Al rescate del tricolor.
En la entidad varios advenedizos ya se frotan las manos en espera de ser los elegidos y saquear lo que queda del tricolor veracruzano.
Muchos sin calidad moral se apuntan exigiendo sus derechos como si alguna vez en su vida partidista actuaron con sentido de responsabilidad.
Pero la pregunta es ¿a qué PRI quieren salvar?
¿Al de los corruptos?
¿Al de los traidores?
¿Al de los oportunistas?
¿Al de los ladrones?
O al PRI de los bandidos.
Varios de los que aspiran a su paso dejan un fétido olor mismo que se percibe varios kilómetros a la redonda, son gente nauseabunda, pestilente y descompuesta.
El PRI siempre fue un exitoso partido de estado, un instituto político que al mendigo lo convertía en millonario, al cacique en alcalde y al compadre en diputado.
Los escándalos de corrupción pesaron más sobre el tricolor y, a la postre, lo han ubicado muy cerca de la tumba.
Al tricolor lo mataron sus propios actos, sus propios partidarios.
La factura la está pagando.
Las prácticas permisivas de episodios de corrupción entre los gobernadores salidos de sus filas, los Duarte, por ejemplo, finalmente le significó un precio.
El PRI fue víctima de su propia historia.
Si es que existe, el camino cuesta arriba apenas comienza para el que alguna vez fue el partido más poderoso de México.
En la entidad de los que se mencionan solo Zaida Lladó tiene calidad moral para decir esta boca es mía.
De los demás puros aprovechados, aun cuando el tricolor está en la lona, como siempre, la ambición les gana y no ocultan sus ansias de novilleros.
Son políticos insalubres que única mente se acercan al instituto político que les ha matado el hambre y los ha vuelto millonarios cuando ven manera de coronar sus codicies personales, de otra forma ni de chiste se paran en la sede del tricolor.
Son miserables a más no poder.
La Presidenta de La Fundación Colosio, es gente seria, que gusta actuar con sentido de responsabilidad.
No es la clásica mujer que ve burro y se le antoja viaje.
No señores la congruencia y su extensa calidad moral son sus cartas de presentación.
Ella no tiene pasado que la atosigue, no pertenece a ninguna cuadra de políticos bandidos, es de lo poco rescatable que tiene el tricolor en la entidad.
Así de sencillo.
DIP. GOMEZ CAZARIN.
Como la ve, este legislador local asigna el 50 por ciento de su salario para impulsar la educación en
San Andrés Tuxtla.
Chistoso, verdad.
Usted le cree, nosotros tampoco.
A un sujeto advenedizo, como es Juan Javier, nadie le cree mucho menos sus paisanos.
Si alguien conoce bien a este sujeto son precisamente sus convecinos, esa gente que ha vivido en carne propia los arranques de neurótico en potencia que padece ese tal Juan Javier.
Para miles de tuxtecos el tal Juan Javier es un insensible, un necio, un corrupto e hipócrita.
En aquella prospera región nadie lo quiere, miles lo esquivan, le cortan la vuelta y cada vez que pueden sus coterráneos lo excretan.
Eso no se duda.
Los que los veracruzanos quieren, y ambicionan, es que la camada de legisladores locales de MORENA, empezando por ese tal Juan Javier, entreguen el 50 por ciento de su materia gris para trabajar en favor de la colectividad.
La sociedad veracruzana no quiere poses, no anhela protagonismos, lo que la población ansía, y reclama, son buenos resultados, congruencia, trabajo favorable, tranquilidad y certeza.
Los representantes populares, esos que son entenados políticos del señor López Obrador, no dan una, son neófitos, tercos y arrogantes.
Los actos de corrupción que ha protagonizado el tal Juan Javier, aunado a los nulos resultados en favor de su partido, ya ni decir de los veracruzanos, lo tiene al borde de dejar la JUCOPO.
El secreto a voces, entre la gente cercana al hijo de Atanasio, es que Gómez Cazarín ya se va, lo regresan a ser borrego, ya nada de ser pastor.
El electorado veracruzano merece respeto.
LOS CAPRICHOS DE RAMOS ALOR.
Hacia el interior del Hospital Civil, de esta ciudad capital, “Dr. Luis F. Nachón” impera la incertidumbre.
Ni un mes en el cargo dejaron al traumatólogo Evodio Castillo.
Al diestro profesional le quitaron la dirección del hospital por el simple hecho de haber votado por Acción Nacional.
Como la ve.
Fiel a su padecimiento, el neumólogo pedíatra gusta de tomar decisiones al calor de la emoción.
Los arranques hormonales invaden al titular de Salud.
Por lo mientras entre el personal médico, de enfermería y administrativo crece el dilema.
La escases de medicamentos, insumos propios del nosocomio, material quirúrgico, entre otros esenciales componentes no tarda en acrecentarse.
No se descarta que la suspendan cirugías ya programadas debido a lo anterior.
La falta de especialistas médicos será el pan de todos los días, las distintas áreas médicas habrán de trabajar con escaso personal de enfermería, siendo los pacientes los que padezcan el valemadrismo de Ramos Alor.
A la dirección del “Luis F Nachón”, desde Coatzacoalcos, llega un ginecólogo, un cuate del delicadito titular de Salud, un profesional que, se dice, pertenece a la misma cofradía de Roberto Ramos.
Cada día más de estos entes invaden la administración pública.
Pero a Ramos, dicen, no tan solo ayuda a los de su comunidad sino también a la familia.
Le cuento.
Esta es la retahíla de familiares que el neumólogo pediatra ha incrustado en la nómina de la dependencia que mal dirige.
Ramos Alor impuso a su sobrino, este sí es su pariente, no mal interprete, Marco Antonio Saviñon Ramos como director de Sanidad Internacional en Coatzacoalcos.
De entrada Marco Antonio, no cubre el perfil, estudio ingeniería química, y por si fuera poco no posee título profesional.
Juan Carlos Saviñón Santander medio hermano de Marco Antonio, también está cobrando en una subdirección en la jurisdicción sanitaria del antiguo Puerto México.
A su sobrina de nombre Regina Córdoba Díaz la impuso como directora del Hospital de Oluta. Ella es hija de su hermana de nombre Regina Celia Díaz Alor. Primer grado de parentesco.
A su sobrina Amalia Córdoba Diaz también hija de su hermana Regina Celia Diaz Alor la coloco en una dirección dentro de la Secretaría de salud, aquí en la capital del estado.
A su sobrina Guadalupe Jiménez Yeladaqui la designó subdirectora del hospital comunitario en el puerto de Coatzacoalcos, ella es esposa de su sobrino Simón Roberto Saviñón Ramos, él es hijo de su hermana Ninfa Ramos Alor.
Pero eso no es todo el neumólogo pediatra tiene incrustada a su pareja cobrando como su asistente personal en la Secretaría de Salud.
Por supuesto que de todo lo anterior el hijo de Atanasio está enterado, pero como lo suyo es el nepotismo, no tiene calidad moral para reclamarle al titular de Salud su conducta.
No cabe duda que Cuitláhuac García Jiménez, solo es un parche mal pegado en la administración pública de Veracruz.
La pura porquería.
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