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XALAPA.- Como andará la inseguridad en la entidad cuando, por un lado, el obispo de la Diócesis de Veracruz, Carlos Briseño Arch, sostiene que la violencia exhibe una vez más la falta de valores y de respeto a la vida. Con relación a la muerte de un joven estudiante identificado como Luis Felipe “N”, en la colonia Las Amapolas en el puerto de Veracruz, de quien trascendió que intentaba recuperar objetos presuntamente robados a la iglesia católica de esa colonia, el prelado atribuyó la cada vez más frecuente crispación en la sociedad al vacío en el respeto hacia los demás. "Lo que siempre hablamos, la falta de valores, que a veces la fe precisamente nos ayuda a centrar un poquito nuestra vida y a no decir que todo se vale en la vida y que entonces vamos a hacer cada quién lo que se le da la gana y por eso se genera un caos en la sociedad”. Briseño Arch dijo que siempre tiene que haber normas y leyes y un respeto hacia los demás, porque cuando se rompe eso, se rompe todo. En ese sentido, consideró que se debe pedir a las autoridades que hagan todo lo posible para esclarecer el caso, del que se dijo consternado, y hacer justicia. Y aunque aceptó que no tenía conocimiento de ese hecho, el obispo lamentó la pérdida de una vida y dijo que hablaría con el párroco del templo, al tiempo de enviar un mensaje de condolencias a la familia del joven Luis Felipe. Por otro lado, Bichir Nahúm Lajud, consejero de la Cámara Nacional de la Industria Panificadora, afirmó que en una situación inédita, en las últimas semanas se han disparado los robos en panaderías de Veracruz, pero no se llevan dinero sino pan. El empresario aseguró que en general se trata de jóvenes quienes irrumpen en los establecimientos y sorprenden al personal, amenazan a las vendedoras y si se asoman los que trabajan en los hornos, también. Refirió que como empresario de ese rubro tiene contacto constante con otros propietarios, y el cruce de información señala ese factor curioso pero no menos preocupante. "Hasta pasteles se llevan, panes. En 2 panificadoras me han reportado que han roto los vidrios y se han llevado nada más pan, hasta 4 a 6 charolas y eso es un poquito preocupante porque ahí ya se está hablando de hambre (...), es de pensarse, o no les están llegando las pensiones. Es a cada rato, a cada rato, por todos lados de la ciudad", afirmó el empresario. Ante esta situación, Nahúm Lajud destacó la necesidad de reforzar la seguridad y ponerla al alcance de cualquier persona, hasta la más humilde, y con prontitud. Sobre todo, que se recoja el reporte y que haya acciones inmediatas y oportunas. Consideró que hace falta lo que se llama Policía de Barrio, similar a lo que hicieron en la Delegación Cuauhtémoc, en la Ciudad de México, que en la zona acercaron a las personas con los policías, y ya no tienen que hablar a una central para que tomen datos y esperar a que llegue la policía. "Que se copie ese sistema para todo Veracruz, que en la zona todos tengan los teléfonos de la patrulla, que cualquier ciudadano llame a la patrulla y si están cerca, lleguen", concluyó. Ahora ya solo falta que las arrogantes autoridades estatales escuchen su propuesta.
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