La gente siempre se pregunta, porque estos comunistas izquierdistas y socialistas que nos gobiernan escogen siempre para vacacionar ciudades de elite, ya sea Madrid o Nueva York o Paris. Madrid les fascina por el idioma, pero también por la comida y su cultura, aunque renieguen de los Conquistadores. No pasaría nada en contra sino fuera porque su capitán en jefe, que se acuartela en su rancho, les dijo en sus tablas de los 10 Mandamientos, que tenían que vivir con austeridad monacal, casi como frailes carmelitas descalzos. Y otros también les conminan en las redes, que si aman tanto a Cuba y al Che y a Fidel y al dictador Diaz-Canel, porque no se van a Cuba, aunque allá no haya malls ni tiendas Gucci ni Versache ni Ferragamo para Andy. Cosas de la 4T.
Y a cada rato los descubren, como ayer mismo en Madrid a Ricardo Monreal, quien lo negaba de inmediato, pero al ver las evidencias no le quedó más que aceptar que estaba en un desayuno en el hotel Villa Magna, el más lujoso y caro de Madrid, cuyas habitaciones valen 28 mil pesos por noche. Pecata minuta, cuando se tienen los recursos del gobierno. La presidenta Sheinbuam se enojó y lo reprendió, pero de ahí no pasa nada. Es como el caso de Adán Augusto, que debía irse pero el ancla en el rancho de ya saben quién aún pesa mucho. Se les olvidó aquella consigna de ‘Gobierno rico y pueblo pobre’.
No pasará nada, entre ellos se cubren bien.
EN LAS MONTAÑAS SE MUERE Y RENACE
Las montañas deben respetarse siempre. Aun los expertos siguen los protocolos cuando intentan trepar a una montaña, ya sean profesionales, que suben con los sherpas al Everest, o gente que comienza a aprender el alpinismo, pero siempre hay que hacerse acompañar de los que saben, los guías o los alpinistas. La cima, la montaña desprende un extraño encanto, dicen los alpinistas y montañistas. Pero también cobra vidas. A profesionales y amateurs. Lo ha visto uno en las películas de Netflix, cuando en busca del Everest allí quedan entre la nieve, que a algunos que no han podido rescatar, les ha servido como tumba eterna. Entro a esto porque dolió y sorprendió que antier un joven de 14 años murió en el Iztaccíhuatl, Paolo era su nombre y es ahora un número más de aquellos que desafían montañas y no regresan con vida. Era inexperto y subió con ropa inadecuada, y sin ningún compañero, se le dio por desaparecido y en este México violento enseguida se piensa que te levantaron. Pero no, grababa un video donde, como no hay señal de radio allá arriba, dejó en un video sus últimas palabras: “Me voy a congelar”. Así fue, murió de hipotermia y cuando lo encontraron y era bajado en una bolsa de muerte, me dio gusto ver a los rescatistas que, al paso del cuerpo le aplaudían, porque eso que hacía era una aventura, pero también un ritual, para aquellos que son montañistas y exponen la vida. Descanse en paz.
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