Sufrir una enfermedad es complicado, pero cuando se es deportista de alto nivel es un lio verdadero. Leonel Messi es un caso que asombró al mundo, desde chico lo medicaron para la hormona del crecimiento de huesos, se sometió a medicina y doctores y así lo llevaron a La Masía, adonde lo llevó su padre a contratarse con Barcelona, sabiendo que él no tenía dinero para costear el tratamiento caro.
Todos recordamos cuando a Magic Johnson le declararon ser portador de VIH y Venus Williams el síndrome de Soghen.
Muchos de ellos han vivido canceres y otras enfermedades y han salido avante, algunos, otros optaron por el retiro.
Toco esto porque ayer en la cancha de tenis de Cincinnati, nos enteramos, quizá no muchos lo sabían, que el alemán Sascha Zverev sufre una enfermedad. La enfermedad que padece Zverev es diabetes tipo 1. Fue diagnosticado a los cuatro años y desde entonces necesita inyectarse insulina para controlar sus niveles de glucosa, según informan varios sitios web de noticias sobre tenis. A pesar de su condición, ha logrado una exitosa carrera como jugador profesional de tenis. Ha ganado varios torneos y acumulado 57 millones de dólares en las canchas. No se rinde y no se vence.
Ayer jugaba el partido para ir a semifinales contra un grande, Carlitos Alcaraz, el primer set todo sucedió normal, juego apretado que cualquiera pudo ganar, pero para el segundo set, el cuerpo de Zverev ya le pedía insulina, normalmente él se inyecta allí mismo en la cancha, pero ahora requirió atención medica que brinda el torneo. Lo atendieron y cojeaba, su cuerpo no tenía fuerza para seguir y derrotado le siguió, sabía que tenía que terminar el juego por el respeto al público que eran más de 20 mil que abarrotaban ese estadio. Alcaraz lo sabía y ya no le jugó con fuerza. Perdió y al final le reconocieron. En la cámara donde los que ganan firman o ponen algún mensaje, Alcaraz escribió: “Feliz por la final pero me siento mal por Sascha, le deseo todo lo mejor”.
Sascha salió entre aplausos.
DE REGRESO DEL EXILIO
Ayer domingo me tocó regresar del exilio. Sucede que tome la determinación de ir al Grand Hotel L Orbe, que hace más de un año fue remodelado en su totalidad y luce como hotel perrón. Estaba lleno el comedor y opté por la cafetería, hay buena atención y buenos desayunos, me dice el mesero que los sábados y domingos asi se les pone. Orizaba es una fiesta en turismo. Aquí llegan de todas partes del territorio y fin de semana son de ellos, pero estaba en L Orbe, hotel muy céntrico porque está a unos pasos del Teleférico y de museos y de lugares de gran diversión. Hace poco platiqué con un hotelero, Oscar Banda, dueño del hotel Los Balcones, con estacionamiento a un lado, me dijo que le iba bien mientras allí desayunaba.
Han proliferado hoteles al por mayor, de todos los precios, algunos moteles los fines de semana se transforman en hoteles, por la alta ocupación.
Restaurantes ni se diga, cada día inauguran uno y los hay desde los muy fifís hasta los muy populares, como ir a desayunar al Mercado Cerritos, fondas, restaurantes para todo tipo. Hay desayunos desde 70 pesos hasta 120 más, dependiendo el lugar. Es una batalla por la clientela, quién mejor atienda y dé buenos precios, se quedará con la clientela.
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