Jorge fue con sus exjefes por su finiquito y desapareció. Su familia acusa omisión en Fipede de CdMx. | ||||
La familia de Jorge Ángel Pliego, desaparecido en marzo de 2019 en la Ciudad de México, denunció que la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México no solo ha incurrido en la omisión e inacción en su caso, también criminalizó a la víctima y no han llevado la investigación de manera profesional y con la debida diligencia. | ||||
Sábado 08 de Agosto de 2020 | ||||
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Isabel Pliego, hermana de la víctima, narró la frustración, impotencia y dolor que le provocó el trato de las autoridades, pues acusó que han sido indiferentes desde el principio. La familia de Jorge sospecha de excompañeros y de la empresa donde él trabajaba, pero las autoridades, asegura, no le dan importancia a inconsistencias e irregularidades que ellos encontraron al respecto. La hermana de Jorge denunció que la Fiscalía Especializada en la Búsqueda, Localización e Investigación de Personas Desaparecidas (Fipede) de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México no solo ha incurrido en la omisión e inacción en su caso, también criminalizaron a la víctima y no han llevado la investigación de manera profesional y con la debida diligencia. Isabel destacó que ha sido tan mala la experiencia en la Fiscalía que ya tienen miedo de acudir, pues cada vez que iba a llevar información o solicitar avances, posteriormente recibía amenazas. “Yo de verdad lloraba en la Fiscalía; lloraba de impotencia y frustración mientras les decía: ‘¿Por qué si te he pedido muchas veces (diligencias) por qué no lo has hecho?’. Ir a la Fiscalía era desgastante y de mucho enojo. Para mí ir a la Fiscalía era lo peor, incluso ya representa peligro porque recibía amenazas. La Fiscalía no es un respaldo, sino todo lo contrario”, expresó la familiar en entrevista con SinEmbargo. Isabel aclaró que jamás fue insultada o agredida verbalmente, pero explicó que la apatía e indolencia de las autoridades lastima más: “Si hay algo que duele en todo este proceso es la indiferencia. El maltrato más doloroso es la indiferencia y eso es lo que tiene la Fiscalía. Puede que nunca recibí una mala palabra ni una grosería de ningún funcionario, nunca, pero la indiferencia es peor que una mentada de madre”. ¿QUIÉN ERA JORGE ÁNGEL? Jorge es el mayor de cuatro hermanos y tenía tres hijos. Trabajaba en una empresa de giro editorial donde se desempeñaba como gerente de asuntos internacionales. “Era una persona muy sociable, pero en los últimos meses lo vimos muy angustiado, incluso enfermo”, platicó Isabel platicó y aseguró que su hermano se encontraba muy estresado por cuestiones de su empleo, motivo que lo llevó a renunciar a la empresa el 1 de marzo de 2019. La empresa donde había laborado lo citó el 12 de marzo para presuntamente concluir su liquidación. Ese día, Jorge salió de su casa en la Alcaldía Miguel Hidalgo alrededor de las 10 de la mañana y tomó la ruta habitual a su trabajo ubicado en la colonia 20 de noviembre en la Alcaldía Venustiano Carranza. El último mensaje que envió Jorge a su madre, a las 11:02 de la mañana, fue cuando estaba en la empresa. Le mandó su ubicación y desde entonces ya no supieron más de él. “Le mencionó en un mensaje de WhatsApp que ya estaba en la empresa, que solo esperaba a su exjefe y a las personas que lo citaron para finiquitarlo. Ese fue el último mensaje que recibimos de mi hermano”, dijo. Jorge no volvió a contestar, pero la madre siguió enviándole mensajes a los que ya no respondía. La mamá le escribió al exjefe cerca de las 4 de la tarde, pero el empleador no le contestó hasta la noche y le dijo que había visto a Jorge muy poco tiempo. “Mi mamá le escribió: ‘señor mi hijo se presentó con usted a una