En cumplimiento de uno de los más rigurosos e imperativos mandatos de la naturaleza, el licenciado en Ciencias Políticas y Sociales, Eduardo Tomae Domínguez ha cruzado el umbral de su existencia física y ya va rumbo a lo desconocido, una línea que sin duda alguna todo ser viviente está destinado a cruzar. Tomaé Domínguez formó parte de una de las primeras generaciones de la Escuela Nacional de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, (generación 1959-1063), culminada esa etapa buscó oportunidad en la esfera política y administrativa de este país ostentando un titulo que en ese entonces aun no abría puertas, más aún porque los economistas comenzaban a competirle a los abogados las plazas en la administración pública, y en esa competencia un egresado de Ciencias Políticas no encontraba fácil acomodo. Esas primeras generaciones fueron precursoras de un nuevo modo de entender el servicio público, aunque de forma muy diversa, por supuesto, si consideramos que AMLO también es egresado de esa ahora facultad universitaria. Eduardo Tomae fue diputado federal en la legislatura elegida en 1976 representando al Distrito electoral de Coatzacoalcos, secretario general del CDE priista en los inicios del gobierno de don Rafael Hernández Ochoa (1974-1980) y como senador suplente, cuando el titular Miguel Alemán Velasco se convirtió en candidato priista al gobierno de Veracruz, Eduardo asumió las funciones de senador, y, ya gobernador, Alemán lo nombró subsecretario de Educación Pública. Ya casi en el ocaso de la vida útil, pero con suficiente ánimo para expresar inconformidad, Eduardo Tomae junto con otros destacados priistas, visionarios, formaron la “Corriente Crítica” al interior del PRI veracruzano, los más de ellos ya estaban a la espera de Tomae para proseguir con el entusiasmo que los caracterizó, aunque ahora ya en el eterno silencio (¿?) la búsqueda de la verdad política. Ya no estará más entre nosotros Eduardo Tomaé porque cumplió con la vida, con su familia y sus amigos. Y ya descansa en paz. |
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