.- En la itinerancia que la pintura mural El entierro de Zapata y otros enterramientos, de Alberto Gironella, tuvo en los años 80 por Alemania, se perdió una suerte de altar que el pintor hizo a manera de arte objeto. El collage regresó incompleto al Museo de Arte Moderno de Gómez Palacio Durango, y ahora se exhibe así en una muestra del Museo del Palacio de Bellas Artes.
“El problema no es de ahorita, tiene muchos años, cuando la mandaron a Durango, donde está muy mal puesta”, refiere Carmen Parra, ex esposa de Gironella y única testigo del proceso creativo de la obra.
Alejandro Arias, encargado del Museo de Arte Moderno de Durango, confirmó que el mural llegó mutilado hace 30 años, y desconoce el paradero del altar en el que Gironella hizo un homenaje al campesinado esclavizado.
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