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XALAPA.- Aplicación de agroquímicos en cultivos, tala inmoderada y extracción de agua en las zonas alta, media y baja de la microcuenca del río Pixquiac, son algunas de las causas de gran escasez de agua en la región Metropolitana de Xalapa, según estudios de la Universidad Veracruzana (UV). La coordinadora del Observatorio del Agua para el Estado de Veracruz “Agua, Bosques, Cuencas y Costas” (ABCC) de la UV, María del Socorro Menchaca Dávila identificó que en la microcuenca del río Pixquiac existe escasez de agua debido a los problemas de contaminación, lo cual deriva en el inadecuado saneamiento y nulo tratamiento de las aguas residuales generadas en la región. La microcuenca del río Pixquiac está integrada por los municipios de Perote, Las Vigas, Acajete, Tlalnelhuayocan y Coatepec, donde predomina el bosque Mesófilo. Este tipo de ecosistema, proporciona diversos servicios ambientales tanto para las poblaciones locales como para la ciudad de Xalapa, los cuales están ligados a la disponibilidad y calidad del agua. La investigadora de la UV, precisó que Veracruz en el plano nacional tiene un nivel alto de disponibilidad natural de agua dulce, de allí la relevancia de realizar un Índice de Escasez de Agua (IEA). Uno de los datos arrojados en la investigación, fue que las fuentes naturales de abastecimiento están contaminadas, lo que reduce la disponibilidad real del agua y su consumo implica riesgos de salud para la población al no cumplir con los estándares de calidad, entre otros aspectos. Además, la falta de infraestructura de drenaje y tratamiento de aguas residuales municipales e industriales, contribuye a que la contaminación persista en toda esta zona. Según el informe del Proyecto de Perspectivas del Medio Ambiente Mundial (GEO-4) realizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, para 2025, mil 800 millones de personas en todo el mundo vivirán en escasez absoluta de agua y dos tercios de las personas podrían estar afectadas por el estrés hídrico. Un aspecto más que detectó el estudio, es que en la zona alta de la microcuenca los factores antrópicos son la aplicación de agroquímicos, el método de laboreo, la tala inmoderada y la extracción de agua para otras localidades. En la zona media son la siembra de cultivos, explotación de bosques madereros y/o la tala inmoderada, redes de distribución y extracción de agua con fines domésticos. Mientras que en la zona baja son la siembra de cultivos y la aplicación de agroquímicos; la modificación del patrón de la corriente superficial para la acuacultura; la descarga de aguas residuales con alto contenido de materia orgánica; redes de distribución; concesiones y drenaje para el servicio doméstico y, principalmente, la descarga de aguas con residuos tóxicos de origen industrial. Aún más, Menchaca Dávila dijo que en México no se tiene la cultura de seguimiento evaluación de las políticas públicas en el tema hídrico, por ello en el Observatorio, se lleva un registro de las políticas, estrategias y acciones que desarrollan los gobiernos federal, estatal y municipal, para ser comparadas con la percepción local que tienen los habitantes al respecto. Las políticas públicas, agregó, deben garantizar los niveles mínimos de bienestar por medio del acceso al agua en cantidad y calidad suficiente, así como los servicios de saneamiento para toda la población. “Por ello es urgente que se registre y analice la presencia de compuestos orgánicos y de materiales pesados relacionados con la calidad del agua en la microcuenca”, finalizó. El observatorio está integrado por académicos de diversas entidades de todos los campus universitarios, además de que mantiene colaboración con distintas instituciones de educación superior a nivel nacional e internacional.
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