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XALAPA.- A cinco días de concluir la administración municipal iniciada por Ricardo Ahued, actual secretario de Gobierno, y que cierra Alberto Islas, el balance de la gestión saliente en Xalapa, capital del estado, resulta positivo y está respaldado en datos: una inversión histórica en obra pública y equipamiento urbano, finanzas ordenadas, sin subejercicios y una administración sin escándalos que comprometan la estabilidad del Ayuntamiento. Lo cierto es que, en tiempos de gobiernos municipales observados y cuestionados, Xalapa cierra con cuentas claras y recibe a un nuevo gobierno con una realidad ineludible: una ciudad estable y la vara alta. A lo anterior se suma una relación institucional sólida con los gobiernos federal y estatal, así como con los distintos sectores sociales de la ciudad. Académicos, empresarios, organizaciones civiles y vecinos encontraron interlocución en un gobierno que entendió la complejidad política de la capital. En ese tenor, el desempeño de Ricardo Ahued y Alberto Islas también se reflejó en la percepción pública. Ambos alcaldes se posicionaron en rankings y encuestas nacionales dentro del grupo de los mejor evaluados, un parámetro relevante de cercanía, desempeño e imagen institucional que hoy forma parte del contexto político de la ciudad. En este escenario, quienes llegan con Daniela Griego enfrentan un reto mayor. No reciben una administración colapsada, sino una ciudad con estabilidad, datos, cifras y confianza social. El desafío no será corregir el desorden, sino sostener el nivel y evitar retrocesos. Ahued e Islas cumplieron. Ahora, el mensaje es claro para el nuevo equipo: Xalapa no perdona la improvisación y la ciudadanía medirá con rigor cada decisión. Porque la capital del estado no es un municipio más. Es la capital del estado, sede de los poderes públicos del estado, de universidades que forman opinión y de sectores académicos y empresariales críticos, informados y con alta exigencia política y cultural.
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