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Xalapa, Ver.- El ciudadano Efrén Ortega Quiroz denunció haber sido víctima de fraude por parte de una inmobiliaria en la ciudad de Xalapa, luego de que fue despojado de su terreno de una hectárea, ubicado en la calle Diana Laura, en la colonia Emiliano Zapata. Refirió que él recibió la herencia de su padre y su intención era tener la legalización del predio, por lo que entró en contacto con dicha inmobiliaria y se entrevistó con una persona que se identificó como contador Rubén Ley González, quien se ofreció a comprar el terreno con la finalidad de hacer un desarrollo progresivo. De acuerdo con Efrén, el caso comenzó en agosto del 2022 con la empresa “Soluciones y Desarrollos Inmobiliarios”. “Llegaron a mí, Rubén Ley González, sus hijos y su hermano, ellos forman parte de la inmobiliaria. De ahí empecé a platicar con ellos. El trato más directo fue con el contador Rubén Ley González, con él empecé y empezaron a ver los papeles, fueron a ver el terreno”. El mensaje que Efrén Ortega recibió por parte de los integrantes de la inmobiliaria es que supuestamente contaban con la capacidad de orientarlo, que ellos podían solventar, lotificar, promocionar, vender, incluso ya con los servicios de agua, drenaje, y energía eléctrica. Refirió que fue citado en una oficina del despacho 2 en la plaza “Macuiltépetl” en la zona centro de Xalapa, donde pudo observar, -lo que ahora cree es una simple fachada-, pues en las paredes hay planos de proyectos de la unidad habitacional de Xalapa 2000, de la colonia Mártires de Chicago. Le informaron que ya tenían los planos ahí hechos y que ese era su proyecto, “Me dijeron, tú déjate llevar que con nosotros caíste en buenas manos”. Para el mes de enero de 2023 iniciaron con el primer contrato para comenzar con las ventas de lotes y la promesa era que, del negocio, el 60 por ciento de las ganancias serían para Efrén Ortega y el 40 para Rubén Ley. Al momento de que inician los contratos de las primeras ventas, “me dice, el 20 por ciento para los servicios y del resto 80% me daba el 60 y para el 40% así se fueron haciendo los demás contratos, pero después me decía que habría firmas y me decía que si me puedes prestar ese dinero porque tengo una urgencia y así”. El Contador continúo con los trámites y la misma manera de operar. Pero cuando supuestamente ya estaba todo vendido, desde la inmobiliaria le indicaron que ya era tiempo para iniciar con los servicios, pero para ello Rubén Ley argumentó que requería de un préstamo. “Le dije, Contador, cómo voy hacer un préstamo, usted se ha quedado con lo de los servicios eso usted ya lo ha cobrado se le ha quedado el 20 por ciento de los servicios y el 40 por ciento para usted”. Fue entonces donde dijo el contador que tenía un prestamista y solo pediría un millón cuatrocientos mil pesos para que Efrén el propietario del terreno en la colonia Emiliano Zapata, accediera le comentaron que todo sería notariado. Del terreno de una hectárea se lograron 46 lotes y le explicaron que se venderían tres lotes de la entrada “con eso pago el préstamo que nos van hacer, yo pago y sin problema, eso dijo Rubén, pero le dije no estoy de acuerdo y dijo que no tengo que cuestionarlo en nada porque hay un contrato”. Refirió que luego surgió la advertencia: esto tiene varias cláusulas y hay una principal que si tú no me autorizas o quieres deshacer el contrato, me vas a pagar todo el dinero y aparte me vas a pagar 500 mil pesos ahorita. “Según yo le había entregado la posesión física del terreno, y él era quien decidía qué hacer tal y como dice el contrato de prestación de servicios en las cláusulas Segunda Inciso D y Tercera donde yo le daba la posesión y que si no quería firmar que leyera la cláusula quinta y que debía pagarle el medio millón de pesos”. El terreno lotificado varió en precios por ubicaciones y el más barato era de 2 mil 500 pesos el metro cuadrado y el más caro en 4 mil pesos. “Los que estaban más caros que son los de 4 mil pesos fueron principalmente unos de la entrada, que con la venta de esos tres se iba a pagar el préstamo; a mí nunca me dijo que era una hipoteca”. La hipoteca supuestamente sería en la notaría número 27 ubicada en la Torre Ánimas al sur de la ciudad de Xalapa y que sólo sería unos días. Este asunto se concretó a finales de mayo de este 2025 y 5 días después, Efrén le dijeron tenía que regresar a la misma Notaría 27 a firmar otro contrato de promesa de compraventa bajo los argumentos de que todo transcurría con normalidad, si no la Notaría no permitiría dicho contrato “pero lamentablemente el contador no pagó”. Dijo que al enterarse que no había pagado fue a visitarlo y surgió una discusión y ahí Rubén Ley, “me firmó un convenio de cumplimiento de compromisos, donde en el inciso 2 acepta que él se quedó con todo el dinero de la hipoteca, y que se compromete a realizar el pago de la misma y todos los gastos que se originen ya sea legales o de cualquier índole, así como pagarme más de 650 mil pesos que le presté o que él había agarrado sin mi consentimiento cuando hacia alguna venta”. La firma del convenio se realizó el día jueves 28 de agosto 2025 y el miércoles 3 de septiembre se firmó un anexo donde Rubén acepta que se comprometió a realizar todos los trámites de escrituración a favor de los compradores ya que en los contratos se menciona en caso de incumplimiento se decía pagar 100 mil pesos que, si algún comprador había que devolver el dinero y pagar la sanción lo haría él, así como pagar la hipoteca e intereses o gastos de honorarios legales. Pero a cuatro meses de esto, no ha cumplido “y ya no me contesta el teléfono ni me recibe por lo que le hago un llamado a la gobernadora Rocío Nahle que tome cartas en este asunto”. Efrén Ortega Quiroz exhortó a personas que si han sido defraudadas den a conocer la problemática y por lo tanto procedan a realizar las denuncias, ya que él procedió de manera legal y es apoyado por asociaciones civiles y su sindicato para esclarecer el caso. Refirió que cuenta con los documentos que contienen las firmas de las personas a las que denunció, pero además dijo temer por su vida y en caso de alguna represalia, responsabiliza a este grupo de personas. “Cuando lo fui a ver el 3 de septiembre me dijo que le habían dicho los prestamistas que yo le bajara que, si no, no me la iba a acabar por lo que temo por mi vida. Me está apoyando mi sindicato y asociaciones civiles, pero aun así tengo temor que me hagan algo malo”, concluyó.
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