Ya lo dijo la dependencia federal, serias irregularidades en la aplicación del tesoro público federal fueron detectadas en la dependencia estatal que encabeza el neumólogo pediatra.
Mediante auditorías realizadas por la Auditoría Superior de la Federación, fue posible descubrir a los clásicos “aviadores”, sí, a los compadres, al mayate, a la querida, al sobrino, a la hermana y, porque no, al novio en turno del Tlatoani. Lo anterior sin dejar de mencionar una serie de irregularidades que fueron encontradas en la adquisición de medicamentos.
El presunto daño patrimonial desenterrado es cercano a los dos mil millones de pesos, esa cantidad fue la que arrojo el escrutinio e informe de resultados a la Cuenta Pública Federal 2019.
De ese tamaño son las porquerías que en un año se gestaron en la Secretaría de Salud de Veracruz.
Así de honestos son los cercanos colaboradores del hijo de Atanasio.
Y estamos hablando que todo este estiércol es el producto de apenas doce meses de “trabajo”, así que ya tendrá una idea de lo que nos espera conocer de este 2020, año de calamidades sanitarias, desgracias que seguramente la 4T sabrá aprovechar a la perfección para terminar de confeccionar sus actos de corrupción.
Nada más para que tener una pequeña idea de cómo se las gasta en neumólogo pediatra le diremos que dichos trabajos de investigación ponen al descubierto una serie de absurdos en los contratos para la adquisición de medicamentos por 36 millones, mismos que fueron adjudicados de manera directa, acción que se encuentra fuera de lo establecido en la Ley de Adquisiciones.
En este acto, como de manera oportuna se dio a conocer, se benefició a un empresario jalisciense.
Otra de las porquerías que descubrió la Auditoria Superior de la Federación, fue que más de mil trabajadores, todos debidamente inscritos en nómina, no fueron localizados en su centro de trabajo, en las áreas donde supuestamente deberían prestar sus servicios.
Todos ellos, físicamente, jamás aparecieron, solo encontraron sus nombres en la nómina oficial.
Como se puede apreciar este es un pequeño ejemplo de que en la dependencia que mal dirige el neumólogo pediatra no fue posible lograr una gestión eficiente, transparente y apegada a la normativa. El desorden es tal que ahora el delicadito personaje debe aclarar donde y como fueron aplicados esos cerca de dos mil millones de pesos.
Todas estas anomalías detectadas por la Auditoria Superior de la Federación indudablemente que denotan insuficiencia, debilidad o deficiencia en los procesos administrativos y sistemas de control, con un serio y negativo impacto en la calidad de la gestión de programas y sus resultados.
Aun cuando el hijo de Atanasio, junto con su inventor, el señor López, diga que nuestra entidad va muy bien, los resultados pintan todo lo contrario.
El valemadrismo en su máxima expresión.
Por cierto, este será el primer aviso que le envía el dirigente nacional de MORENA, Mario Delgado al hijo de Atanasio. No olvidemos que, entre ellas, perdón, ellos, la inquina va en serio.
MIGUEL A. VEGA GARCIA.
Por lo que se observa a este sujeto no le preocupa nada.
Lo recuerda, sí, le atino, es el mismo que estuvo muy cerca de Rosario Robles Berlanga, la cual ahora está recluida y es la principal protagonista en eso que le han llamado la Estafa Maestra.
Pero mire la incongruencia, Vega García es, nada más y nada menos, Director General de Transparencia Anticorrupción y Función Pública en la administración estatal que encabeza el hijo de Atanasio.
Sobra decir que el ahora funcionario estatal fue el contralor interno de Sedatu en el periodo que estuvo el frente Robles Berlanga.
Es de recordarse que como titular del Órgano Interno de Control de la Sedesol y Sedatu, Vega García tenía la alta responsabilidad de localizar las irregularidades que hubiera hacia el interior de dichas dependencias, tarea que no lleva a cabo de la mejor manera ya que curiosamente no sancionó a ningún funcionario por los presuntos desvíos millonarios a empresas fantasma.
Como se puede observar Migue Ángel actualmente ocupa una de las tres principales direcciones que tiene la Contraloría General del Estado, la cual encabezada la distinguida Mercedes Santoyo Domínguez, una ingeniera bioquímica administradora en procesamiento de alimentos, cuyo mayor mérito es haber ido a Japón a verificar la calidad en el proceso de elaboración de los cacahuates japoneses sin chile y el chamoy sin tamarindo.
Este cuestionado sujeto tiene bajo su responsabilidad seis subdirecciones mismas que son las encargadas de la “integridad y responsabilidad de los servidores públicos, su situación patrimonial y ética”, entre otros temas.
Pobre Veracruz, el hijo de Atanasio lo está terminando de hundir.
Que escasa progenitora. |
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