entrevista, pero no sé nada de él. ¿Me puede decir si sigue con usted?’, pero ese señor le contestó hasta las 8 de la noche que se había quedado sin pila, que sí había visto a mi hermano muy rápido, pero que eso fue todo”. A las 8 de la noche, la mamá avisó a Isabel que no sabía nada de Jorge. Isabel y una de sus hermanas acudieron al exterior de la empresa para ver si encontraban el vehículo de Jorge, un Avenger, pero al no encontrarlo acudieron a las autoridades a interponer la denuncia por la desaparición. Isabel narró que llegó a la Fiscalía a las 9:30 de la noche y hasta las 2 de la madrugada fue atendida. “Por eso el volante de la desaparición de mi hermano tiene fecha del 13 de marzo”. Ahí explicó todo lo que pasó y que la premura de levantar el reporte era por el antecedente que cada vez que se reunía con su jefe les mandaba las ubicaciones o les pedía a sus familiares que estuvieran en constante comunicación. “Pero en la Fiscalía te interrogan a modo que tu no actives el volante. Me decían cosas como: ‘¿Y no hay la posibilidad que tuviera otra novia?, ¿no hay la posibilidad que anduviera de fiesta?’. O sea, lejos de ayudarte a agilizar las cosas, ellos mismos buscan el tropiezo para que no presentes el reporte”, detalló la entrevistada. La empresa a la que había renunciado Jorge es una compañía familiar, el gerente es el dueño y los demás trabajadores con puestos altos son sus hermanos, comentó Isabel. La familia confirmó junto con la Fipede que Jorge acudió a su anterior trabajo. Excompañeros entrevistados confirmaron que él estuvo en el lugar. “En las entrevistas resulta que nadie vio salir a mi hermano de la empresa, excepto un empleado que muy vagamente dijo que él vio cuando mi hermano estaba en su coche, que incluso lo saludó y se fue. Y como hubo una persona que dijo eso pues ya deslindaron a la empresa como sospechosa, aún y cuando en todas las entrevistas nadie pudo decir con detalle si mi hermano se fue”, dijo. “No hay duda que la última vez que vieron a mi hermano fue ahí. La duda está cuándo salió, porque de ahí ya no sabemos nada más de él”, insistió. A los jefes de Jorge, al dueño y su hermano, no los volvieron a citar para más entrevistas, ni para abundar en sus declaraciones, ni los investigaron, reprochó la mujer. EL CALVARIO Isabel Pliego denunció que su caso está lleno de ineficiencias: no hicieron importantes diligencias, les negaron acceso a videos, no realizaron operativos de búsqueda ni rastreo a pesar que la familia les llevó información de la geolocalización de su celular. La incapacidad de las autoridades generó que incluso se perdieran indicios importantes como videos, ejemplificó la entrevistada. El policía de investigación que asignaron al caso, resaltó la mujer, siempre respondía que ya había ido a dejar oficios cuando ella iba a pedir avances o diligencias. El 20 de marzo de 2019, encontraron el vehículo de Jorge en el municipio de Naucalpan, Estado de México. Su localización se debió por un reporte en redes sociales donde la familia mantenía activa la búsqueda. “Mi hermana fue en la madrugada a verificar la información y efectivamente estaba el carro de mi hermano”. Isabel llamó a la Fiscalía a las 8 de la mañana para reportar el hallazgo del auto, pidió apoyo pues temían que incluso el joven estuviera sin vida dentro de la cajuela; pero la Fiscalía de Cdmx no se movilizó. “Me dieron las 11 de la mañana y yo esperaba en el lugar. La Fiscalía nunca me daba respuesta. Yo llamaba cada cinco minutos, hasta que llegó el momento en que ya ni me pasaban a la persona que tenía asignada”, relató la mujer. Isabel desesperada por no recibir respuesta decidió ir al Palacio Municipal de Naucalpan a pedir ayuda y ahí logró que le asignaran un perito para que fuera a intervenir el vehículo. “El perito lo abrió, hizo