REGRESO EL Presidente Andrés Manuel López Obrador de su gira por Centroamérica y el Caribe donde se presentó como un moderno Santa Claus o Papá Noel, el viejito Pascuero que suele llevar regalos a todos en el imaginario popular, y abogó por Cuba ante Estados Unidos, última parada de su viaje donde fue condecorado con la Orden José Martí por su homólogo Miguel Díaz-Canel, en La Habana, y fue ahí donde el tabasqueño no solo mandó al diablo, nuevamente, a las instituciones que le impiden intervenir en asuntos internos de cada Nación so pena de violentar el respeto a la libre determinación de los pueblos como, también, lo hizo en Honduras donde abogó por la reforma eléctrica de ese País que, al igual que en México, unos la apoyan y otros no, pero en la Isla caribeña hizo más evidente su tendencia al caduco comunismo o socialismo del gobierno Cubano, lanzándose contra Estados Unidos, primero argumentando que la Revolución Cubana no es un proyecto fallido a pesar de que unos cuantos viven en la opulencia y la inmensa mayoría en la miseria, pero no solo eso: condenó “la perversa estrategia” del bloqueo estadunidense a Cuba (olvidando que Estados Unidos es nuestro principal socio comercial después de Canadá), “utilizado para impedir el bienestar del pueblo de la isla”, según dijo. Expresó también su esperanza “de que la revolución cubana renazca en la revolución, y que la revolución sea capaz de renovarse”. Y como para que les duela más a los vecinos del Norte que el mes próximo realizarán la Cumbre de Países de América Latina y el Caribe sin la presencia de los antidemocráticos gobiernos de Bolivia, Cuba, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Nicaragua y Venezuela que no fueron invitados por el Presidente estadounidense, López Obrador recordó la figura de Fidel Castro, un “gigante” de la historia (enemigo de EU), y expresó su “convicción y fe de que en Cuba se están haciendo bien las cosas con el propósito de que se haga la revolución en la revolución. Es la segunda gran enseñanza, la segunda gran lección de Cuba para el mundo. Este pueblo volverá a demostrar que la razón es más poderosa que la fuerza”. En fin, a AMLO solo le faltó ir vestido de militar al estilo Hugo Chávez o los Castro Ruz para ser y parecer.
AMLO HABLO de todo, pero “se le pasó” abogar por los alrededor de 4 mil 500 presos políticos que hay en la Isla, y que el Gobierno cubano ha admitido tener, de los cuales alrededor de 3 mil son calificados de contrarrevolucionarios, presos condenados por delitos contra la seguridad del Estado, y los otros 600 condenados por el delito de violar los reglamentos de emigración. A esos habría que sumarle los 129 que participaron en las inusuales protestas antigubernamentales el pasado mes de Julio, quienes fueron sentenciados a penas de prisión de entre seis y 30 años, según ha informado el Tribunal Supremo de la República Popular (TSRP), aunque dos de ellos, Dayron Martín Rodríguez y Miguel Páez Estiven fueron condenados a 30 años de prisión, según dijo el TRSP, sin especificar la edad de los condenados. Para ellos no hubo una sola mención de apoyo o solidarisas, porque para un dictador otro dictador es perfecto, y lo que sucede en cuba se queda en Cuba y es asunto de las autoridades cubanas.
PERO DECIAMOS que AMLO se apersonó en su gira como el moderno Santa Claus que lleva promesas y regalos para todos, y mientras que en Belice dio a conocer el arranque del programa Sembrando Vida, anunciando que serán dos mil agricultores los primeros en ser apoyados por uno de sus principales programas, además de notificar la supresión de los aranceles a productos que esa nación pueda exportar a México como alimentos, productos agrícolas y otros alimentos básicos, muy a pesar de que ese País es una monarquía constitucional parlamentaria, donde la reina Isabel II funge como jefa de Estado y es representada por un gobernador general, lo que en lenguaje de AMLO se les conoce como Fifis o conservadores.
Y CUBA no se quedó atrás, pese a que le dieron a AMLO como regalo una pistola, si, la que Francisco I Madero, según cuenta la leyenda, mandó fabricar para regalar al Centauro del Norte por los servicios prestados a la Revolución con su División del Norte, y en ese tenor, contratará médicos cubanos, como si México no tuviera suficientes galenos, ya que tan solo a finales del año pasado le exigieron por enésima ocasión al Presidente López Obrador cumplir con la promesa de basificación de 100 mil trabajadores de la salud que laboraban por contratos desde antes de 2018, pero ninguno ha sido contratado, aunque posteriormente les prometió lo mismo a los 20 mil contratados durante el Covid19; pero unos y otros se han quedado esperando e incluso sin empleo. La promesa de basificacion la hizo AMLO el 21 de diciembre de 2018 en Oaxaca. “Hay como 80 mil trabajadores de la salud eventuales o que trabajan por honorarios. Los vamos a ir basificando, poco a poco, es mi compromiso, no voy a decir nada que no pueda cumplir”, afirmó ese día, y hasta ahora no les cumple.
NO ES el caso de los cubanos, de los que dijo este lunes que su gobierno contratará a 500 médicos de la Isla para reforzar el sistema de salud de México. Y no es la primera vez que lo hace, ya que durante la pandemia de coronavirus, la administración de López Obrador contrató también a un contingente de profesionales de la salud de Cuba para atender a enfermos en la capital mexicana por meses, lo que despertó críticas de sectores de la oposición. Y la excusa, esta vez ha sido la siguiente (en franca ofensa a los nuestros): “vamos a contratar médicos de Cuba que van a venir a trabajar a nuestro país; esta decisión la tomamos porque no tenemos los médicos que necesitamos en el país”.
EN EL Salvador –como en Honduras- ocurrió lo mismo. El presidente López Obrador y su homólogo salvadoreño, Nayib Bukele acordaron ampliar los programas Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro, para lo cual el gobierno de México pondrá el 50 por ciento de los recursos. Y uno se pregunta: ¿puede el Presidente de México disponer a su arbitrio de los recursos del País para promover programas en otras naciones sin consultar al Senado o la Cámara de diputados, como si los dineros usados fueran personales y no producto del pago de impuestos y servicios y, en otros casos, de la venta de hidrocarburos y minerales al extranjero?. AMLO, sin duda, está actuando como una dictadura, sin rendir cuentas a nadie, y solo destinando ayuda a las naciones que le viene en gana, sobre todo a aquellas que comulgan con su trasnochado socialismo o comunismo, acaso en espera de ser catapultado a la Organización de Estados Americanos cuando se acabe su mandato, aunque, por lo pronto, vivimos una dictadura en ciernes. OPINA carjesus30@hotmail.com
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