Mariana Osorio devela el viacrucis de la migración infantil. | ||||
El volumen es una crónica de la peregrinación de dos infantes para llegar a Estados Unidos; evoca las enseñanzas de su abuela, quien los ayuda a combatir el temor y a sobrevivir la búsqueda de su padre | ||||
Viernes 28 de Junio de 2019 | ||||
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Peregrinación en que se enfrentan a la arbitrariedad de traficantes de personas (polleros) sin escrúpulos y, asimismo, son testigos del calvario de mujeres y hombres que intentan cruzar la frontera en busca del sueño americano. Conmovedora narración en oscilante vaivén entre presente y pasado donde la realidad se entrecruza con lo asombroso en una apuesta en que está en juego el destino. “Ésta es la cuarta novela que publico; pero, en realidad, fue la primera que empecé a escribir. No cuajaba cada vez que la retomaba. Hasta que llegó el momento y la terminé. Siempre me ha inquietado el tema de la migración y sobre todo la migración infantil: salí de Cuba a los cinco años y ese traslado me marcó. Quería darles voz desde la ficción a los niños que se han visto forzados a un peregrinaje incierto como es viajar hasta la frontera norte para pasar al otro lado. Es el eje de esta novela”, apuntó, a La Razón, Mariana Osorio Gumá. Temática que ha sido reseñada por el periodismo. ¿Por qué decidió abordarlo desde la ficción? Creo que la ficción devela siempre verdades y lo hace de manera convincente. Las migraciones de niños es un asunto muy terrible: quizás la ficción me da la posibilidad de afinar el golpe de esa tragedia. Elegí la novela porque es un territorio donde me siento cómoda. Construyo personajes e invento sucesos a mi antojo: la imaginación es mi archivo. El Dato: Osorio vivió en Chile de 1970 a 1973 antes de establecerse en México en 1974; estudió Psicología en la Universidad Autónoma Metropolitana y es Maestra en Psicoterapia Psicoanalítica. Hay un aroma de las costumbres y tradiciones en donde los dos niños migrantes crecen. ¿Realismo mágico o recreaciones de espacios del mundo provinciano? Soy una relatora de atmósferas, de ambientes que se entrecruzan con la trama. Mis espacios están edificados en el sustento de lo real: desde los truenos, la vegetación, los aguaceros, los ruidos y los colores hasta el habla de los personajes. Recreo esas zonas, es posible que tengan relación con el realismo mágico. No me preocupa la referencia. Imágenes poéticas y transcripción del habla… Estoy cercana a la poesía, a veces una metáfora define con veracidad un episodio dramático. El habla es lo que concreta a un personaje, le da autenticidad. La abuela es un personaje inefable. ¿Está basado en alguien cercano a usted? Mamá Lochi es producto de la imaginación, su principal atributo es el universo mágico que la respalda, el cual trasmite a sus nietos, quienes la evocan y pueden marchar por el espanto de la ruta de su procesión. El mundo de la abuela es sugerente por su hechizo: eje anímico de la historia. |
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