el trámite para levantarlo, hizo el peritaje de si había restos de sangre, que no había. Ese mismo día tuve la suerte o fortuna que en Naucalpan me abrieron la carpeta de investigación por el hallazgo del auto, me dieron los resultados y todo”, detalló. En el vehículo encontraron pertenencias personales de Jorge, incluido su pasaporte, pero el auto no tenía restos de sangre y tampoco estaba desvalijado. “El carro estaba intacto: no tenía chafas forzadas, ni nada”. Al día siguiente Isabel se presentó a la Fipede y lo primero que le dijeron es que estaban trabajando en los trámites para ir a levantar el vehículo. Isabel recuerda que en ese momento sintió mucho coraje e impotencia, pues ella había logrado todo en un día. “La verdad es una frustración muy grande ir a la Fiscalía y darte cuenta que ellos no mueven absolutamente nada”. El automóvil de Jorge circuló por la Calzada México -Tacuba con dirección a Estado de México cerca de las 2 de la tarde del 12 de marzo, de acuerdo con datos que le llegaron a la familia. La Fiscalía confirmó la información después de pedir los videos de las casetas. El último arco de seguridad que captó el vehículo muestra a dos personas a bordo, pero Isabel no pudo identificar si alguno de ellos era Jorge porque la Fiscalía solo le presentó fotografías y jamás le mostró los videos, pese a que ella solicitó verlos, según denunció. “Con las fotos que a mí me enseñaron nunca pude identificar si era mi hermano porque las fotos estaban en muy mala calidad. Me cansé de pedir ver el video porque posiblemente, en algún segundo o algún movimiento, podríamos identificar si era él o no […] Nunca me dieron ninguna respuesta concreta. Me decían que no estaba la persona de investigación, que no estaba disponible la maquina en la que se podían proyectar los videos. Hasta la fecha no he podido ver esos videos”, denunció. Isabel consultó con agentes de Naucalpan, Estado de México, si podía obtener los videos de las cámaras ubicadas en las zonas aledañas al lugar donde encontraron el vehículo el 20 de marzo. Las autoridades mexiquenses le respondieron que sí, pero que ellos no podían hacerlo por su cuenta, que debían tener un oficio de la Fiscalía capitalina donde se solicita la colaboración para la indagatoria de desaparición. Isabel pidió el trámite en la Fiscalía capitalina y destacó que era necesario agilizarlo porque los videos después de determinado tiempo se borran. No obstante, relató Isabel, pese a que ella llevó la información precisa para dirigir el oficio de manera directa a su MP en Naucalpan, la Fiscalía capitalina hizo el oficio hasta finales de abril y lo envío a un correo general, eso generó que pasara el tiempo y efectivamente se perdieran los videos. “Yo les llevé el nombre del MP que tenía mi carpeta de investigación por el hallazgo del auto, les llevé el número de la mesa en que estaba y la dirección. Les llevé todo para que el oficio de colaboración fuera directamente al MP, pero lo mandaron a un correo general y se perdió. Cuando pasó el tiempo y finalmente el oficio llegó, en Naucalpan contestaron que desgraciadamente esos vídeos ya no existían”. Cuando Isabel empezó a ver las deficiencias de la Fiscalía, acudió a la visitaduría interna para denunciar y también pidió que le cambiaran de Ministerio Público, pues había notado que el agente trataba de manera muy familiar a los dueños de la empresa donde trabajaba Jorge. Isabel denunció que no le gustó que el primer Ministerio Público tenía un trato muy “directo”, o familiar con el dueño de la empresa. La familia comenzó a recibir amenazas cada vez que acudía a la Fiscalía y por ese motivo dejó de ir de manera constante, narró la víctima. “Yo estaba en la fiscalía día y noche, viendo que avances había. La verdad para mí fue muy frustrante porque la Fiscalía