Por Omar Zúñiga
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, dijo que “no había indicadores de lluvias atípicas que provocaron la muerte de 64 personas en cinco estados de la República”, entre ellos Veracruz, que sacó la peor parte.
Las autoridades estaban concentradas, “entre otras cosas, en la tormenta tropical Priscila, localizado en el Pacífico", para el cual se emitió una alerta de previsión de lluvias intensas en la región.
Estas fueron declaraciones de quien gobierna el país, este lunes 13 de septiembre, 96 horas después del desastre que enluta a decenas, quizá cientos de familias en el norte de Veracruz y otra entidades.
En ese mismo escenario de Palacio Nacional, Sheinbaum mandó a su secretario de Marina a respaldar sus declaraciones, sin embargo, el almirante secretario de Marina, Raymundo Pedro Morales Ángeles, contradijo a su jefa y sostuvo que este fenómeno meteorológico sí se pudo predecir, debido a que la temporada de lluvias ha provocado que los ríos se encuentren en su máxima capacidad, así como los mantos freáticos que se encuentran en altos niveles de saturación.
Y buscando matizar, el almirante sostuvo que “sí es predecible, sí es identificable desde que se analiza el contexto meteorológico (…)” pero “identificar la cantidad exacta de lluvia que iba a caer no era sencillo”.
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Esto en el contexto de lo nacional, sin embargo, el maldito “pero” de siempre, es que en Veracruz, las autoridades suspendieron clases desde 72 horas previo a esta crecida.
Es decir, sí esperaban un escenario nada halagüeño.
La Comisión Nacional del Agua incluso, pronosticó lluvias “torrenciales” para Veracruz al menos un día antes del viernes.
Si eso, presidenta, no es detectar cuánta agua puede caer en algún lugar, de plano estamos jodidos y si quedaba alguna duda, en manos de un puñado de ineptos que nos dirigena al desfiladero.
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Especialistas consultados, sostienen que la respnsabilidad de esta tragedia recae completamente en la persona, el o la, titular de Protección Civil, en este caso, la titular es Guadalupe Osorno, por cierto herencia del anterior gobierno, el del inútil (AMLO dixit) de Cuitáhuac García.
Osorno tuvo la información al menos 12 horas antes, tiempo suficiente, y nunca ejerció su autoridad para dar la alerta, salvar vidas y evitar la tragedia.
Ante esa falta de autoridad, viene la responsabilidad, que además de la legal, está por supuesto cargar a cuestas con decenas o cientos de muertos, a sabiendas de que tuvo todo para haberlo evitado.
Por supuesto, Guadalupe Osorno, en condiciones de cualquier gobierno democrático, debe presentar de inmediato su renuncia y ponerse a disposición de su jefa, para que tome las medidas pertinentes ante tamaña negligencia.
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Pero esta responsabilidad recae también a nivel federal, y si la misma presidenta sostiene que era imposible prever un fenómeno de esta naturaleza, juzgue usted sobre quién debe recaer la responsabilidad.
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Mono Blanco sacó la casta en el Festival Internacional Cervantino 2025 este martes 14, con todo y que los dejó tirados a medio camino el camión que adquirió gobierno de Veracruz.
La alegría y algarabía de sotavento se dejó sentir en la explanada de la Alhóndiga de Granaditas con los acordes la agrupación tlacotalpeña de son jarocho con “El mundo se va a acabar”.
Bien por nuestros músicos, que haiga sido como haiga sido, son embajadores de la patria chica, en estos duros momentos de crisis en el norte de la entidad, y proyectan que Veracruz es un pedacito de patria que sabe sufrir y cantar…
¡Qué barbaridad!
deprimera.mano2020@gmail.com
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