Por Edgar Hernández*
Haciendo a un lado su machete, no ocupándose más de inauguraciones de modestos tramos de pavimento y mutando su viejo vestuario por ropa de marca, acompañada de una motocicleta de 250 –no caballos, sino de 250 mil del águila-, Cuitláhuac García se remasteriza.
Tira al cesto del olvido su traje de “Payaso Cuícaras” que tanto gustaba a López Obrador en campaña, con esas gracejadas que desternillaban de risa a la chairiza, para convertirse en su fiel imitador.
Pero no vaya a pensar que mutó a cualquier imitadorcillo.
De hecho, tardó sus añitos en ensayar ese modito de hablar jarocho -igualito al del patrón-, para burlarse de los demás, acusar de todos los males de los veracruzanos y del resto del mundo a los conservadores y repetir hasta el cansancio ese “¡Nada fuera de la ley!”
Hoy en su tribuna, en su “Mañanerita”, porque es a mediodía ¡Que gueva pararse temprano! sus clientes son los políticos opositores y los periodistas.
Igualito que el Peje.
Al Cui le sale mejor el “es de que”, tan característico del inefable autor de las 82 mil mentiras en las mañaneras y en eso de la adjetivación nomás nadie le gana:
“¡Ustedes ya saben!”, “Se los he dicho hasta el cansancio”, “Me gusta comer palomitas como Michael Jackson” y el: “¡No hay que exagerar sobre los asesinatos!”.
Cuitláhuac acuño, asimismo, las clásicas:
Simuladores, oligarcas, engañadores, saqueadores, corruptos, rateros, achichincles, aspiracionistas, despistados, fifís, hipócritas, mentirosos,
racistas, clasistas, fraudulentos, controladores, defraudadores, inmorales y deshonestos.
Y qué decir de las increíbles:
“Yo nunca dije que estaba bajo resguardo la secuestrada”; “Mejor contrate un abogado para que vigile el debido proceso”; “Dicen que Manuela es mi abuela… Er, ¡yo no sé!”, y el “Ya saben: No voten por el bodoque de López Obrador ¡Perdón! por el hijo de Yunes Linares”.
En todas sus expresiones este virtuoso del lenguaje, coincide con las exigencias de la 4T, el vació cerebral:
Para el folklor cuando pontificó que “El Covid-19, en el caso del regreso a clases, si se llegaran a contagiar los niños, sería como piojos o varicela”.
Y lo del tren aéreo, eso sí que fue de risa:
“¿Querían obras de mil millones? Pues ahí está el tren que va por vía aérea entre Ciudad de México y Toluca”.
O el no saber si reír o llorar cuando un “¡Usted disculpe!” puso en libertad a un joven incriminado en el homicidio de dos periodistas solo por llamarse “Antonio de Jesús”, igual que el presunto homicida.
En realidad, las de su gobierno han sido un mar de ocurrencias y contradicciones.
La matanza de Minatitlán donde 14 personas –incluido un bebé- fueron asesinadas y la masacre de Coatzacoalcos en un atentado a un Table-Dance donde murieron 28 personas a manos de un grupo armado vinculado al CJNG, en donde su respuesta ante la masacre fue: “¡Que se investigue!”, torciendo la manita.
Y en la sumatoria del absurdo anecdotario político, queda su afirmación de que “casi vivo de prestado ya que mi patrimonio es poco”, hecho justo en el momento en que la Contraloría del Estado ocultó su declaración patrimonial quesque “por razones de seguridad personal”.
Cuitláhuac García, no es más torpe porque el día no tiene más horas, escribe Raymundo Rivapalacio. |
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