solo fungía como entrevistadora y mensajero”. LAS SOSPECHAS La familia de Jorge sospecha de los dueños de la compañía. Isabel platicó que al leer la carpeta de investigación (de la que nunca le dieron copia solo le daban acceso dentro de las instalaciones de la Fipede) encontró inconsistencias en las narrativas y en las declaraciones de las personas de la empresa. “Yo les hacía notar a los investigadores, pero ellos siempre me decían que no eran la autoridad para determinar si eran contradicciones o no. Me decían que su única función era entrevistar a las personas. En ese momento yo entendí que para ellos lo único que hacían era entrevistar personas, pero no buscar personas, ni buscar los motivos de la desaparición. No es una autoridad eficiente”, destacó Isabel. La desaparición de Jorge no la tomaban como una desaparición cometida por particulares, “sino lo trabajaban como si se hubiera extraviado, pese a los antecedentes”, abundó la familiar. Isabel recordó que incluso antes de renunciar, Jorge siempre pedía mantener el contacto cada vez que se reunía con su jefe; mandaba su ubicación y pedía que sus familiares le llamaran de manera constante. Isabel añadió que cuando vieron a Jorge muy agobiado por su trabajo le pidieron que renunciara, pero él decía que no porque tenía miedo. “Después de la desaparición, nosotros nos enteramos de muchas cosas sobre esta empresa”, comentó la entrevistada. Jorge estaba divorciado y tenía una relación con una joven que trabajaba en la misma empresa. Cuando él renunció, ella de igual forma dejó el puesto. Isabel se cuestiona que, si la pareja dejó la firma al mismo tiempo, por qué sólo lo citaron a él. “A mí ella me dijo que cuando renunciaron no le dieron ningún finiquito. Lo que no entendemos, ¿por qué sólo a él? Desde el día de la desaparición no hemos vuelto a saber de ella de nada, nos bloqueó de WhatsApp, Facebook, de todos lados”, detalló. Jorge estaba contratado por outsourcing. Otro aspecto que no se explica la familia es que, si él estaba subcontratado, “¿por qué lo citaron los exjefes directos y no el outsourcing? ¿Y por qué en esa cita no estaba una persona del outsourcing?”. La mayoría de las entrevistas que hicieron al personal de la empresa fueron hechas a hermanos o familiares del dueño, sin embargo, hay una que para Isabel es muy importante: la del vigilante. El hombre comentó que alrededor de las 10 de la mañana, poco antes de la cita con Jorge, lo mandaron a otro lado y que en su lugar se quedó el hermano del dueño. La compañía está en un edificio rentado y cuya renta incluye la vigilancia, es decir, el vigilante es una persona externa, detalló la mujer. El testimonio del vigilante también señala que al día siguiente de la desaparición alguien fue a quitar o borrar el disco duro del circuito cerrado. “Entonces, cuando la Fiscalía pidió las cámaras de seguridad de la empresa, contestaron que no servían”. INCAPACIDAD DE LA FISCALÍA El análisis de la información solicitada a instituciones financieras para saber si había movimientos bancarios de Jorge, es otro punto donde se obtuvieron indicios gracias a la insistencia de la familia de la víctima y no al trabajo de la Fiscalía, comentó la entrevistada. “En su último estado de cuenta aparece un movimiento el 15 de marzo. Pero nadie se había dado cuenta, hasta que yo les dije: ‘Oigan ¿y aquí qué onda?”, relató Isabel, quien aseguró que los de la Fiscalía le respondieron que no se habían percatado de ese detalle. Los videos del cajero donde se retiró el dinero mostraron a dos personas, pero ninguna de ellas era Jorge Ángel. “A mí hermano le hicieron un depósito el 15 de marzo (creemos que de la empresa donde trabajaba) y el mismo día a las 11 de la noche, lo retiraron. ¿Cómo sabían que ese día tenía movimiento mi hermano?”, se cuestiona la