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XALAPA.- En México los pueblos indígenas siguen sirviendo como argumento a quienes aspiran al poder, de tal suerte que en la ambición desmedida de los actores políticos, sean de los partidos que fueren, visitan las comunidades originarias vistiendo trajes típicos, colocándose collares de flores, recibiendo el bastón de mando, aunque en la realidad esos sitios y sus habitantes siguen tan abandonados como siempre. Y es que a más de 20 años de haberse decretado y publicado la reforma para que los Estados legislen en materia de derecho a la consulta a los pueblos y comunidades indígenas y afromexicanas, solo tres entidades cuentan con una ley reglamentaria del derecho: San Luis Potosí emitida en 2010; Durango en 2015 y; Oaxaca el pasado 2020. Y, si bien en el resto de los 25 estados, entre ellos, Veracruz, se reconoce el derecho a la consulta a los pueblos y comunidades indígenas, ya sea en sus Constituciones o en distintos ordenamientos locales, aún no cuentan con una legislación específica en la materia. Otros estados en el mismo estatus que Veracruz son: Baja California, Campeche, Ciudad de México, Coahuila, Colima, Chiapas, Chihuahua, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Estado de México, Michoacán, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tlaxcala y Yucatán. Y es que la ausencia de una ley que regule el derecho y obligue a las autoridades del Estado, dice un estudio del Instituto Belisario Domínguez, del Senado de la república, titulado “Avance comparado en la regulación del derecho a la consulta a los pueblo y comunidades indígenas y tribales”, propicia que sea opcional su cumplimiento y complicada su exigibilidad, ya que al no existir una ley para reglamentar la consulta indígena, por interdependencia se mantiene continuo un estado de violación en el acceso de otros derechos indígenas. La investigación destacó que las recientes acciones públicas para la construcción de megaproyectos que atraviesan tierras indígenas y las reformas legislativas para la aprobación de acciones afirmativas en materia política electoral, son ejemplo de medidas administrativas y legislativas que tocan directamente los derechos de los pueblos indígenas y afrodescendientes. Tales acontecimientos han requerido, sin duda, de la participación de dicho sector de la población para alcanzar acuerdos y contar con su consentimiento para que, en consecuencia, sean respetados el resto de sus derechos humanos. No obstante, la falta de una medida legislativa que obligue a las partes consultantes a su realización ha hecho discrecional esta obligación. Actualmente, en México existen 71 pueblos indígenas a nivel nacional, según cifras del último Censo de Población y Vivienda de 2020. El país cuenta con una población de 119 millones de personas de 3 años y más, de las cuales 23.2 millones se autoidentifican como indígenas, lo que representó el 19.4 por ciento de la población de ese rango de edad. En cuanto a su composición por sexo, 11.9 millones son mujeres y 11.3 son hombres (Inegi 2022). Finalmente, en cuanto a población afrodescendiente, existen 126 millones de personas totales en el país, 2.5 millones se autoadscriben como afromexicanas, que equivalen al 2 por ciento del total de la población, con una composición de 1.3 millones de mujeres y 1.2 millones de hombres. Como fuera, y a pesar de que el Congreso de Veracruz tiene el deber constitucional desde 2001 de legislar en materia de derecho a la consulta a los pueblos y comunidades indígenas y afromexicanas, los legisladores han hecho caso omiso. Y es que en el 2020, luego de varios fallos judiciales en respuesta a estas demandas, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) concedió un amparo en el que se ordenó al Congreso a reglamentar la consulta, antes del 31 de agosto de 2021. Tal mandato no lo ha cumplido el Congreso de la Unión y, si bien se han hecho esfuerzos a nivel federal y estatal de crear algunos mecanismos de consulta indígena, la falta de una ley que regule este derecho propicia que su cumplimiento sea opcional y complicada su exigibilidad.
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