Por Héctor Raúl Rodríguez
Con un padrón de 6 millones 104 mil ciudadanos al corte de diciembre de 2025, Veracruz es un estado estratégico a nivel nacional rumbo a las elecciones intermedias de 2027 y presidenciales de 2030. De entrada, la cifra lo ubica como la cuarta entidad del país con mayor número de electores, solo por debajo del Estado de México, Ciudad de México y Jalisco.
Además, Veracruz es un estado altamente politizado, con una sociedad informada y crítica. Por algo Don Fernando Gutiérrez Barrios, ex gobernador del estado y ex secretario de Gobernación, solía decir que el camino a la Presidencia de la República pasa por Veracruz para dimensionar la importancia política, económica y social de la entidad.
En este contexto, ante el desgaste evidente y la pérdida de credibilidad y confianza de Morena en amplios sectores sociales, sobre todo en la clase media, para los partidos de oposición se abre una enorme oportunidad para reposicionarse y presentarse ante los electores como una opción competitiva y atractiva para el electorado.
Al echar un vistazo a los tres principales partidos de oposición en Veracruz, puede señalarse lo siguiente: El PAN sigue enfrentando el problema que representó la traición de sus principales dirigentes, hoy aliados impresentables de Morena.
En el caso de Movimiento Ciudadano, aunque su aparato de mercadotecnia presume que es el que más creció en los últimos comicios, lo que no dice es que lo hizo montado en candidatos que días antes andaban en otros partidos, principalmente en Morena. Hay que recordar que hace unas semanas, su ex candidato a gobernador en 2024 pasó a cobrar la factura por prestarse a dividir el voto opositor tomando protesta de un cargo en el gobierno de Rocío Nahle.
Con relación al PRI, éste ha sido el único partido que ha mantenido una postura de oposición real a Morena tanto a nivel estatal como nacional, y de cara a las elecciones intermedias de 2027 podría capitalizar el descontento ciudadano ante los abusos de poder, escándalos de corrupción y errores de los gobiernos morenistas.
En ese tenor, ante el proceso de renovación de la dirigencia estatal, el PRI está ante la posibilidad de posicionarse en Veracruz como una opción competitiva para recuperar la confianza de los ciudadanos, con un dirigente estatal preparado, cuyo liderazgo no esté focalizado en una sola región del estado, sino con una visión clara de la política estatal y nacional, pleno conocimiento de la legislación electoral y fogueado en las urnas.
En este escenario ha surgido el nombre de Silvio Lagos Galindo, quien tiene la formación y visión política y electoral necesarias para ejercer un liderazgo competitivo a nivel estatal. Silvio Lagos ya fue diputado federal de mayoría por el distrito de Xalapa rural, ex candidato a la presidencia municipal de la capital del estado – caja de resonancia política del estado - donde logró llevar al partido a un nivel competitivo y obtener el respaldo de grupos ciudadanos.
Además, el actual representante del CDE del PRI ante el OPLE tiene en su trayectoria administrativa el haber sido a nivel nacional Director General de Rescate de Espacios Públicos de la SEDATU, en el gobierno de Enrique Peña Nieto.
Si el CEN del PRI decide con inteligencia y visión estratégica, Silvio Lagos podría tener la oportunidad de rescatar al priismo veracruzano y devolverle a Veracruz un espacio público donde prevalezcan la responsabilidad, la seriedad y la urbanidad política que el estado se merece.
Para el partido de veracruzanos ilustres como Don Adolfo Ruiz Cortines y Don Jesús Reyes Heroles los próximos serán días de definiciones. |
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