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XALAPA.- De acuerdo con el analista financiero Enrique Trueba, el aumento al salario mínimo y el pago de las prestaciones de fin de año sólo es un paliativo ante la presión inflacionaria y no una solución estructural frente al encarecimiento del costo de la vida. Refirió que “aunque ambos ingresos adicionales incrementan momentáneamente la liquidez de los hogares, su impacto podría diluirse rápidamente ante la persistencia de la inflación y la falta de mejoras profundas en el ingreso real de los trabajadores”. Refirió que a partir de enero de 2026, el salario mínimo aumentará de 278.80 a 315.04 pesos diarios, un incremento de 13 por ciento, lo que ha sido celebrado como un esfuerzo por fortalecer el poder adquisitivo, especialmente en sectores vulnerables. No obstante, para Trueba este aumento debe analizarse con cautela, pues si bien ofrece un respiro no modifica de manera sustantiva las condiciones estructurales del mercado laboral mexicano. El analista destacó que en un país donde una parte importante de los trabajadores destina la mayor proporción de sus ingresos a alimentos, transporte y servicios básicos, cualquier incremento salarial corre el riesgo de ser absorbido en poco tiempo por los aumentos constantes de precios. Destacó que el aumento permitirá a los hogares “estirar un poco más” su presupuesto, pero difícilmente logrará consolidar una mejora duradera en su nivel de vida. Dijo que, además, está el pago del aguinaldo, una prestación que cada diciembre oxigena el bolsillo familiar y para muchos hogares representa la posibilidad de cubrir adeudos, hacer compras navideñas, pagar servicios atrasados o enfrentar gastos escolares. Trueba señaló que este ingreso extraordinario dinamiza el consumo y puede dar un impulso pasajero a la economía al cierre del año; sin embargo, advirtió que al ser esta prestación un apoyo estacional, una vez gastado las finanzas familiares vuelven a depender exclusivamente del salario y de la capacidad de ahorro, ambas limitadas para una gran parte de la población. De igual forma, planteó otro factor que se debe analizar, la inflación moderada de los últimos meses no elimina el impacto acumulado de años de alzas en productos básicos. Concluyó que el principal riesgo es que el salario mínimo suba a un ritmo menor que el costo de bienes y servicios esenciales, provocando que el beneficio se desvanezca. Así las cosas.
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