Autoridades desoyen atención a suicidios. | ||||||
Los medicamentos para atender casos de depresión escasean y los módulos de primer contacto no cuentan con especialistas | ||||||
Domingo 11 de Mayo de 2025 | ||||||
Por: Excelsior | ||||||
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En las instituciones del Sector Salud los medicamentos para atender casos de depresión escasean y los módulos de primer contacto no cuentan con especialistas. Algunos están cancelados. Hay observaciones del personal del área de Salud Mental que indican que es necesario reevaluar las áreas y colocar al personal adecuado, por ejemplo, que el Programa Estatal de Prevención del Suicidio del Estado de Veracruz es manejado a través de la Comisión Estatal contra las Adicciones (CECA), dirigido por un especialista en geriatría. Preocupa además la escasa información respecto a dónde acudir en el caso de jóvenes con tendencias suicidas o con depresión. Además, en los centros de salud es difícil conseguir una consulta médica, sino inmediata, al menos en un lapso breve. óvenes y niños presionados Juan Daren L. tenía 19 años, estudiaba en la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana. La noche del 30 de abril llegó a la calle Doctor Lucio, en el centro de Xalapa, a la altura del puente de Xallitic. De acuerdo con testigos, subió a la barrera del puente y se lanzó al vacío con un pedazo de carne fresca en la mano. Un día después su hermana reclamó el cuerpo. Los amigos de Juan Daren lo describen como un joven tranquilo, discreto. Una de sus amigas sólo mencionó que ya “había encontrado la paz que no tenía”. No hubo más detalles de su partida. Este no ha sido el único caso. En los últimos meses se han registrado cuando menos cuatro intentos de personas jóvenes que tratan de saltar de este mismo puente, pero han sido rescatados, de acuerdo con los reportes de las autoridades que han sido públicos. Si bien la Universidad Veracruzana cuenta con un centro de atención para la salud mental de los estudiantes y ofrece una línea de apoyo para que los jóvenes accedan, es con la plena conciencia de que pueden acudir, pero en un estado de desesperanza serían los docentes y amigos quienes al detectar algún problema podrían reportarlo para poder alertar y prevenir, explicó la académica Mónica Macías. Con 20 años en la docencia, explicó que le ha tocado prevenir dos casos de intento de suicidio entre sus alumnos. “Veo estos casos en los que los jóvenes estaban en la escuela y terminan con su vida y me pregunto ¿quién los puede ayudar? Recordó que a veces puede ser la lejanía, llegan a estudiar, no tienen a familiares cerca y se deprimen, pero hay quien está en condiciones de depresión que no ha sido diagnosticada y que requiere ser atendida. “En las aulas no somos los padres, claro, somos los profesores, pero a la primera voz de alerta no hay que dejarla pasar, nada cuesta reportarlo a los canales adecuados para que sean atendidos”. También señaló que entre los jóvenes universitarios debe haber promociones de salud mental y dónde acudir si requieren ayuda, pero como un método constante y no sólo en fechas especiales. Poca atención mental para la niñez. El viernes 9 de mayo, en Orizaba, una niña de 10 años fue encontrada sin vida por sus familiares cuando pendía de una soga atada a un árbol. Si bien hay dudas sobre las causas de su muerte, las versiones periodísticas de la región refieren que la pequeña jugaba en el patio de su casa y después de un largo rato, al no escucharla, salieron y descubrieron la escena. Pero no es increíble que una niña de 10 años muera de este modo, porque los registros marcan que en 2020 hubo un promedio de 8 suicidios de niños en un periodo de 6 meses y el más joven tenía 11 años, de acuerdo con cifras de la propia Secretaría de Salud en una temporada en que iniciaba la pandemia. Aunque el boletín epidemiológico no especifica las edades, el incremento de suicidios entre jóvenes y niños en este 2025 fue confirmado por el propio personal de Salud Mental y subrayan que han sido casos terminados e intentos; la cifra alarma y se considera un tanto impotentes. Por razones de privacidad y de protección a los menores, es difícil conocer abiertamente las causas, aún así, se buscó abundar sobre cuáles son generalmente los problemas que pueden incidir: “Hay muchos estresores y pocas formas de afrontar los problemas”, mencionó el siquiatra Víctor Manuel Villanueva, director de la Unidad de Salud Mental de la Secretaría de Salud, quien explicó que acercar la salud mental a la población cuenta con muchas barreras, porque hay estigma y discriminación. Explicó que la falta de resolución de problemas, muchas situaciones de estrés, abusos, pobreza, rupturas o abandonos orillan a los menores a tomar una situación de este tipo. Y al preguntarle sobre cuáles podrían ser los signos o síntomas que pudieran dar la voz de alarma, para prevenir que un niño o joven llegue a esa decisión, el especialista fue puntual al anotar que hay cambios notables: “Los cambios de personalidad, aislamiento, labilidad afectiva, irritabilidad, tristeza o bajo ánimo, alucinaciones, pérdida de placer de las cosas que gustaban, autolesiones o cutting, consumo de sustancias, incluyendo alcohol y tabaco (vapper) ideas de muerte, sufrir violencia o abuso como el bullying y la desesperanza pueden ser datos”. Es entonces que debe haber intervención y acudir de manera inmediata para atender su salud mental, sin embargo, al acudir a verificar sobre cuáles pueden ser las alternativas de atención, la información entre el personal de apoyo es que están muy reducidas, concluyó el directivo. En Veracruz existen módulos y centros comunitarios de salud mental y adicciones que forman parte de la Red de Salud Mental, sin embargo, por razones aparentemente presupuestales ya no existen y otros no cuentan con los especialistas adecuados, principalmente en zonas urbanas alejadas y rurales. Estos módulos deberían ser el primer contacto para que canalizar a los pacientes con un especialista, pero hay carencia de ello, destacó el personal del Centro de Salud Gastón Melo, en donde las citas para poder tener atención médica siquiátrica-sicológica infantil tarda en promedio de tres a cuatro meses. La Secretaría de Salud también cuenta con una línea de apoyo, pero la promoción es escasa y si bien las redes sociales ahora ayudan a tener más información sobre áreas e instituciones, difícilmente las personas, y principalmente los jóvenes y niños, podrían tener acceso si no hay más orientación respecto a cómo pueden hacer contacto para el auxilio. |
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