De Veracruz al mundo
GILBERTO NIETO AGUILAR
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2025-09-02 / 20:22:53
Desentrañar nuestro mundo
El título puede parecer una invitación a explorar el entorno creado por el hombre, la indagación de la naturaleza y los misterios del universo, la sociedad y sus diversas formas de organización, o la condición interior del ser humano. Cada uno de ellos, temas amplios para el diálogo y un mayor número de preguntas que respuestas.



Desentrañar el mundo desde el pensamiento humano, cuestionar lo que vemos, lo que comprendemos; explorar lo que aún no conocemos o aquello que tiene varias versiones y no alcanzamos a definir alguna con mayor claridad. Desentrañar nuestro mundo interior para tratar de hacer lo mismo con el mundo externo que nos rodea. Desde luego, a través de nuestras limitadas capacidades intelectuales, cognitivas, emocionales, espirituales…



Desde la razón y la filosofía, tal vez nos preguntemos ¿Qué es la realidad? ¿Cuál es el sentido de la existencia? ¿Cómo sabemos lo que sabemos? ¿Cuáles son las mejores formas de conocer? ¿Qué es lo que realmente debiéramos conocer? Desde tiempos remotos el ser humano ha tratado de desentrañar al ser humano y lo que le rodea. Filósofos y grandes pensadores han ido y venido en el gusto del público lector durante miles de años, en distintas sociedades, épocas, lugares, culturas.



Parece que el ser humano no quiere aprender y olvida fácilmente lo que le entusiasmó apenas ayer. Sócrates habló a través de la palabra de Platón, cuando muchos ya habían dicho su verdad, presentado su interpretación del mundo y de la vida, de la creación, del ser humano, entremezclados con sus mitos y creencias, pero con una prodigiosa inteligencia y lucidez.



Esa verdad líquida que fluye y se escapa entre los circuitos neuronales como agua entre las manos, puesto que ningún mortal puede mencionar verdades inmutables y eternas con argumentos que los demás acepten y comprendan. Nuestros sentidos son muy limitados. Acaso la fe puede llevarnos a verdades aceptadas más no cognoscentes.



Filósofos como Aristóteles, Descartes, Kant, han buscado entender el mundo a través del análisis de la conciencia, la percepción y la ética. Desentrañar, en este sentido, es deshilvanar los hilos del pensamiento para intentar alcanzar verdades más profundas, pero siempre en los límites del esfuerzo humano que se hace evidente en la confrontación con otros pensamientos en niveles semejantes.



La ciencia, para muchos, es el camino más seguro. Observando, experimentando y formulando teorías, busca patrones, leyes y explicaciones en el espacio cuadrado



de las reglas que el método impone, y ralentiza los procesos de conocer, limita con la duda lo que no puede probarse con la repetición, y desestima e invalida otros caminos que la percepción y la conciencia pueden ofrecer. Cada respuesta abre nuevas preguntas.



La pintura, la música, la literatura, la poesía y todo el arte, también intenta desentrañar el mundo desde la sensibilidad, la emoción y el simbolismo. Con el arte comunica y expresa lo que no puede decir con la palabra y el pensamiento lógico. Con el arte da a entender lo invisible, lo intangible y lo subjetivo. Lo que se siente, lo que la ciencia no puede explicar ni atrapar en su círculo metódico. También se desentraña mirando hacia adentro, con una honesta y valiente introspección, indicativa frente a nuestros ojos de las emociones, traumas, prejuicios, deseos, negaciones, ansiedades, que pueden moldear la visión e interpretación del mundo y de la vida. Desentrañar, entonces, puede ser sanar, comprender y transformar.



En medio de este mar de indagaciones, cuando la ciencia se detiene, la filosofía toma el relevo. No busca el cómo empírico, sino el por qué y el para qué. Desentrañar nuestro mundo no es un destino, sino un viaje permanente, una danza entre el asombro y el escepticismo, entre el conocimiento y la humildad. Un itinerario en la conciencia del universo.



gnietoa@hotmail.com

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