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XALAPA.- Lo que faltaba. Y es que tras denunciar que la noche de ayer miércoles, el río de Los Pescados se cubrió durante varias horas de una espuma blanca, que advierte sobre la contaminación que se está generando en ese afluente, pobladores y prestadores de servicios turísticos del municipio de Jalcomulco señalaron que a pesar de que tal situación ya la hicieron del conocimiento de las autoridades municipales y estatales, hasta el momento nadie ha ido a realizar una inspección y mucho menos una toma de muestras del agua, para conocer la sustancia que fue arrojada. Si bien señalaron que ya se ha presentado esta situación en otras ocasiones, afirmaron que no es muy común, y ahora la preocupación es que ocurra a pocos días de la llegada del periodo vacacional de Semana Santa. De acuerdo con los pobladores afectados, para muchos fue sorpresivo ver cómo al caer la noche comenzaron a notar la presencia de un poco de espuma, pero conforme fueron avanzando los minutos fue cada vez más la presencia de esa sustancia. Afirmaron que lo anterior significa que alguna empresa, fábrica o industria vertió sobre el caudal alguna sustancia química que generó que con el paso del agua sobre las rocas se fabricara la espuma. En ese tenor, dijeron tener miedo, porque no saben qué sustancia fue arrojada al río, y no saben las consecuencias que pudiera tener. "Desconocemos el lugar exacto de donde proviene esta contaminación y lo que origina, sabemos que arriba hay mucha industria, empresas, ingenios, pero es atrevido decir de donde porque no lo sabemos", reconocieron. A través de las redes sociales, los pobladores difundieron un video donde se ve flotar la espuma sobre el río, a la altura del puente Los Pescados. "Nosotros mismos estamos expuestos, casi todos vamos al río casi diario y estamos conviviendo con las aguas, nos preocupa el hecho de los turistas que nos visitan”. Concluyeron que lejos de pedir grandes obras, hay obras prioritarias como el saneamiento de los ríos. El problema es que en el gobierno estatal los escuchen, pues ya lo dice el adagio popular que no hay peor sordo que el que no quiere oír.
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