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| Con minas explosivas, crimen organizado desplaza a comunidades de Apatzingán. | ||||||
| Esta es la forma en que el crimen organizado se apodera de territorios en Michoacán | ||||||
| Martes 09 de Julio de 2024 | ||||||
| Por: El Heraldo de México | ||||||
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Ambos originarios de la localidad de La Limonera, en el municipio de Apazingán, se dirigían a un rancho de su propiedad para alimentar a unas vacas, cuando en el trayecto, ocurrió la explosión. “Me despedazó la camioneta esa mina pero gracias a Dios que él no nos ocupaba a nosotros. Se paraliza uno con esos truenos tan feos, vivimos un terror que no sabíamos de dónde era ni qué había pasado. Tengo 70 años y nunca habíamos tenido problemas con nadie, ahí diario hemos caminado y ahí nacimos”, cuenta la madre de familia. En medio de la confusión y aturdida por el estallido, doña Anita recuerda que elementos del Ejército Mexicano y de la Guardia Nacional acudieron para auxiliarlos y retirar la camioneta deshecha, fue entonces, al ver un enorme hoyo en la tierra, que se percató de que una mina había sido la causante del percance. La habitante de la Tierra Caliente, junto a otros lugareños, tuvo que salir de su comunidad para resguardarse ante el riesgo de más explosivos sembrados en los caminos de terracería: “Los soldados dijeron que todo estaba minado, que necesitan precaución para andar ellos desactivando bombas”. Actualmente se resguarda en la localidad de Holanda, donde ha conseguido trabajo temporal en las huertas de limón, pero su avanzada edad y problemas de salud incrementaron sus molestias. Junto a Anita, son decenas de familias de rancherías aledañas las que se han desplazado para ponerse a salvo. El ganado, muebles y hasta la ropa, en peligro por explosivos Camilo Rodríguez, poblador de La Salatera, también tuvo que salir de su hogar junto a su esposa e hija, debido a los constantes lanzamientos de drones con material explosivo. Su ganado, muebles, enseres y hasta la ropa, se quedaron en su vivienda, a donde no ha podido regresar desde hace casi un mes. “El riesgo de entrar es de que se arrima uno y empiezan los drones a volar; el terreno está minado por donde quiera”, cuenta el hombre, quien dice, en días pasados se arriesgó a ingresar y observó que muchos de los animales ya no tenían vida, pero además, un dron cayó a 15 metros de distancia, por lo que optó por retirarse. Los afectados piden que fuerzas federales ingresen y retiren los explosivos, pero además que se establezca algún destacamento que dé seguridad a los habitantes y así puedan regresar, pues sus bienes han sido robados por los mismos criminales que los desplazaron. “A los animales ya se los llevaron, a un señor le llevaron (robaron) 235 vacas, los mismos criminales que están en El Naranjo y San José de Chila, y se dice que son gentes de fuera, no son de aquí. Quisiéramos que el gobierno nos diera la atención y nos dejara vivir en paz y a gusto”, refiere Miguel Valencia, originario de Las Anonas. Los desplazamientos en esa zona de Apatzingán han incrementado luego de que una célula del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) irrumpiera en al menos 10 localidad, como son: La limonera, Acatlán, Los Tules y La Salatera, pueblos fantasma a los que solo ha podido ingresar un equipo especializado del Ejército Mexicano en un intento por retirar explosivos y recuperar el territorio. |
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