su dirección, creó un catálogo imprescindible en homenaje a Reyes”, destacó su esposo. El poeta, ensayista y traductor también se refirió a su residencia en El Paso, Texas: “Para Minerva esta estancia en el desierto significó un tiempo de retiro, renuncia y confrontación. Sin embargo, la aventura apenas comenzaba”. Había revisitado cierto Siglo de Oro. San Juan ejerció una poderosa presencia. En 1998 apareció su libro Adamar. Con Adamar se había abierto “una dimensión, un decir que apelaba a la imagen en su corporeidad carnal”. En 2003, La condición del cielo “subrayaba en su brevedad la desmesura del deseo. El erotismo, antes gozoso y caudaloso, se apretó, se tensó en la punta aguda de una flecha o de una daga”. Tras publicar Herida luminosa en 2006, cuatro años después salió Tálamo que le otorgó el Premio de Poesía del Certamen Internacional de Literatura Letras del Bicentenario Sor Juana Inés de la Cruz. “A lo lejos, bajando de la sierra de Gredos, se perfilaban las negras reses avileñas entre la nieve; en lo inmediato habitaba, leía y escribía, todavía sin saberlo, en la antigua Hacienda de Santa Teresa de Higueras, donde, según su propio testimonio, la Santa se le apareció en sueños. No era sor Juana, me dijo la mañana siguiente, sino santa Teresa de Ávila”, señaló José Javier. Las maneras del agua, “lo dijiste en reiteradas ocasiones, fue un libro exigido, que se te impuso, un dictado que con dolor y gozo acataste”. Este libro mereció en 2016 el Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes. Un ciclo en la poesía de Minerva Margarita “llegaba a su cenit, no había más luz porque tampoco había mayor oscuridad. “Pero Santa Teresa llegó como un hierro al rojo vivo, como una marca profunda, un cauterio que otorgaba su gracia de placer y dolor”. En 2017 apareció el volumen De Santa Teresa, “un largo poema tuyo que no se desprendía de Las maneras del agua, pero que seguía el rastro de la Santa en ese libro vivo, en esa apuesta de vida que te embargaba”. La poeta murió el pasado 20 de noviembre; “su obra está aquí, y ahora que pertenece al reino de lo invisible está más presente que nunca”, aseguró José Javier Villarreal. |
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