Sylvia Pasquel y Alberto Estrella representan el encuentro de dos mundos. | ||||||
El texto de Eduardo Galán, bajo la dirección de Hugo Arrevillaga, que se presentará a partir del viernes en el Teatro Jorge Negrete, reúne 100 años de trayectoria en un escenario totalizados con la trayectoria de los protagonistas y primeros actores Sylvia Pasquel y Alberto Estrella. | ||||||
Martes 01 de Julio de 2025 | ||||||
Por: La Jornada | ||||||
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El texto de Eduardo Galán, bajo la dirección de Hugo Arrevillaga, que se presentará a partir del viernes en el Teatro Jorge Negrete, reúne 100 años de trayectoria en un escenario totalizados con la trayectoria de los protagonistas y primeros actores Sylvia Pasquel y Alberto Estrella. La obra narra una serie de encuentros entre un hombre que no ha tenido acceso al conocimiento a través de la Academia (Ortiz) y una profesora de nombre América Alcalá. Estas reuniones se realizan en la oficina de la profesora de preparatoria, al principio cada mes, después con una frecuencia de dos semanas hasta que terminan por encontrarse todos los días. En charla con La Jornada, Alberto Estrella contó: “La profesora cree en la educación como parte fundamental de la formación del ser humano; es una mujer muy preparada que lee mucho. En la contraparte está mi personaje Ortiz, quien así prefiere que lo llamen. Un hombre que trabaja en un mercado de pescadero, pero él únicamente terminó la primaria y no tiene ninguna referencia en relación con conocer sobre autores, incluso en la misma obra afirma: ‘Me ha costado mucho la escuela; no entendía de matemáticas y menos de español’”. En estos universos divididos, agregó el actor, empiezan a generarse encuentros porque el vendedor de pescado posee una inteligencia emocional, lo cual no tiene la profesora, quien tiene un gran problema desde hace años con su hija, pues no sabe cómo comunicarse con ella y éste hombre le enseña cómo hacerlo. Y, por otro lado, “mi personaje tiene una hija problemática, ya después nos enteramos de cuál es la situación real –que es una sorpresa en la obra–, pero la niña es rebelde y tiene muy mala actitud en la escuela; hay peleas, ella se defiende y por eso la maestra manda llamar al pescadero”. Es evidente, continuó Estrella, que la familia tiene mucho que ver en el comportamiento de los adolescentes y aquí descubrimos que el padre tiene una relación con su esposa que no es la adecuada para educar a una hija; además, la madre se va y el vendedor no se puede encargar de la chica porque tiene que trabajar y ahí se devela un conflicto tras la separación de una pareja. En el desarrollo de la trama, el vendedor y la profesora entablan un vínculo que es importante, como es el hecho de conocer al otro verdaderamente, porque muchas veces nos dejamos llevar por la apariencia; es decir, lo que creemos o pensamos de una persona depende incluso hasta de cómo la vemos vestida, lo cual se plantea en el montaje. Así ambos personajes se vuelven maestros uno del otro, lo cual me interesó mucho porque la vida para mí se trata más de fortalecer los vínculos con la familia, con las amistades y el entorno; aunque el teatro no tiene como objetivo dar mensajes, aleccionar, ofrecer lecciones de ética o moral, sí es importante decir que expone ante los ojos de los espectadores posibilidades nuevas, de comparar y ver en perspectiva nuestra propia vida. Incertidumbre ante la jubilación Estrella puntualizó: Además hay un tema que a muchos interesa y es cuando las personas se van a jubilar y no nos preparan en este sentido; la maestra está en la disyuntiva de qué va hacer cuando se retire y cómo va a ocupar su tiempo libre, con la incertidumbre de no tener esa motivación que ofrece la vocación. Otro aspecto que resaltó Estrella es que los actores no salimos nunca de escena; nos cambiamos a la vista del público, nos vamos quitando o poniendo cosas. Lo que me interesó siempre es que la obra está soportada a través de la actoralidad y Hugo Arrevillaga nos llevó por un mundo de muchas preguntas; su dirección no es convencional, en el sentido de que viera la obra de cierta manera, sino de que nos dejó descubrir las maneras de armar este universo y desarrollarlo. La profesora, que estará en temporada cinco semanas en el Teatro Jorge Negrete y a partir de octubre se presentará en diferentes estados de la República, fue adaptada para México por Hugo Juárez y Fernando Cárdenas; el diseño de iluminación y escenografía es de Aurelio Palomino y la música original de Acción Sonora. Alberto Estrella, quien también es director, dramaturgo, escritor y cofundador de El Círculo Teatral, recientemente ha compartido escenario con Mónica Huarte en Réquiem y después en la tragedia griega La niña en el altar con Marina de Tavira, Salvador Sánchez y Emma Dib, entre otros actores. En ambas obras los elencos fueron dirigidos por Enrique Singer. Ahora con La profesora el público será testigo del encuentro y acercamiento entre dos personajes tan distantes, quienes en unos meses cambian sus objetivos y establecen un estrecho vínculo más allá de lo profesional, el cual terminará enlazando y dando sentido a sus vidas. La obra permanecerá del viernes al 3 de agosto de 2025, con funciones los viernes a las 20:30 horas, sábados 18 y 20 horas, y domingos 18 horas en el Teatro Jorge Negrete (Ignacio Manuel Altamirano 126, colonia San Rafael, alcaldía Cuauhtémoc, Ciudad de México). |
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