| Obra teatral ‘Las tres gracias’ desmonta los mandatos estéticos impuestos al cuerpo femenino. | ||||||
| Ese desgaste, que muchos viven en silencio, fue la chispa que la llevó al teatro. Desde ahí, quiso desmontar los mandatos estéticos que han moldeado lo femenino durante siglos. | ||||||
| Viernes 12 de Diciembre de 2025 | ||||||
| Por: La Jornada | ||||||
Ese desgaste, que muchos viven en silencio, fue la chispa que la llevó al teatro. Desde ahí, quiso desmontar los mandatos estéticos que han moldeado lo femenino durante siglos. El resultado es Las tres gracias: habitando la cartografía corporal, obra que llega a su fin con sus últimas funciones este sábado 14 y domingo 15 de diciembre en el Teatro Orientación Luisa Josefina Hernández, del Centro Cultural del Bosque. El punto de partida para la directora fue una grieta. Mientras revisaba el mito clásico de Aglaya, Talía y Eufrósine, descubrió que las Tres Gracias, figuras omnipresentes en la historia del arte, no tienen relato propio. “Son cuerpos explotados visualmente, pero vacíos narrativamente”, añadió. “Su belleza, replicada una y otra vez desde Rubens hasta la actualidad, está asociada a la pasividad: mujeres normativas, silenciosas, congeladas en una pose. Esa ausencia era una oportunidad: imaginar qué dirían esas figuras si por fin pudieran hablar.” El montaje, interpretado por tres mujeres de cuerpos, edades y trayectorias distintas, rompe con la imagen idealizada que ha predominado durante siglos. Cada intérprete trabaja a partir de memorias corporales propias: cicatrices, hábitos aprendidos, heridas, rituales recientes, momentos de gozo. No se trata de representar a las Tres Gracias como figuras mitológicas, sino de desmontar su iconografía desde una fisicalidad real. “El cuerpo como territorio vivo y contradictorio es más elocuente que cualquier símbolo clásico”, subrayó López Cortés. En escena conviven textos breves, respiraciones agitadas, silencios que pesan y movimientos que tensan o liberan el espacio. La iluminación y el diseño sonoro acentúan esa sensación de habitar un cuerpo que se construye y se desarma frente al público. No hay una narrativa lineal, sino una serie de momentos que revelan cómo se heredan los mandatos sobre lo femenino y cómo también se modifican. Las intérpretes Ana Julia García, Claudia Iliana Quijas, Gabriela Montserrat Jiménez y Tania Odette Fernández buscan ante todo la honestidad. A veces avanzan al unísono, otras se enfrentan o se contradicen. En esas fracturas aparece el sentido del montaje: romper el molde. López Cortés reconoció que el proceso de creación fue tan vulnerable como poderoso. “Trabajamos con lo que el cuerpo recuerda incluso cuando la cabeza quiere olvidarlo. “Esa investigación llevó al equipo a nombrar violencias sutiles, presiones cotidianas y pequeñas victorias sobre la mirada ajena. El escenario se vuelve un mapa trazado con piel, voz y presencia.” Con Las tres gracias: habitando la cartografía corporal, la directora cierra un ciclo de tres años de trabajo. Las últimas funciones serán este sábado 14 de diciembre a las 19 horas y el domingo 15 a las 18 en el Teatro Orientación Luisa Josefina Hernández, del Centro Cultural del Bosque (Reforma y Campo Marte). Los boletos cuestan 150 pesos. |
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