entrevistada. En la Fipede le indicaron a la familia que iban a solicitar la intervención de la Policía Cibernética para el reconocimiento facial de los hombres en el cajero. Eso ocurrió en abril del año pasado y hasta la fecha no han informado a los interesados los resultados o qué sucedió con dicha diligencia. “Nunca supe nada, ni que pasó con eso. No se ponen de acuerdo quien es quien tiene que mandar la solicitud a Policía Cibernética”. Isabel por sus medios solicitó el historial telefónico y geolocalización del celular de su hermano porque la Fiscalía por su cuenta e iniciativa no lo había hecho. Hasta que Isabel obtuvo la información del recorrido que arrojaba la señal de su celular y dónde se perdió, los agentes volvieron a solicitar la sábana de llamadas para que tuviera validez dentro del expediente. “Les llevé todo: el recorrido del celular, la geolocalización, el último punto que arrojó la geolocalización, pero ellos no lo aceptaron como prueba porque no salió de ellos, fue hasta entonces que ellos comenzaron a pedirlo, cuando debieron haberlo hecho casi desde el inicio de la investigación. Nunca se tomó en cuenta en la carpeta de investigación todo lo que yo llevaba”, comentó Isabel. Pese a la información obtenida, agregó la entrevistada, no hicieron operativos de búsqueda ni rastreo en los puntos que arrojaron las sábanas telefónicas. “Toda la información que yo junté no me la hacían válida porque no era recabada por ellos (los de la Fiscalía)”. Isabel comentó que no recibió asesoría jurídica hasta seis meses después, a pesar de que ella la pidió desde las primeras semanas de la desaparición. “Yo había solicitado la asesoría jurídica, pero siempre me decían que el asesor no estaba, que lo iban a llamar, pero nunca quedaba asentado en la carpeta. Ya hasta después que vi todas las anormalidades yo pedía que se quedara en el expediente. La última vez que fui a la fiscalía, en septiembre de 2019, volví a pedir la asesoría jurídica. Me asignaron a un supuesto asesor y me dijeron que me iba a llamar o se iba comunicar conmigo; hasta la fecha no lo ha hecho”, aseguró. LA CRIMINALIZACIÓN De acuerdo al relato de la hermana, además de la burocracia y las irregularidades durante la investigación, las autoridades trataron de justificar la desaparición criminalizando a Jorge Ángel. “¿Y si su hermano estaba en cosas chuecas?”, le cuestionaron a Isabel en la Fiscalía, según rememoró. “Bueno, pues si mi hermano estaba en cosas chuecas, búscalo para que la justicia lo condene, pero no permitas que esté desaparecido de esta manera”, era su respuesta. Isabel puso énfasis en que aún y si su hermano hubiese cometido un error o se involucró en cosas que no eran correctas, “nadie tiene derecho a desaparecerlo de esa manera” y las autoridades tienen la obligación de buscarlo, pero no lo hicieron. “Nunca existió una búsqueda de mi hermano. La Fiscalía no es de búsqueda porque nunca buscan, ellos se dedican a escribir oficios y ya”, insistió Isabel. La familia de Jorge dejó de asistir a la Fipede por frustración, falta de avances y temor. “Nosotros llegamos a un punto en que mi mamá tenía miedo cada vez que yo iba a la Fiscalía porque después nos llegaba una amenaza. Yo dejé de hacer algunas cosas porque no teníamos un respaldo o protección de la autoridad”. Los parientes de la víctima lamentaron el sistema de procuración de justicia, al cual calificaron de deficiente, con funcionarios y servidores públicos que no tienen el perfil idóneo. “Probablemente la misión y la visión que tiene la fiscalía pudiera ser buena, sin embargo, la gente hace que la misión no se ejerza. Siento que existe mucha corrupción en los temas de desaparición y es muy evidente. Tenemos un sistema tan deficiente, que da tristeza”. |
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